Opinión

Cambios en la cadena textil: más cerca del consumidor

Víctor Fabregat

4 abr 2016

Cambios en la cadena textil: más cerca del consumidor

 

La tradicional cadena textil formada por los diferentes segmentos de la industria y la distribución  ha experimentado importantes transformaciones en su organización y funcionamiento. Las causas son varias y se iniciaron en el siglo anterior, si bien sus efectos se han materializado en el presente. Entre éstas destacamos el traslado del centro de gravedad de la cadena hacia el consumidor ya que, en un mercado con un exceso estructural de oferta, la proximidad con el decisor final proporciona una ventaja importante al poder conocer y seguir mejor la evolución de sus deseos para así poder actuar rápidamente.

 

Otro factor a destacar es el de la creciente globalización del sector, desde que China y otros países emergentes se convirtieron en el núcleo productivo más importante del mundo. Así los principales mercados, Estados Unidos, la UE y el Japón, se vieron afectados por una importante entrada de productos competitivos de aquellos países. Esta irrupción de los emergentes provocó una intensa reestructuración de les actividades industriales con la desaparición de producciones locales, que fueron substituidas por importaciones, y con la deslocalización de fases del proceso productivo hacia zonas con costes más favorables.

 

 En  la distribución, el cambio más importante fue la aparición en los años noventa de una nueva forma organizativa que integraba la producción y la distribución con lo que las empresas se posicionaban cerca del consumidor y con capacidad de responder rápidamente a sus  exigencias. Estas empresas, que distribuyen por medio de cadenas de tiendas propias y/o en franquicias, fueron captando el interés del comprador y han llegado a ser mayoritarias en la distribución minorista de vestuario.

 

Estos cambios han provocado un reajuste importante en tota la cadena textil en especial desde la desaparición  del Acuerdo Multifibras en 2005 que permitía limitar las exportaciones de los países emergentes hacia los principales mercados compradores. La irrupción de la actual crisis en 2007/2008 acentuó las  transformaciones mientras las nuevas formas de distribución minorista fueron ganando cuota de mercado a costa del tradicional detallista independiente.

 

El conjunto de la cadena textil* redujo su aportación al PIB español al pasar de representar un 2,1% en 2000 al 1,7% en 2014 y del 3,7% al 2,8% si consideramos el empleo. Sin embargo, esta disminución no  afectó con la misma intensidad a los diferentes segmentos de la cadena. Así, la misma se concentró en la industria, que pasó de representar el 56% del PIB generado en la cadena al 33% entre ambas fechas, mientras que la distribución aumentaba paralelamente su peso en el total, del 44% al 67%, con un incremento muy destacado de la participación de la distribución mayorista. Parecida evolución se da en el cálculo del empleo.

 

De esta manera se ha configurado un nuevo tipo de cadena textil, con un menor peso industrial y con mayor protagonismo de las empresas integradas (industria y distribución), que se clasifican usualmente como de “distribución al mayor” en las estadísticas, aunque su actividad cubre todas las fases del proceso, desde el diseño del producto, a la manufactura (normalmente con medios ajenos), la logística y la distribución al menor, en este caso con medios propios. El conjunto de la distribución detallista mantiene una presencia muy estable, ligada a la evolución del consumo, si bien con cambios importantes entre los diferentes tipos de canales de compra.

 

 

* Por motivos de clasificación estadística, los datos de la cadena comprenden el textil, el vestuario, la piel y el calzado, tanto en sus apartados industriales como de distribución.

Víctor Fabregat

Víctor Fabregat

Víctor Fabregat capitaneó durante veinticinco años el Centro de Información Textil y de la Confección (Cityc), organismo sin ánimo de lucro creado por el Consejo Intertextil Español (CIE) y que cuenta con el apoyo de la mayoría de asociaciones textiles. Su objetivo es facilitar a las empresas información necesaria para la toma de sus decisiones estratégicas. Esta larga trayectoria profesional en el seguimiento y el estudio de todos los aspectos de la industria textil hicieron de Fabregat, fallecido en 2020, uno de los mayores expertos en el negocio de la moda de España.