16 oct 2025
Respondiendo a Inmaculada Urrea a la cual también aprecio mucho y que entiendo que cada uno barre para su casa y su negocio es el branding.
Yo no opiné solo sobre la empresa que dirijo la cual tiene 127 años y una marca reconocida en 80 países del mundo y que factura el 50% exportando. ¡Y Reino Unido es el cuarto país en importancia para nuestra empresa y nos reconocen como marca y proveedora hasta de la Casa Real!
Mi opinión no tiene nada que ver con la marca, iba sobre la fabricación de producto. Si tenemos una super marca muy reconocida y no hacemos un producto, bueno o malo, la marca acaba desapareciendo, por lo que es importante, ¡pero hasta cierto punto!
Mi opinión se refiere a fábricas, a las máquinas y a las manos de las personas trabajadoras que quieren tener un oficio. A elaborar un producto que se venda después, de una marca o de otra. Siempre ha habido fabricantes en España, mal llamados talleres, que han trabajado para otras marcas y que hoy están en vías de extinción. Y fabricas que han hecho, pantalones, jerséis, calcetines, blusas y cientos de productos textiles y que desgraciadamente han desaparecido o están en ello porqué nadie tiene consideración al esfuerzo que supone mantener este tipo de empresas y la ocupación que dan a muchísimas personas.
Ser invisibles sí, pero con la imposición de las normas y las obligaciones que cada vez son más exigentes y tienen costes superiores. ¡Claro que hacemos autocrítica, todos los días! Pero no por no tener una marca consolidada, sino para poder sobrevivir.
“Cuando desaparezcan las quejas, habrá desaparecido el textil industrial de ropa en nuestro país”
Llevo en este oficio desde los 20 años y tengo 68 recién cumplidos, creo que tengo el derecho de expresar el deterioro de nuestro sector el cual he vivido desde primera fila por causas externas a la voluntad de muchas empresas y sus trabajadores. ¡Los que fabrican saben de qué hablo!
Las normas, las leyes, las decisiones, la política, la globalización, los precios, los proyectos, las ocurrencias de unos y otros hacen que nosotros, o al menos, yo, lloremos y nos quejemos por ser impotentes al ver desaparecer un sector que fue motor industrial en nuestro país durante muchas décadas. Cuando desaparezcan las quejas, habrá desaparecido el textil industrial de ropa en nuestro país, mientras unos pocos estemos vivos y coleando hemos de seguir intentando fabricar los mejores productos y si es de la mano de una buena marca con valores mucho mejor.
El resto es pura demagogia.
Roser Ramos
Directora general de Cóndor.
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