Opinión

La industria del textil de moda: estamos solos

La industria del textil de moda: estamos solos
La industria del textil de moda: estamos solos

Roser Ramos

9 oct 2025

Estamos solos. No quedan empresas industriales en nuestro sector. Todo se importa de los lugares más variados de nuestro mundo, abanderando Asia la primera posición.

 

Los que somos industriales (muy pocos) somos invisibles. Tengo la sensación de que no importamos a nadie. Aunque pongamos mil etiquetas de fabricado en España, las administraciones y los consumidores no nos reconocen y nos comparan con fabricaciones exteriores de otras calidades y, por supuesto, de otros precios.

 

Vivimos a contracorriente de todo. No tenemos ayudas de ningún tipo, sólo sabemos hablar de sostenibilidad y digitalización. La realidad es que la mayoría de las pocas empresas que quedamos en pie llevamos mucho tiempo siendo más sostenibles que lo que llega de fuera. Sólo el hecho de no tener que traer la producción desde Asia en barcos o aviones nos convierte en súper sostenibles con respecto al resto. La industria de la moda en el textil se compone ahora mismo de pymes o micros, ya no hay grandes empresas de genero de punto, plana, o tricotosas y, por supuesto, ya no hay personas trabajadoras expertas en el oficio, porque ha ido desapareciendo.

 

Las empresas que quedamos vivas tenemos que invertir en maquinaria, en estar al día en tecnología y de formar a personas desde cero para que aprendan este oficio. Desde luego, es agotador. No hay ninguna administración que nos dé soporte ni ayuda alguna, sino todo lo contrario: tenemos más normas, leyes y obligaciones externas a nuestro oficio que nos colapsan, inquietan y nos hacen ser todavía menos competitivos. Cuando ves millones de productos textiles que entran por nuestras fronteras sin control ninguno y que aparecen en nuestro mercado sin la necesidad del cumplimiento de todas las normas que nosotros sí tenemos que obedecer, es desesperante y nada podemos hacer para solucionarlo. Y vamos a peor. Hay semanas que tenemos tantas reuniones de cambios normativos (a veces un tanto ridículos) que no nos da tiempo a fabricar aquello de lo que realmente vivimos, el producto.

 

 

 

 

Los productos fabricados en España son muy apreciados en todo el mundo. Empresas como la nuestra exportan a más de 80 países de todos los continentes. Incluso en China aprecian nuestra marca y nuestros productos de máxima calidad. Por ello, deberíamos tener más consciencia de aquello que hacemos bien y promocionarlo con proyectos reales y asequibles a todos, y no con ocurrencias políticas que no tienen ningún valor, sólo entorpecer el día a día de las empresas.

 

Una empresa con 200 trabajadores sigue siendo una pyme en cualquier sector, pero en moda tener 200 trabajadores ya es una osadía y una complicación enorme. Esto hace que muchas empresas que no fabrican nada en España, con 15 o 20 personas, un almacén logístico de propiedad o subcontratado, puedan importar millones de prendas a bajo coste e inundar nuestros mercados de “ropa basura”. No es equitativo, y seguramente en unos pocos años no quedarán fábricas textiles de ningún tipo en España, ni pymes ni micros. Es una lástima, porque made in Spain funciona mejor fuera de España que en nuestro Estado, y el valor de una marca y el buen producto da prestigio a un país y nos coloca en el mapa mundial.

 

Hace escasas semanas me enviaron una encuesta sobre cómo iba el 2025 y cómo vemos el 2026. Más o menos producción, más o menos personas empleadas, posibilidad de vender en nuevos países, etc; las preguntas que nos hacen siempre. Hubo dos preguntas hacia el final que me hicieron tomar la decisión de no volver a responder a estas encuestas. Una de ellas era que cómo veía el abastecimiento desde Asia en el futuro, si en más, igual o en menor cantidad de productos o unidades. Preguntaba si tenía pensado trasladar la fabricación a otros países no asiáticos y, al final una casilla donde ponía ‘otros’. Por supuesto, respondí la última, ya que jamás hemos fabricado en Asia y en el único país donde fabricamos y fabricaremos es en España, pero no había ninguna casilla para poner mi respuesta.

 

 

 

 

La segunda que me llamo la atención fue: ¿Tiene previsto invertir en este año 2025 y el próximo 2026? Las posibilidades eran: digitalización, sostenibilidad, publicidad, canales de distribución, logística y otros. Por supuesto, marqué la última. Porqué sí que estamos invirtiendo en nuestra empresa en la renovación del parque de máquinas de tejeduría con nueva tecnología, con 25 máquinas nuevas y otro tipo de maquinaria que por la obsolescencia tenemos que renovar. Con el tiempo la maquinaria caduca y tenemos que invertir en nueva.

 

Somos invisibles, no saben que existimos y cada vez somos menos empresas las que fabricamos. Nadie tiene en cuenta que, en nuestro sector, una fábrica textil tiene la obligación para seguir funcionando de invertir en maquinaria, ni siquiera lo preguntan en una encuesta que haga referencia al sector. Es importante decir que, por supuesto, no tenemos ninguna ayuda por parte de ninguna administración ni autonómica, ni estatal, ni europea.

 

Los servicios dan mucho trabajo en España. Mucha restauración, mucho turismo, muchas empresas que venden humo y cada vez menos empresas que fabrican. Sólo las muy, muy grandes tienen el soporte y la ayuda de la administración. El resto de las empresas somos invisibles, pero nos hacen cumplir con todas las obligaciones y normas que se les ocurren con un total desconocimiento de que algunas de esas normas pueden hundir a muchos pequeños fabricantes.

 

Un país empobrece cuando no tiene fabricas que construyen productos y que dan trabajo a las personas que, a su vez, compran esos productos que otros fabrican y así se enriquecen los países y las personas trabajadoras.

 

Nuestra industria necesita ayuda inmediata para que, los que quedamos, podamos seguir, y para que otros se animen a fabricar también en nuestro país.

Roser Ramos

Roser Ramos

Directora general de Cóndor.