El textil: ¿Una crisis especial?
10 oct 2018
Se cumplen diez años del inicio de la gran crisis económica, financiera y social que convencionalmente se data con la caída de Lehman Brothers en Agosto de 2008 y cuyas secuelas son todavía evidentes.
Como es lógico, el sector industrial de la moda (incluyendo el textil, la confección, la piel y el calzado) no podía quedar al margen de la misma y de sus consecuencias.
La crisis textil empezó antes
Sin embargo, el inicio de la crisis del sector empezó ya en el 2000. Eran tiempos de fuerte crecimiento económico, consumo al alza, paro decreciente y burbuja inmobiliaria. El lema aznarista de España va bien lo resumía perfectamente.
En el lado negativo, podemos situar la pérdida de competitividad de nuestras empresas ya que la tasa de inflación española superaba claramente a la europea. Por ello, el aumento del consumo de productos textiles y del calzado se cubrió básicamente por importaciones más baratas en relación a las españolas.
“La crisis del textil ya comenzó en el 2000, tiempos de fuerte crecimiento económico y consumo al alza”
La entrada de productos del exterior coincidió con la expansión del sector en los países emergentes, en especial de Asia. Así las importaciones se duplicaron entre 2000 y 2008 y las procedentes de la zona asiática pasaron del 36% del total en 2000 al 47% en 2008, naturalmente con China a la cabeza apoyada por un yuan favorable.
Otras tendencias fueron la deslocalización productiva hacia países del entorno euromediterráneo y la creciente liberalización de los intercambios internacionales cuya culminación fue la desaparición de las limitaciones a las importaciones textiles en 2005, año en que se suprimió el marco del Acuerdo Multifibras.
Estos cambios provocaron una fuerte reestructuración en la industria del sector. La producción retrocedió un 45% entre 2000 y 2008 y el empleo cayó un 38%. La balanza comercial pasó de un déficit de 1.000 millones a 6.500 en el período citado.
“Tras la recesión de 2008, muchas empresas se lanzaron a la exportación como vía de escape”
La gran crisis del 2008
Esta crisis, además del desplome del consumo, agravó la situación financiera de las empresas, en especial por las restricciones crediticias que provocaron un fuerte incremento de los cierres y la reestructuración de muchas empresas. Por otra parte, la rentabilidad acentuó su tradicional tendencia a la baja ya que los precios industriales del sector sufrieron una clara deflación. Así desde 2008 estos han subido un 4,9% frente a un 12,5% del IPC.
Muchas empresas se lanzaron a la exportación como vía de escape mientras reorganizaban sus estructuras y sus operativas a la espera de la recuperación del mercado español que se inició en 2015. Por desgracia, se perdieron por el camino un 24% de las empresas y un 20% del empleo entre 2008 y 2018.
En el presente siglo, el sector ha perdido un 40% de las empresas, la mitad del empleo y la producción se ha reducido casi un 60%. La mayor parte de este ajuste (alrededor delos 2/3) se efectuó en el primer período hasta 2008.Ahora, después de la tormenta, tenemos un sector más pequeño pero más competitivo e internacionalizado, a la espera de esa nueva crisis que pronostican los agoreros.

Víctor Fabregat
Víctor Fabregat capitaneó durante veinticinco años el Centro de Información Textil y de la Confección (Cityc), organismo sin ánimo de lucro creado por el Consejo Intertextil Español (CIE) y que cuenta con el apoyo de la mayoría de asociaciones textiles. Su objetivo es facilitar a las empresas información necesaria para la toma de sus decisiones estratégicas. Esta larga trayectoria profesional en el seguimiento y el estudio de todos los aspectos de la industria textil hicieron de Fabregat, fallecido en 2020, uno de los mayores expertos en el negocio de la moda de España.
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