Estrellas fugaces
20 oct 2019
A la moda siempre le ha encantado encumbrar a sus nuevas estrellas. El nuevo enfant terrible, el nuevo it bag, el nuevo fenómeno de esta o aquella temporada. En los últimos años, en los que los reyes de la economía han venido de Silicon Valley, la moda también se ha empeñado en buscar sus propios fenómenos disruptivos, operadores online que idearon una nueva forma de comprar y vender moda y que estaban llamados a convertirse en los nuevos reyes del sector.
Pero, en un momento de cambios rápidos y transformación, pasar del hype al negocio, del crecimiento a doble dígito al crecimiento sostenible, de la inversión a cualquier precio a la rentabilidad, se antoja más complejo que nunca.
Esta última semana, Asos ha anunciado un desplome de su beneficio después de tres profit warnings en menos de doce meses y mientras su compatriota Boohoo le adelanta por la derecha. Jacquemus se ha retirado para “pensar” justo cuando tiene que encarar su salto de “el diseñador favorito de Instagram” a una empresa de moda escalable y rentable. En España, hace ya muchos meses que Hawkers, el rey del hype, no protagoniza titulares.
No son los únicos: en real estate, WeWork, el gran fenómeno de los últimos años, ha cancelado sus salida bolsa y ha reconocido que no sabe cuándo podrá ser rentable.
Las estrellas son hoy más fugaces que nunca y no hay que confiarse. Ser un fenómeno es caro, pero relativamente rápido y fácil si se activan las palancas adecuadas. Pero eso nunca es suficiente para sobrevivir. Sino, hoy seguiríamos vistiendo de Benetton y Jason Wu sería el rey de las pasarelas.

Modaes
Si Modaes es información rigurosa e independiente, On the record es opinión. Modaes expresa a través de este blog su posicionamiento sobre los asuntos más candentes del negocio de la moda y plantea debates sobre las polémicas que se declaran en el sector.
Otros artículos de Modaes
Producto, el corazón de la moda
Descifrar al cliente: la clave de futuro de la moda
La tienda, el templo de la moda
Munford y la inacabada transformación digital de la moda
Inteligencia artificial: esperando al ‘game changer’ de la moda
Geopolítica: el tablero en el que también juega la moda
El castigo de los precios
El propósito o el riesgo de convertirse en una marca ‘commodity’
Diversidad, equidad e inclusión… ¿de verdad?
Las materias primas recuperan la llave de la moda
The best and the brightest
Emisiones, agua y cambio climático: la huella ambiental de la moda
Igualdad, pero no mucho
El nuevo normal era esto
Modaes.es ha muerto, larga vida a Modaes
¿Qué es para ti moda?
Oportunidades, pese a todo
Cartas encima de la mesa
El grupo de Toni, Jaume y Alberto
Mucho que ganar
Artículos de otros autores

La bomba de relojería del residuo textil

Inés, Coco y el algoritmo loco

De la competencia a la confianza: el impacto de la sostenibilidad en el valor de marca

El futuro de la financiación sostenible en un entorno geopolítico cambiante

El silencio que puede costarle caro a la moda

Claves de un perfil de liderazgo sostenible

¿Un nuevo orden global también para la moda?

El factor multiplicador

Europa nos vende el ‘hype’ sostenible y luego nos deja en visto

Cinco años después de aquella nueva normalidad

La jungla del lujo salvaje

1.67, se me quedará grabado

Unas buenas velas

Fashion ‘Fake News’ de lujo

Idiotas, abstenerse

Estamos haciendo historia

El secreto de la sostenibilidad en la moda: más cívicos y menos cínicos

Carolina Herrera sigue siendo la emperatriz de Nueva York

Mystery branding, misery branding

Una década de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid