La industria italiana de la moda hace frente común para blindar el ‘Made in Italy’
La Camera Nazionale della Moda ha reunido a las principales compañías del sector en plena fashion week de Milán para reclamar la protección de la cadena de valor y una mayor regulación que garantice el futuro del lujo italiano.
La cúpula de la moda italiana ha exhibido unidad en plena fashion week de Milán, en un contexto marcado por el duelo tras el fallecimiento de Armani y un clima de revolución creativa. Los máximos representantes de la Camera Nazionale della Moda, reunidos en Casa Cipriani, reivindicaron la necesidad de proteger la cadena de valor nacional a través de la creatividad, la sostenibilidad y las prácticas éticas. Entre los asistentes se encontraban Luigi Maramotti, de Max Mara; Renzo Rosso, de OTB; Remo Ruffini, de Moncler; Alfonso Dolce, de Dolce&Gabbana; Gildo Zegna, de Zegna; y Lorenzo Bertelli, de Prada; flanqueando a Carlo Capasa, presidente de la institución.
Capasa subrayó que, en un mundo polarizado, la moda puede transmitir un “mensaje positivo”. “No queremos que la moda pase de moda”, aseguró, recordando que la creatividad, aunque costosa, es la ventaja competitiva que distingue a Italia frente a otras industrias, recoge WWD.
Por su parte, Gildo Zegna defendió el peso histórico de un sector que en muchos casos sigue en manos familiares tras más de un siglo de trayectoria. “Tenemos un inmenso saber hacer que parte de muy lejos y queremos defender lo que nuestros antecesores construyeron y crear un futuro mejor”, apuntó el ejecutivo, que recordó el esfuerzo del grupo en consolidar una cadena de valor integrada mediante adquisiciones de proveedores.
Para Zegna, el control de la producción resulta crucial en un contexto de volatilidad cambiaria y tensiones comerciales. “Si los aranceles se mantienen donde están, podemos gestionarlo, pero lo que me preocupa es la inestabilidad de las divisas”, señaló, alertando de la necesidad de vigilar los precios para no erosionar el atractivo del lujo italiano.
La industria de la moda italiana defendió el ‘know how’ como activo estratégico
Renzo Rosso, fundador de OTB, incidió en los tres pilares de su grupo: creatividad, sostenibilidad y tecnología. “Sin creatividad, un producto no es más que un objeto; con creatividad se crea deseo, se crea un sueño”, subrayó. El empresario destacó que el 55% de la producción del hólding es ya sostenible y que la inversión en inteligencia artificial será clave para mejorar la eficiencia de negocio.
Rosso también puso el acento en la dimensión social y apeló al optimismo necesario en el sector. “La negatividad impacta incluso en el tráfico en tiendas, por eso necesitamos noticias positivas”, exhortó a los medios presentes.
Lorenzo Bertelli, responsable de sostenibilidad en Prada, advirtió de que “la desigualdad es la mayor amenaza para la industria del lujo”. Una idea en la que coincidió Luigi Maramotti, presidente de Max Mara Fashion Group, al señalar que “el consumidor está confundido” y que, mientras Europa avanza en sostenibilidad, otros mercados siguen direcciones divergentes. “Es fácil hacer noticia de los escándalos, pero hay que valorar lo que se ve y apoyar a los miles de trabajadores de esta industria”, defendió.
Este punto conectó con uno de los debates más sensibles: las investigaciones judiciales en torno a casos de explotación laboral en la cadena de suministro de firmas de lujo. Loro Piana, Dior, Armani, Valentino y Alviero Martini han estado bajo escrutinio en los últimos años, aunque algunos procesos ya se han cerrado.
La presión regulatoria sobre la cadena de suministro preocupa a la industria
Capasa salió al paso defendiendo que la ilegalidad afecta a una fracción limitada del sector. Según datos de Istat, alrededor de 30.000 personas trabajan sin contrato en la industria, frente a un total de 600.000 empleados. “Se trata de un 2% o 3% de la producción de lujo, muy por debajo de otros sectores”, precisó.
El presidente de la Camera confirmó que la institución trabaja con el Ministerio de Empresas y Made in Italy en una nueva legislación para regular y proteger la cadena de suministro, que calificó como “la base para salvar la industria”.