Entorno

Revista Modaes número 56

Ghana, Egipto o Lesoto: el mapa de la relación entre África y la moda

Marruecos o Túnez son proveedores tradicionales de la moda europea, mientras Egipto gana peso como productor textil. Lesoto es un gran exportador a EEUU y Sudáfrica cuenta con uno de los mayores PIB per cápita del continente.

Ghana, Egipto o Lesoto: el mapa de la relación entre África y la moda
Ghana, Egipto o Lesoto: el mapa de la relación entre África y la moda

Celia Oliveras

Impulsados por el nearshoring, Marruecos o Egipto van ganando poco a poco posiciones en el mapa del sourcing de la moda europea. Lesoto, a su vez, con exportaciones a EEUU valoradas en 237 millones de dólares, ve peligrar su posición como la máquina de coser estadounidense por un arancel de hasta un 50% a sus ventas al país. En Ghana, el incendio de Kantamanto ha puesto en el punto de mira el dónde y, especialmente, el cómo acaban gran parte de los residuos textiles de Occidente, mientras Sudáfrica, con una de las mayores economías del territorio, es uno de los puntos de entrada para las marcas europeas a África. El papel de África en la industria de la moda es cada vez más protagonista.

 

El continente africano se articula como un territorio complejo, con más de 30 millones de kilómetros cuadrados y 54 países con economías, geografías y culturas extremadamente diversas entre sí. Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), cinco países concentran la mitad del Producto Interior Bruto (PIB) de todo el continente, que se estima en alrededor de 2,8 billones de dólares. Este, sin embargo, se reparte de forma desigual, y Sudáfrica, Etiopía, Egipto, Argelia y Nigeria acumulan hasta 1,4 billones de dólares del total.

 

África todavía no ha estallado como un hub de consumo para las marcas de moda occidentales. Muy poco a poco, sin embargo, varios países han desarrollado su potencial productivo, desde la confección, a la curtiduría o el cultivo de materias primas. “La industria africana se concentra tanto al principio como al final de la cadena de valor, en materias primas y prendas de vestir, con muy poca capacidad en la producción de tejidos y textiles”, explica el centro de investigación británico ODI Global en su último informe sobre el territorio. Esto ha generado, alerta el texto, que parte del valor potencial de la industria textil se diluya en terceros países como China o Bangladesh, que más tarde venden el tejido de vuelta a los territorios africanos a un mayor precio y donde son finalmente confeccionados.

 

 

 

 

Según datos de la Universidad de Harvard, África exportó al resto del mundo bienes y servicios por un total de 747.000 millones de dólares en 2023. Del total, los textiles representaron 22.000 millones de dólares, casi un 3%, comprendiendo desde la confección (principalmente de pantalones) a la exportación de algodón, que supone algo más de un 7% de todas las ventas textiles del continente al exterior. En los últimos años, sin embargo, la industria textil en el continente se ha beneficiado de la creación en 2018 de la Zona de Libre Comercio Continental Africana (Afcfta), así como del desarrollo económico de parte de las economías asiáticas que concentraban la producción textil históricamente, lo que ha elevado los costes de producción y de salario de sus trabajadores en la zona, y llevado a las compañías a buscar alternativas más baratas.

 

Marruecos se ha alzado tradicionalmente como uno de los principales hubs textiles en África. Su cercanía con Europa ha sido el principal motor de esta industria, al convertirlos en productores en cercanía para España, Italia o Portugal. Entre los países que están creciendo al calor de un mejor clima para sus economías, sin embargo, el gran ganador de este último año ha sido Egipto, gracias a su mano de obra más barata, la también proximidad con países europeos y una menor inflación, convirtiéndolo en una alternativa más barata y estable.

 

Lesoto, por su parte, un pequeño país ubicado, literalmente, en el interior de Sudáfrica, se ha hecho un hueco en el sourcing de la moda gracias a EEUU, donde exporta más de la mitad su producción textil a gigantes como Levi Strauss o Walmart. En total, la moda representa el 90% de las exportaciones manufactureras del país, y emplea a 40.000 personas, por lo que la decisión de Donald Trump de imponer un arancel del 50%, que ahora se estima que se quedará en un 15%, a los productos de Lesoto que entrarán en el país sacudió el sector.

 

Ghana y Sudáfrica representan las dos caras del consumo en moda. Por un lado, la potencia surafricana, con un PIB per cápita de 6.200 euros, en la parte alta del ránking de todos los países del continente, se alza como uno de los principales, y escasos, destinos de la moda internacional en el territorio. Los principales gigantes de la gran distribución como H&M, Inditex, Mango o Gap han tenido, y en algunos casos como H&M e Inditex, todavía cuentan con presencia en el país. En el lado opuesto está Ghana, que ya se ha dado a conocer como el gran vertedero de la moda junto a Atacama, en Chile. El incendio de Kantamanto a principios de año puso el foco en el destino de la mayoría de los desechos textiles. Según datos de la Agencia Europea del Medioambiente, hasta un 46% de estos residuos europeos acaban en África, en lugares como Kantamanto, donde llegan alrededor de 15 millones de prendas cada semana.