Tras África y Corea del Sur, Tranoï ejerce de trampolín para la moda de Arabia Saudí
El salón francés consolida su misión internacional en mercados emergentes con un showroom saudí en París, la primera participación oficial de marcas respaldada por la Saudi Fashion Comission en la fashion week de la capital.


Arabia Saudí mueve ficha para consolidarse como nuevo polo creativo en la industria global de la moda. A través de un movimiento estratégico durante la pasada semana de la moda masculina de París de junio, la Saudi Fashion Commission seleccionó a once marcas emergentes del programa Saudi 100 Brands para desembarcar en la capital francesa bajo el paraguas de Tranoï, uno de los salones de referencia en la promoción de talento emergente de mercados periféricos.
Del 24 al 27 de junio, los grandes almacenes propiedad de LVMH, La Samaritaine, acogieron un showroom de 480 metros cuadrados a orillas del Sena donde estas once firmas saudíes exhibieron sus colecciones de primavera-verano 2026, en el primer escaparate oficial que la comisión apoyó en la pasarela parisina. La operación no es casual. Arabia Saudí lleva años preparando su tablero para posicionarse como actor influyente en el sector de la moda mundial, alimentando una narrativa de modernidad, talento y capacidad de producción.
Desde la creación de la Saudi Fashion Commission en 2020, bajo el paraguas del Ministerio de Cultura saudí, el país ha intensificado sus esfuerzos por visibilizar diseñadores locales en citas como Dubái, Milán o Nueva York. Sin embargo, París, como capital de mayor atractivo mediático y potencial comercial, permanecía pendiente de un asalto con respaldo institucional.
“Arabia Saudí es un centro de talento y experiencia, este showroom en La Samaritaine es una gran oportunidad para visibilizar nuestras colecciones en París y reforzar vínculos con la industria internacional”, señaló Burak Cakmak, consejero delegado de la Saudi Fashion Commission, que pilotó la coordinación de los diseñadores durante la cita.
La Saudi Fashion Commission presentó once firmas seleccionadas durante la ‘fashion week’ de París con el respaldo de Tranoï
Tranoï, que ejerce de plataforma de descubrimiento y visibilidad para mercados emergentes, dedicó a esta acción un espacio exclusivo en la quinta planta de La Samaritaine. La elección del enclave no es anecdótica, los grandes almacenes son unos de los más emblemáticos de París, propiedad de LVMH desde 2001. El mítico espacio volvió a subir la persiana en 2021 tras quince años de reformas que devolvieron el esplendor a su arquitectura Art Nouveau y Art Déco.
Hoy, con siete plantas, 600 marcas en su oferta y más de 20.000 metros cuadrados de superficie, el edificio se ha convertido en un símbolo de la experiencia de retail de lujo, donde conviven moda, belleza, gastronomía y lifestyle. Integrando también el hotel Cheval Blanc Paris, La Samaritaine defiende actualmente su papel como escaparate aspiracional tanto para turistas internacionales como para el público local.
Por su parte, las once marcas seleccionadas para esta operación reflejaron la ambición saudí de reivindicar una identidad creativa diversa, sin renunciar a influencias globales. En el terreno masculino y mixto, destacaron firmas como 1886, que fusiona el sportswear, el streetwear y referencias de esquí, incluida una colaboración con la marca rusa Raketa Watches, para construir un armario contemporáneo y funcional. Awaken, por su parte, traslada mensajes progresistas a través de camisas, prendas de cuero y tejidos acolchados en negro; mientras que Hajruss revisita la sastrería masculina con materiales nobles como la lana y la piel y Eleven se decanta por un lenguaje street más relajado, con plumíferos, gorras y camisetas gráficas.
Entre los nombres más destacados y de mayor potencial comercial, cabe mencionar Mirai, una marca de estilo minimalista y colores sobrios y atemporales conecta la estética japonesa con las raíces saudíes. “El hecho de contar con apoyo para presentar en París es extraordinario y la marca ha despertado un gran interés entre los buyers, gracias al diseño premium y posicionamiento accesible”, explicaron a Modaes sus fundadores, detallando que los precios de sus prendas de materiales naturales oscilan entre cuarenta y doscientos euros, por lo que la oferta “resulta muy interesante y competitiva en el mercado europeo”. Otra firma a tener en cuenta: RBA New York, ya presente en Galeries Lafayette de Dubái, conocida por reinterpretae prendas regionales en algodones ligeros y formas fluidas.
Mirai o RBA New York son dos de las marcas aventajadas del ‘menswear saudí’
En el ámbito femenino, todas las diseñadoras coincidieron en la relevancia del apoyo de la comisión para dar el salto internacional que las impulse a ir más allá de los diseños couture de lujo o el cliente local. “París es el mejor lugar para encontrar compradores internacionales que encajen con la moda saudí”, defendieron las creadoras.
Razan Alazzouni, la marca más veterana y de mayor consolidación comercial en la región, sobresale con bordados artesanales aplicados a vestidos, tops y kaftanes, incluso en versión infantil; al tiempo que Rebirth apuesta por un beachwear fluido, con hilos y tiras al aire y una apuesta por “la artesanía de la región, poco conocida en el extranjero”.
Con una producción basada en el corazón de Barcelona, Reem Alkanhal construye, por su parte, siluetas largas e intemporales con tejidos como brocados o tafetán de seda. Waad Aloqaili explora la alta costura semestral con vestidos bordados de cortes innovadores; mientras Yasmina Q trabaja un vestuario modesto en tonos escarlata, blanco roto o azul, con un toque contemporáneo.
La mayoría de estas marcas emergentes en el panorama occidental no lo son tanto en su país de origen y ya han pasado por la pasarela de la Red Sea Fashion Week, en Yeda, una cita impulsada también por la Saudi Fashion Commission para fortalecer la proyección internacional de su tejido creativo. Ahora, París representa un salto cualitativo: la ciudad funciona como termómetro de legitimidad para el negocio de la moda, y la presencia saudí, canalizada a través de Tranoï, busca precisamente reforzar esa legitimidad ante compradores, distribuidores y prensa especializada.
Tranoï ya ha tejido sinergias con mercados como el africano, japonés o coreano
La alianza con Tranoï no es baladí. El salón ha cimentado su reputación como rampa de lanzamiento para diseñadores procedentes de mercados emergentes, integrando a firmas de la semana de la moda de Seúl o la de Tokio, y cooperando también en África con Canex, la plataforma respaldada por African Export-Import Bank para potenciar la moda africana en Europa.
Arabia Saudí, por su parte, con su narrativa de transformación y diversificación económica, encuentra en Tranoï el socio idóneo para su estrategia de marca país. Más allá de la construcción de talento local, el mercado apunta a desarrollar un ecosistema de negocio que abarque formación, manufactura, cadenas de suministro y, en última instancia, un posicionamiento propio en el mapa de la industria global.
El escaparate parisino es, en ese sentido, la primera jugada visible de un proyecto de largo recorrido que aspira a convertir Arabia Saudí en un actor relevante no sólo como consumidor de lujo, sino como generador de moda, creatividad y valor añadido. Igualmente, este mes de julio, la comisión firmará la primera participación de una delegación de moda en el evento Portugal Fashion de Oporto.
Igualmente, que Arabia Saudí estrene su primer showroom oficial durante la semana de la moda de París subraya la ambición de entrar en la liga de los países que no óolo consumen moda, sino que la crean y la exportan, con la vista puesta en forjar un relato de prestigio, diversidad y sofisticación. Y Tranoï, con su experiencia tendiendo puentes creativos entre continentes, actúa como catalizador de esa ambición saudí que, paso a paso, quiere ganarse su sitio en el escenario mundial.