Cacharel acelera su relanzamiento y ultima su regreso al mercado español
Tras años centrada en el negocio de perfumes bajo licencia de L’Oréal y con escasa presencia en la industria de la moda, la histórica marca francesa de prêt-à-porter activa su plan de despliegue con foco en el multimarca.
Cacharel lo intenta de nuevo con la moda. La marca francesa, conocida por diseños icónicos como el blusón de crépon de los sesenta o su negocio de perfume liderado por el mediático Anaïs Anaïs, ha iniciado un nuevo plan de relanzamiento tras varios intentos fallidos en la última década. Un año después de anunciar su regreso al prêt-à-porter en París, la compañía apuesta por un relanzamiento de sus colecciones de moda a través de su participación en ferias internacionales del sector para construir, de forma progresiva, una red de distribución estable.
El relanzamiento de Cacharel comenzó a gestarse en la primavera del año pasado, cuando la empresa retomó la palabra con colecciones cápsula de producción francesa y europea. Respaldada por la notoriedad que mantiene su negocio de perfumería bajo licencia de L’Oréal, con unas ventas anuales que se cuentan en millones de unidades, la marca decidió reactivar su moda femenina con una propuesta basada en la relación calidad-precio y en la recuperación de sus códigos históricos bajo una mirada renovada. La propuesta retomó entonces las blusas liberty, siluetas ligeras y un aire romántico que había definido su identidad desde los años sesenta.
El propietario y fundador, Jean Bousquet, de 92 años, reagrupó a finales de 2023 un equipo de una decena de personas en la sede parisina de la compañía en el 7ème arrondissement para sentar las bases de la nueva etapa. Tras un paréntesis de tres años en el que el prêt-à-porter permaneció dormido, coincidiendo con una etapa decadente para el sector de la gama media en el mercado galo, la estrategia pasa ahora por apoyarse en un nombre icónico para combinar colecciones de diseño parisino y un posicionamiento intermedio en precio.
“Nos encontramos en una fase de relanzamiento enfocada al desarrollo internacional de Cacharel, después de haber dado los primeros pasos de esta nueva etapa en París”, explica a Modaes la responsable comercial de la marca, Candice Barraud. En un primer momento, el objetivo de la enseña consiste en desarrollar una “red selecta de puntos de venta multimarca” y trabaja, con la mirada puesta en el medio plazo, en la apertura de una tienda insignia en la capital francesa.
Cacharel asienta actualmente su negocio sobre la licencia de fragancias con L’Oréal
Para apoyar este desarrollo y tantear el mercado europeo, Cacharel se ha volcado recientemente en la participación en ferias profesionales, como Who’s Next o White Milano. En España, la empresa firmó una primera participación en la última edición de Momad, a la búsqueda de contactos comerciales para restablecer su presencia de moda en el país. Según la portavoz, el interés detectado en estos salones permitirá definir la estrategia de expansión en los cuatro países prioritarios: Francia, Italia, Reino Unido y España.
El negocio de fragancias continúa siendo el gran activo de Cacharel. Bajo el paraguas de L’Oréal desde 1978, la firma ha construido un catálogo de perfumes de alcance global que incluye Anaïs Anaïs, Amor Amor o Yes I Am, lanzado en 2018. Los royalties procedentes de este negocio son la principal fuente de financiación del nuevo plan de moda y garantizan a la marca la notoriedad de la que carecía en su etapa anterior.
No es la primera vez que Cacharel trata de firmar su gran comeback. La compañía, fundada en 1958, ya fracasó en el pasado en el intento de reposicionar su prêt-à-porter, en parte por falta de dirección artística y de coherencia comercial. Para la etapa actual, la empresa pretende dar consistencia a la propuesta y situar a la marca en el radar del cliente premium accesible, un público que ya se acerca a Cacharel a través del vintage y de la perfumería.