Shein acusa a Francia de usar a la compañía como ‘chivo expiatorio’ en la ley anti moda rápida
La reacción del gigante asiático llega después de que el Senado francés haya dado luz verde hoy a la ley que regulará y penalizará a las empresas por poner un gran volumen de referencias en el mercado de forma continuada.


Shein carga contra Francia por la ley contra la moda rápida. “Nos preocupa este intento de convertir a Shein y a sus consumidores en chivos expiatorios en Francia”, ha defendido la compañía asiática en declaraciones a Modaes. La acusación, que se dirige expresamente a las instituciones galas, llega después de que el Senado haya aprobado hoy por unanimidad la polémica ley contra la moda rápida.
El gigante asiático, que es la compañía más afectada por la ley y que ha sido mencionada de manera directa durante el proceso legislativo, ha añadido su “preocupación” porque la nueva norma traslade carga económica a los consumidores y tenga un impacto sobre su poder adquisitivo.
Contraproducente, libertad de expresión o penalización son algunos de los términos que ha utilizado Shein en su comunicado expresando el rechazo a la ley, que lleva más de un año de camino legal desde su primera prueba en la Asamblea Nacional.
“Nos preocupa que esta legislación corra el riesgo de hacer recaer la carga de la sostenibilidad en los consumidores que ya se enfrentan a presiones económicas y de reducir aún más su capacidad de compra”, ha defendido la empresa. A ello, además, Shein ha añadido que ve “contraproducente obligar a las familias francesas, que ya están sometidas a una presión económica cada vez mayor, a pagar más por los mismos productos”.
Shein encargó a principios de junio un informe para rebatir las alegaciones en contra de su modelo de negocio
Esta no es la primera reacción del gigante asiático ante el avance de la norma, que ya ha sido bautizada públicamente como ley anti Shein. A principios de este mes, la compañía encargó la redacción de un informe, que posteriormente envió a todos los senadores del país, en el que denunciaba el efecto negativo de que se aprobara la legislación.
El texto cifraba en hasta un 75% el incremento del precio que deberían pagar los consumidores a causa de las penalizaciones que deberá asumir la empresa por poner productos en el mercado, y que afectaría, además, hasta los consumidores más modestos del país, el principal usuario de su plataforma.
En su lugar, Shein ha pedido a las autoridades francesas una hoja de ruta 2030 para la Transformación textil sostenible, basada en medidas prácticas y pruebas científicas. “Estamos dispuestos a colaborar con los agentes del sector y los responsables políticos franceses para hacer avanzar esta agend”, ha asegurado la compañía.