Corea del Sur: una ley marcial, un vecino peligroso y un 25% en un giro de diez días
El país, la cuarta mayor economía asiática, se enfrenta a un periodo convulso con un nuevo presidente al frente. La dependencia de China y Estados Unidos en el comercio, aviva aún más la incertidumbre sobre el futuro del país.


Procesos electorales, conflictos geopolíticos y la persistente incertidumbre macroeconómica, ¿a qué retos se enfrentan las principales economías del mundo? La serie Mercados estratégicos hace una radiografía de las principales potencias mundiales y analiza cuál es su relación con España, así como los principales desafíos a los que se enfrentan en los próximos años.
Radiografía de un mundo global
Una semana es tiempo suficiente para darle la vuelta a la política de un país. Los lentos procesos políticos y largas campañas electorales escasean cada vez más en un orden global que avanza al ritmo acelerado marcado por las idas y venidas de Donald Trump. El presidente de Estados Unidos ha marcado una nueva velocidad a la política internacional: Hoy aranceles de un 10% y mañana de un 25%. Ahora tregua comercial de 90 días.
El giro que llevó a Corea del Sur a cambiar de presidente a finales del año pasado estuvo marcado precisamente por esa velocidad. Desde el momento en el que Yoon Suk Yeol, líder del Partido del Poder Popular (PPP), decretó la ley marcial el 3 de diciembre, y el parlamento del país anunciara su destitución, pasaron apenas diez días. La elección de un nuevo presidente, sin embargo, no se hizo oficia hasta el 3 de junio, cuando el país celebró los comicios con la participación más alta en casi tres décadas.
El nuevo presidente, pese a alzarse con un 51,7% de los votos y contar también con una mayoría parlamentaria, enfrenta un mandato turbulento marcado por una ralentización de la economía global, un incremento de los aranceles en sus exportaciones a Estados Unidos y unas perspectivas de crecimiento a la baja para el país, lastrado también por una caída del consumo.
El cuarto dragón asiático
Corea del Sur, con una población de medio centenar de millones de habitantes y un Producto Interior Bruto (PIB) per cápita por encima de los 30.000 dólares, se alza como la cuarta mayor economía del continente asiático, por detrás de China, India y Japón. El país ha anotado un incremento continuo de la renta per cápita de sus habitantes desde los años 80, y apenas interrumpido en tres ocasiones: durante la crisis asiática de 1997, tras la crisis financiera mundial de 2008 y con el estallido de la pandemia.
Este año, sin embargo, el escenario macroeconómico mundial pasará factura también a la economía surcoreana. El banco central del país ha revisado hace poco sus pprevisiones de crecimiento para 2025, de un 1,5% a un 0,8%, un golpe a la baja motivado principalmente por la renovada política exterior de Estados Unidos. Junto al principal organismo financiero del país, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha estimado en otro 1% el alza de la economía surcoreana, mientras que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) pone la evolución del PIB más optimista, de un 1,5%.
Según datos recopilados por Icex España Exportación e Inversiones, Corea del Sur exportó en 2024 bienes y servicios por valor de 683.609 millones de dólares, un máximo histórico para la democracia coreana, con China como el primer socio comercial. El gigante asiático recibió, concretamente, 133.000 millones de las exportaciones de Corea del Sur, recuperándose de la caída anotada en 2023, pero sin alcanzar los niveles de un año anterior, cuando las ventas a China alcanzaron los 155.000 millones de dólares.
Le sigue de cerca, sin embargo, Estados Unidos, que compró a Corea del Sur bienes y servicios por un total de 127.800 millones de dólares, equivalente a un 18,7% de las exportaciones totales del país asiático.
El anuncio de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, de aplicar un arancel del 25% a todos los artículos provenientes de la democracia coreana que entren en Estados Unidos, sin embargo, ha desestabilizado la relación comercial entre ambos, y puesto en peligro a sus dos grandes clientes. Este impacto se notó ya en mayo, cuando las exportaciones del país asiático cayeron un 1,3% interanual.
“Este descenso se ha dado tanto en las exportaciones a Estados Unidos como a China, lo que sugiere que la estrategia arancelaria de Trump está teniendo un efecto no sólo en la economía global, sino en la nuestra propia”, lamentó Ahn Duk-geun, ministro de Industria y Comercio del país.
El primer impacto de los aranceles se ha notado en una caída de las exportaciones en mayo del 1,3%
La tecnología se mantiene como el principal sector para Corea del Sur, con el gigante Samsung representando mundialmente el peso del país en esta categoría de productos. La cercanía con Corea del Norte, sin embargo, también ha hecho de la industria armamentística una palanca del crecimiento del territorio. Según The Economist, de hecho, la invasión rusa a Ucrania en 2022 fue un motor para este sector, al ser de los pocos países que no sufrió del desabastecimiento mundial de municiones.
Las exportaciones de armas surcoreanas alcanzaron alrededor de 13.000 millones de dólares al año entre 2022 y 2024, frente a los 3.000 millones que supusieron entre 2011 y 2021, situando a Corea del Sur como uno de los principales proveedores armamentísticos del mundo.
Al calor del ‘K Beauty’
La moda de Corea del Sur está protagonizada por una mayoría de pequeñas y mediana empresas, sin grandes gigantes conocidos en todo el mundo.
Las exportaciones de productos textiles del país alcanzaron 13.000 millones de dólares en 2023, según datos del Atlas mundial del comercio de Harvard, 1.000 millones menos que el año anterior. En el caso de la moda, la balanza es positiva para las importaciones. Esto se traduce en la compra de moda del exterior por un valor de 28.000 millones de dólares en 2023.
En el caso español, la relación entre ambos es bastante igualitaria, aunque mantiene un déficit de 3.000 millones con Corea del Sur, según datos de Icex. En concreto, las empresas españolas vendieron prendas por valor de 33.648 millones de euros al país asiático, frente a los 31.609 millones del año anterior. En el sentido contrario, España compró bienes por un valor de 36.321 millones de euros, también por encima que en 2023, cuando las importaciones se situaron en 34.141 millones de euros.
El ’K Beauty’ ha puesto a Corea del Sur en el mapa del sector de la moda
Dentro del sector destaca el auge en los últimos años de la cosmética coreana. Bajo el fenómeno del K Beauty, estas empresas han ganado poco a poco peso en los mercados exteriores, hasta alcanzar un valor que podría superar los 10.000 millones de dólares en 2024, un 20% más que el año anterior.
El mercado de la cosmética coreana ha llegado también con fuerza a España. Las importaciones de productos de perfumería y cosmética provenientes de Corea del Sur alcanzaron 5.104 millones de euros en 2024, un 10% más que el año anterior. Este segmento creció por encima de las importaciones del conjunto del sector de la moda, que aumentaron un 6,3% generalizado. El peso sobre el total también ha ido en aumento, pasando de un 13,5% hasta un 14%.
Este impulso se ve en la creciente presencia de empresas como Miin Cosmetics, una empresa española pero especializada en cosmética coreana. La compañía cuenta con una red de 40 tiendas en Europa, y cerró 2023 con una facturación de 25 millones de euros. Junto a Miin, también cuentan con un mayor peso otras marcas como Yepoda, Peach and Lily o Missha.