Entorno

Sri Lanka: cambio de rumbo y plantón al FMI en la lágrima del Índico

Con un endeudamiento de 3.000 millones de dólares con el fondo internacional, Sri Lanka afronta unos aranceles por parte de Estados Unidos más elevados que otros competidores. Todo, cuando el país empezaba a recuperarse.

Sri Lanka: cambio de rumbo y plantón al FMI en la lágrima del Índico
Sri Lanka: cambio de rumbo y plantón al FMI en la lágrima del Índico

Celia Oliveras

Procesos electorales, conflictos geopolíticos y la persistente incertidumbre macroeconómica, ¿a qué retos se enfrentan las principales economías del mundo? La serie Mercados estratégicos hace una radiografía de las principales potencias mundiales y analiza cuál es su relación con España, así como los principales desafíos a los que se enfrentan en los próximos años.

 

Mercados estratégicos

Radiografía de un mundo global

 

Antes de la conformación del Sri Lanka moderno, la ciudad de Kandy se alzó como la última capital del país durante el imperio cingalés por su resistencia a los continuos intentos europeos de colonialismo por parte de Portugal y Holanda. Aunque aún hoy es conocida como la capital de las montañas (situación estratégica que le permitió esa defensa), el atractivo de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad recae ahora en que alberga un pequeño objeto: el diente de Buda, fundador y máximo exponente de la religión homónima hace más de 2.500 años y que hoy en día siguen casi 400 millones de personas.

 

La leyenda explica que el objeto fue trasladado desde India para protegerlo, especialmente por su poder para atraer las lluvias, símbolo de prosperidad. El lugar escogido para conservar la reliquia fue Sri Lanka, en concreto, Kandy, ciudad donde, aún a día de hoy, está expuesto. El misticismo que rodea al objeto, y que atrae a millones de turistas anualmente a la capital montañosa, sigue vivo. Guardado cautelosamente en una urna, dentro del santuario de la ciudad, se dice que si algún día este recipiente se abre, una intensa lluvia caerá sobre Sri Lanka, inundando el país para siempre.

 

Con poco más de 22 millones de habitantes, Sri Lanka es conocido también como “la lágrima de la India” por su situación geográfica, al sur de la potencia, y por su forma. La relación entre ambos países se remonta, por lo tanto, a siglos atrás, y ha permitido que Sri Lanka se posicione como un enclave del comercio marítimo y despertado el interés de la comunidad internacional a lo largo de la historia. El país, de hecho, ganó su independencia de los británicos en 1948, un año después de que lo hiciera India.

 

Sri Lanka opera hoy en día como una república presidencialista de corte socialista, y en sus últimos comicios en septiembre del año pasado, las urnas dieron la victoria a Anura Kumara Dissanayake, del Frente de Liberación Popular (JVP). El presidente llegó al poder en una situación compleja, con una crisis económica que atraviesa Sri Lanka desde finales de 2021, tras el estallido de la pandemia.

 

 

 

 

De crisis a crisis y tiro porque me toca

Frente a otros países de la región, la economía esrilanquesa recibió uno de los golpes más duros tras el Covid, hasta el punto, que en 2023, cuando los brotes verdes de recuperación ya se empezaban a extender por todo el mundo, el país se declaró en bancarrota. Entró en juego entonces el Fondo Monetario Internacional (FMI), que concedió a Sri Lanka un préstamo de casi 3.000 millones de dólares para hacer frente a la situación, que llegó a causar problemas de suministro de productos básicos como alimentos y medicinas.

 

La victoria de Dissanayake, de hecho, se asienta sobre su promesa de renegociar los términos de este préstamo con el organismo internacional, por el que el país acumula ya dos años de recortes y subidas de impuestos. Según la agenda marcada por el FMI, el Gobierno debe aplicar las reformas necesarias para reducir la deuda pública a un 95% del Producto Interior Bruto (PIB), frente al 115,7% en el que se situaba a cierre de 2023. Con un PIB per cápita de 13.000 dólares, el desempleo en el país, tradicionalmente estable en una tasa inferior al 5%, se ha disparado desde entonces. Según datos de Icex España Exportación e Inversiones, la cifra de parados en el país alcanzó un 5,8% en 2020, para acabar situándose por encima del 6% en 2023.

 

La pandemia lastró la economía del país principalmente por su dependencia del sector turístico, así como por el peso de algunas industrias (entre ellas, la moda) que también se paralizaron durante la crisis sanitaria. A cierre de 2023, el sector terciario suponía un 64,6% del PIB esrilanqués, un 0,2% menos que el año anterior, mientras que el secundario, que copa otro 27% de la economía, se contrajo un 9,2%. El sector primario es el único que ha elevado su peso en el país, un 4,1%, aunque supone todavía a día de hoy sólo un 8,4% de la economía.

 

 

 

 

La moda, un motor de recuperación truncado

La manufactura textil y del cuero se alza con una aportación al sector industrial de Sri Lanka de un 15,5%, únicamente por detrás de la construcción y el sector de la alimentación, y emplea a otro 15% de la población del país. El sector registra una concentración elevada, con alrededor de un millar de fábricas textiles de las cuales cien de ellas son responsables de la mitad de la producción anual.

 

Destaca, entre todos ellos, el gigante MAS Hólding. Fundado en 1987, empezó (y continúa) su andadura como un especialista del íntimo, aunque a día de hoy ha diversificado su oferta también al segmento deportivo y de baño. Con presencia en 14 países, es también una de las compañías textiles más grandes del sudeste asiático, y aunque la empresa familiar no desvela la facturación exacta, sí valora la compañía en más de 2.000 millones de dólares, con 100.000 trabajadores en todo el mundo. Actualmente MAS trabaja para compañías como Oysho, Calzedonia, New Balance o PVH, entre muchos otros.

 

Destaca también otro gigante de la industria, Brandix, fundado en 1969 por el estadounidense Martin Trust. La empresa emplea al mayor número de trabajadores que cualquier otra compañía del país, y está liderada a día de hoy por Ashraf Omar. La importancia de Brandix es tal que el directivo está, además, a cargo de liderar las negociaciones del país con Estados Unidos respecto a los aranceles recién impuestos por el país.

 

Según un análisis del Icex, las previsiones para Sri Lanka pasaban por que el país se convirtiera en uno de los diez principales proveedores de moda en todo el mundo en 2023. Las continuas crisis económicas y financieras del país, sin embargo, “han hecho que estas previsiones se hayan desactualizado”, debido principalmente a las restricciones a las importaciones impuestas por el Gobierno durante la pandemia.

 

 

 

 

El sector textil, además, debe afrontar ahora un nuevo golpe, con precisamente la imposición generalizada por parte de Estados Unidos, el principal socio comercial de Sri Lanka, de estos aranceles. Aunque la medida se ha pospuesto durante, al menos, los próximos tres meses, la Administración estadounidense impuso al país uno de los aranceles más elevados del espectro, un 44%, arriesgando al país a que las empresas desvíen sus cadenas de suministro a los países vecinos.

 

Según los datos de la Joint Apparel Association Forum, entidad que agrupa a las principales patronales del sector, este incremento de aranceles impuestos por la Casa Blanca puede causar pérdidas de hasta 300 millones de dólares. La moda se alza desde hace años como el sector líder de las exportaciones de Sri Lanka, con un 64% del total de 5.500 millones de dólares que el país vendió al exterior en 2023. Estados Unidos, además, recibe hasta un 40% de las exportaciones del país asiático. Le siguen Reino Unido, Italia y Alemania como principales socios comerciales.

 

Entre las importaciones, por otro lado, destaca la compra al exterior de tejidos y materias primas como el algodón, necesarias para producir y confeccionar las prendas. En este sentido, los principales proveedores de Sri Lanka son India, con 3.191 millones de dólares vendidos al país, y China, con otros 3.103 millones.

 

El golpe del presidente estadounidense a la economía de Sri Lanka llega, además, en un momento en el que, finalmente, los brotes verdes estaban empezando finalmente a llegar también al país. Según los datos oficiales, la economía de Sri Lanka creció un 5% a cierre de 2024, por encima de la estimación del 4,5% prevista por el FMI. Este es el primer alza que ha registrado el PIB del país en los últimos años, después de la caída de hasta un 7,3% anotada en 2022 (año en el que el país se declaró en quiebra), y del 2,3% en 2023.

 

El organismo, con el que Sri Lanka tiene una deuda de casi 3.000 millones de dólares, valoró el mes pasado las reformas que está llevando a cabo el Gobierno en el país, y aunque estima que la economía seguirá creciendo, un 3% en 2025, también ha advertido al Ejecutivo de la necesidad de mantener la deuda a raya, especialmente, con un contexto geopolítico como el actual.