Dinamarca: el ‘hogar’ del nuevo objeto de deseo de Donald Trump
Con exportaciones de moda al exterior valoradas en 10.000 millones de dólares, Dinamarca es el hogar de algunas de las empresas más hot del momento, como Ganni, a la vez que de Bestseller, uno de los gigantes del sector.


Procesos electorales, conflictos geopolíticos y la persistente incertidumbre macroeconómica, ¿a qué retos se enfrentan las principales economías del mundo? La serie Mercados estratégicos hace una radiografía de las principales potencias mundiales y analiza cuál es su relación con España, así como los principales desafíos a los que se enfrentan en los próximos años.
Radiografía de un mundo global
Luisana, Florida o Alaska, los tres territorios forman parte hoy de Estados Unidos gracias a un golpe de chequera, después de que el país los comprara a sus antiguos colonos. Las pretensiones estadounidenses de hacerse con el control de Groenlandia (hoy en día en manos de Dinamarca) se enmarcan en una estrategia que durante años se ha considerado normal en la política exterior del país, pero que se ha reavivado con la vuelta de Donald Trump a la presidencia. El interés estadounidense en la isla se enmarca en un proceso de deshielo por el cambio climático, que poco a poco está aumentando la navegabilidad en las aguas de Groenlandia y abriendo la puerta al acceso a materias primas escasas y estratégicas, como el petróleo.
Groenlandia forma parte de Dinamarca desde hace tres siglos, desde el proyecto expansionista del misionero Hans Egede, que lideró las incursiones del país europeo por el territorio, hasta convertirlo en la más preciada posesión colonial del territorio. Con casi seis millones de habitantes, Dinamarca se alza como la más pequeña de las potencias nórdicas europeas, además de contar con una economía altamente dependiente de la eurozona, pese a seguir operando con su propia divisa, la corona danesa.
De tener una economía principalmente agrícola, el país ha evolucionado con los años de forma exitosa a un nuevo modelo basado, primero en el comercio, y ahora en la tecnología y la energía. En moda, las marcas nacionales también se han hecho un hueco en el sector. Pese a no poder competir con el tamaño español o la tradición italiana y francesa, nombres como Ganni o Filippa K han situado a la moda danesa en el mapa.
Dinamarca, a golpe de dato
Con una superficie de alrededor de 40.000 kilómetros cuadrados, Dinamarca cuenta con uno de los mayores Producto Interior Bruto (PIB) del mundo, de 396.960 millones de euros en 2024, que se traduce en el lugar número 37 por volumen en todo el mundo, y séptimo lugar dentro de la Unión Europea. El PIB per cápita, por su parte, se situó en 66.420 euros a cierre del año pasado, un 5% más que en 2023.
La economía danesa creció un 3,7% en 2024, tras lo cual el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que siga al alza, hasta un 2,9% en 2025 y otro 1,8% en 2026. Esta tendencia sitúa a la potencia muy por encima del 1,4% de crecimiento previsto para el conjunto de Europa, y aún más que el 1% para el grupo de economías avanzadas dentro del continente.
Según la última previsión de la Comisión Europea, de hecho, el crecimiento del PIB de Dinamarca será aún más elevado, de un 3,6% y 2% para los dos próximos años. El organismo destacó a mediados de mayo el impulso de la economía danesa en relación a la mayor demanda energética que está experimentando el país, aupado por la guerra de Rusia y Ucrania, que ha llevado a las principales economías europeas a virar sus importaciones de energía a otras fuentes.
El país se ha situado a la cabeza de la producción de energías renovables en casi todo el mundo. Según los datos del Gobierno, de hecho, el territorio produce casi el doble de energía eólica per cápita que el siguiente país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde). A principios de este año, además, el Ejecutivo también ha reabierto completamente la extracción de gas en el Mar del Norte.
Del campo al barco
La economía danesa ha evolucionado de la mano de la expansión del comercio internacional. En sus inicios, el país se desarrolló como una potencia agrícola, aprovechando el terreno llano de su geografía, y pese a que Dinamarca ha diversificado su economía a otros sectores más especializados, los productos aún se hacen con una décima parte de sus exportaciones.
El comercio con el exterior se alza como el gran motor de Dinamarca, con exportaciones que sólo en 2023 alcanzaron 223.000 millones de dólares, según datos de UN Comtrade, la plataforma de comercio mundial de Naciones Unidas. El sector servicios se alza como el principal sector del comercio con el exterior del país, con un 52,1% del total, seguido de los productos químicos y agrícolas, con otro 11,1% y 10,95%, respectivamente.
En los últimos cinco años, las exportaciones han aumentado una media anual del 0,7%, por encima del crecimiento de la economía del país en ese mismo periodo, demostrando el “creciente peso de las exportaciones”, relata el organismo. Más allá de la energía, las ventas de Dinamarca al exterior aumentaron todavía más, un 0,9% anualizado desde 2018. La moda se alza en el quinto lugar de las exportaciones danesas por volumen, con un 4,47% del total del comercio del país con el exterior.
Las importaciones, por otro lado, alcanzaron 228.000 millones de dólares, generando una balanza comercial negativa de 5.000 millones de dólares, con Alemania, Suecia y Noruega como principales proveedores. En el sentido contrario, los mayores clientes de Dinamarca son, de nuevo Alemania, que revive un 15% de las exportaciones danesas, Suecia, con otro 10%, y Estados Unidos, con casi un 9%.
La moda danesa vendió al exterior bienes por 10.000 millones de euros
Moda nativa sostenible
Pese a no tener el tamaño de la industria española, con gigantes como Mango o Inditex, o la tradición de Francia e Italia, históricos dentro del sector, las empresas danesas, nacidas como nativas sostenibles, se han posicionado en los últimos años dentro de la moda gracias, principalmente, a una apuesta de menor impacto ambiental.
El gran player de la moda danesa es actualmente Ganni, que desde su fundación en 2009, se ha convertido en una representación del estilo nórdico y ventas que alcanzaron los 160 millones de euros en 2022. Junto a la empresa, se han desarrollado otras compañías como Filippa K, fundada en 1993 por la diseñadora Filippa Knutsson; A. Roege Hove, de la mano de su diseñadora homónima, o Samsoe Samsoe.
El país también es, sin embargo, el hogar de uno de los grandes gigantes de la industria de la moda, Bestseller, todavía hoy liderada por la familia fundadora y gran desconocida por el cliente final. La compañía, que cerró 2023 con ventas de 4.772 millones de euros y un beneficio de 710,4 millones, cuenta con una cartera de más de veinte marcas diversificada en géneros y ocasiones, como son Jack&Jones, Name it, Vero Moda, Only, Object, Vila o Pieces,entre otras.
En 2023, la moda danesa vendió a España bienes por un total de 225 millones de euros, un 6,2% menos que el año anterior, cuando las exportaciones alcanzaron 239 millones de euros. En sentido contrario, ese mismo año la moda española vendió artículos al país por 83 millones de euros, un millón más que el año anterior, según datos de UN Comtrade.
Dinamarca se ha ido haciendo un hueco dentro del aprovisionamiento de moda europeo. Del volumen de negocio de la industria textil en la Unión Europea, el país se situó en febrero con el mayor incremento del conjunto de los Veintisiete, un 44,5% más que en el mismo mes de 2021. El consumo, además, también ha ido al alza en los últimos años, al calor de un incremento del nivel de vida y mayores salarios, junto con una inflación más moderada.