Pakistán: ante la sombra de una quinta guerra en la región del ‘oro suave’ de Cachemira
El territorio acumula ya cuatro conflictos con India, principalmente por la soberanía de una pequeña pero estratégica región, Cachemira, conocida por ser el histórico punto de origen de este material, también denominado oro suave.


Procesos electorales, conflictos geopolíticos y la persistente incertidumbre macroeconómica, ¿a qué retos se enfrentan las principales economías del mundo? La serie Mercados estratégicos hace una radiografía de las principales potencias mundiales y analiza cuál es su relación con España, así como los principales desafíos a los que se enfrentan en los próximos años.
Radiografía de un mundo global
“Ningún hombre -llegó a afirmar Coco Chanel-; te hará sentir protegida y segura como un abrigo de cachemira y unas gafas de sol”. Este material inició su expansión en Europa a principios del siglo XIX, cuando bufandas y chales de cachemira se convirtieron en un símbolo de moda y prestigio entre las clases altas. La textura y calidad de la cachemira facilitó el boom de la materia prima, proveniente principalmente de las cabras que pastaban en la región del mismo nombre. Lejos del lujo que desprende este material, también conocido como oro suave, la región homónima se alza de nuevo hoy como el epicentro de un eterno conflicto entre India y Pakistán, y que anota ya cuatro guerras a las historias de ambos territorios.
A finales de abril, un posible enfrentamiento estalló, con, nuevamente, la región de Cachemira en el centro. Tras un ataque terrorista pakistaní en una localidad turística en la Cahemira india, la escalada de tensión y violencia entre ambos fue en aumentó de forma agresiva, y por el momento ya ha supuesto más de medio centenar de fallecidos. A finales de la semana pasada, India y Pakistán acordaron un primer alto el fuego antes de que la escalada se hiciera incontrolable, pero la sombra de un quinto conflicto entre ambos sobrevuela la comunidad internacional.
La producción mundial de cachemira se ha diversificado con los años, y hoy en día son China y Mongolia los países que se disputan el puesto como grandes productores. El eje del conflicto, por lo tanto, desciende de la distribución territorial de la región, heredera de las fronteras coloniales británicas, y la presencia de hindúes, principalmente en la zona india, y musulmanes, mayoritarios en Pakistán.
Pakistán, en cifras
El choque ha desestabilizado lo que parecía un camino de crecimiento de la economía pakistaní desde hace un año. Tras contraerse un 0,2% en 2023, el Producto Interior Bruto (PIB) del país cerró 2024 con un alza del 2,5%, aupado por el control de la inflación y medidas fiscales estabilizaras, aseguraba el Gobierno de Shehbaz Sharif, primer ministro de Pakistán.
Las previsiones eran igual de positivas para los próximos años, según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). En su última edición del informe World Economic Outlook, publicado en abril, la entidad estimaba un nuevo crecimiento, del 2,6% en 2025, seguido de otro 3,6% en 2026. Para 2030, además, el FMI cifraba en hasta un 4,5% el alza del PIB pakistaní.
Dentro del análisis gubernamental, el Ejecutivo destaca dos direcciones opuestas. Por un lado, la caída de la agricultura, uno de los motores de la economía nacional, a causa de varias malas cosechas. En contraposición, sin embargo, el sector textil y manufacturero, así como el comercio de ambos, ha diluido un mayor impacto negativo.
Únicamente en el segundo trimestre del año pasado, los ingresos por exportaciones de Pakistán aumentaron un 7,2%, alcanzando 16.200 millones de dólares. El alza estuvo motivada principalmente por las exportaciones de tejidos textiles, que por si solas anotaron un crecimiento del 5,2% respecto al mismo periodo del año anterior. Los alimentos, por otro lado, anotaron un alza del 5,9%, mientras que el grupo de otras manufacturas, lo hicieron en un 3,4%.
Estados Unidos se mantiene como el principal cliente de Pakistán, recibiendo un 18,6% de las exportaciones del país, seguido de China, con otro 7,9%, y Reino Unido y Emiratos Árabes Unidos, que se han con un 7% de las exportaciones pakistanís cada uno.
Las importaciones, por otro lado, aumentaron otro 9,3%, hasta situarse en 27.700 millones de dólares en la segunda mitad de 2024. La balanza comercial de Pakistán, por lo tanto, cerró en negativo para el país, con un mayor valor de los productos importados que los vendidos al exterior. Esta diferencia se debe principalmente a la naturaleza del comercio del país, más concentrado en las exportaciones de bienes de menor valor por unidad, a la vez que importa otros de mayor valor, como es maquinaria o combustibles.
El textil, peso gravitatorio en la economía
En la segunda mitad de 2024, el último periodo completo con datos gubernamentales, las exportaciones textiles coparon un 53% de todo el valor de las ventas de Pakistán al exterior. En concreto, estas aumentaron un 5,2% entre julio y diciembre, hasta situarse en 8.600 millones de dólares.
El Ejecutivo pakistaní destaca especialmente el alza del segmento de prendas de punto, que anotó exportaciones por 2.300 millones de dólares, un 9,7% más que en el mismo periodo del año anterior, o la confección, que experimentó un alza del 18%, hasta 2.000 millones de euros. En la dirección contraria se movieron las exportaciones de hilo de algodón, que se desplomaron un 44,3%.
El buen comportamiento del comercio de textiles con el exterior, de hecho, ha hecho que el sector textil sea responsable de un 2,8% del incremento total de las exportaciones en el segundo semestre del año pasado. Esta se alza como la mayor aportación en toda la economía pakistaní, por encima de, incluso, el sector de la alimentación, que contribuyó con otro 1,3%.
Aunque las ultimas noticias han suavizado ligeramente la tensión comercial entre China y Estados Unidos, países del sudeste asiático como Pakistán tenían en la escalada arancelaria una oportunidad de negocio. Con barreras de precios impuestas al gigante asiático, el mayor productor textil en todo el mundo, potencias como Vietnam, Indonesia o Bangladesh han visto aumentar la demanda en sus industrias.
Por el momento, el país se alza así como el decimosegundo mayor exportador textil en todo el mundo, con un valor conjunto de 16.690 millones de dólares en el conjunto de 2024, y una contribución al PIB de hasta un 8,5%. De nuevo, el principal cliente del sector textil pakistaní es Estados Unidos, con un 26,9% del total de las exportaciones. Destaca aquí, sin embargo, la presencia de España como el tercer gran cliente, con un 7,7% de las exportaciones, sólo por detrás de Reino Unido, que se lleva alrededor de otro 10%.
El textil fue responsable del 53% de las exportaciones en la segunda mitad de 2024
El desastre de la división colonial
La histórica enemistad entre India y Pakistán es una herencia directa de la salida del imperio británico del territorio. Ambos países formaban parte hasta 1947 parte de las colonias de Reino Unido, cuando el movimiento independentista de India ganó suficiente fuerza como para asegurar su victoria.
Al declararse esta separación, el territorio que entonces comprendía la colonia británica se separó en dos, una parte de mayoría musulmana, que ocupa actualmente Pakistán, y otra de mayoría hindú, que es hoy en día India. Esta separación, sin embargo, conllevó el deslazamiento de más de quince millones de personas, que se trasladaron a la mitad más afín a su religión.
Ambos países comparten alrededor de 3.000 kilómetros de frontera, y reclaman la soberanía de varios de ellos. Es precisamente la zona de Cachemira el corazón del conflicto entre ambos territorios, al ser reclamada totalmente tanto por India como por Pakistán. En la actualidad, sin embargo, el territorio sigue dividido, lo que ha derivado en hasta cuatro conflictos armados entre ambos.