Entorno

Revista Modaes número 56

Amelia Pérez (Cemad): “España necesita ambición, no vivir de rentas”

La decana del Colegio de Economistas de Madrid (Cemad) aboga por enfocar la transformación sostenible como una oportunidad para las empresas comunitarias, en lugar de como una imposición ajena y cara que lastra el crecimiento.

Amelia Pérez (Cemad): “España necesita ambición, no vivir de rentas”
Amelia Pérez (Cemad): “España necesita ambición, no vivir de rentas”
Amelia Pérez, decana de Cemad, defiende que Europa debe hacer una apuesta por apoyar a las empresas en esta transición”,

Celia Oliveras

Amelia Pérez es decana del Colegio de Economistas de Madrid y doctora en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. La economista señala que, de no arreglarse el desajuste entre las dos realidades económicas de España (unos indicadores macroeconómicos optimistas y una vertiente micro que no parece beneficiarse de ellos), esta brecha puede afectar al crecimiento a largo plazo del país. Los siguientes pasos pasan, según Pérez, por mayor productividad, no perder de vista la inflación y legislar de mano de las empresas.

 

 

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L a inflación da algo de tregua, la inversión sube y el mercado laboral crece. España ocupa titulares internacionales alabando las perspectivas de desarrollo para los próximos años en un contexto en el que, además, el resto del mundo está paralizado. La realidad macro, sin embargo, no parece estar trasladándose a la micro, y el gasto privado se congela mientras la confianza no consigue superar los 90 puntos sobre 200. “Tenemos que dejar de mirarnos el obligo, y empezar a decidir quiénes queremos ser como país”, asegura Amelia Pérez, decana del Colegio de Economistas de Madrid (Cemad).

 

Para la experta, hay dos ejes sobre los que se ha construido la brecha entre las dos realidades económicas que atraviesa España: las subidas fiscales y la inflación, que han acabado por mermar el crecimiento de los hogares. “Si no somos capaces de acompasar ambas, este desequilibrio puede comprometer el crecimiento a futuro”, alerta Pérez. Pese al optimismo macro, por lo tanto, la economista, experta en economía aplicada y ambiental, repasa los riesgos actuales que debe superar España.

 

Junto a una posible remontada de los precios, además de un exceso de deuda, Pérez resalta la importancia de la productividad, que define como “la riqueza de un país”. “No podemos estar a la cola de la eficiencia por horas trabajadas, esto nos debilita en términos de competitividad”, explica. De no revertirse el modelo español, basado principalmente en la acumulación de horas trabajadas, el crecimiento del país puede entrar en crisis.

 

 

 

 

En las últimas décadas, tal y como relata la experta, España ha ido creciendo gracias a la inmigración, que, cifra, ya está generando 0,7 puntos del crecimiento total del Producto Interior Bruto (PIB), del 2,9% entre 2022 y 2024. “Es casi una cuarta parte”, recalca. Cada economía, sin embargo, tiene sus peculiaridades, matiza Pérez, y la solución de la economista pasa por que España deje de mirarse el obligo. “España necesita ambición, hace años que vivimos de rentas, es momento de decidir de una vez quiénes queremos ser como país”, reflexiona. Entre lo que más preocupa a la experta es precisamente el silencio en el debate público respecto a algunos asuntos sobre los que considera vital generar consenso: “Debemos empezar a hablar, y a actuar, respecto a la eficiencia del gasto público, el modelo fiscal, la gestión de nuestros recursos naturales…”.

 

Otro elemento capaz de desestabilizar la economía española es la guerra comercial, que Pérez describe como una realidad coyuntural que no beneficia a nadie, “ni siquiera a Estados Unidos; lo único que consigue es desembocar en una menor eficiencia y ralentización del crecimiento”.

 

De vuelta a la micro, Pérez aboga por no desistir, y por que las empresas mantengan la perspectiva global de su negocio, que aporta crecimiento, innovación, competitividad y captación de talento. “Vivimos en un mundo globalizado, en el que con una buena preparación y gestión del riesgo hemos visto casos absolutos de éxito de empresas españolas en el exterior”, resalta.

 

 

 

 

Pérez, sin embargo, no coloca toda la responsabilidad en las empresas, y aboga por un cambio que incluya a legisladores y compañías por igual. “Igual era necesario este paso atrás legislativo, verlo como una parada en boxes que nos permita percibir la sostenibilidad como una ventaja competitiva, no un lastre al desarrollo”, ilustra la economista.

 

Aunque Europa se mantiene como una potencia mundial, las diferentes crisis, tanto identitarias como económicas, que ha sufrido el Viejo Continente han puesto en duda precisamente el modelo europeo, que acumula ya varias advertencias por parte de la comunidad económica. “Europa ha hecho una apuesta a largo plazo, y poco a poco lo está plasmando en sus acciones, pero todavía nos queda mucho por hacer, y todos estos pasos se deben construir a través de una legislación que no deje fuera a nuestras empresas”, señala.

 

En un mundo de más ideas que acciones en el que se ha convertido la política, y en el que las empresas están obligadas al cortoplacismo, Amelia Pérez lanza una última idea fuerza. “Tanto en la política como en los negocios hacen falta tres cosas: una visión global, considerar el mayor número de variables y hacer una correcta ponderación de todas y cada una de ellas para avanzar con éxito”, dice. ¿Entre las asignaturas pendientes? La seguridad y defensa europeas, que comienza a entrar en el debate público tras una especie de “pacifismo mal entendido del que apenas nos hemos despertado con el estallido de la guerra de Ucrania”, y un proyecto fiscal europeo común que permitirán fortalecer la unión económica de los Veintisiete y defender su peso en el tablero de juego mundial.