Anders Sjöblom (Recover): “La ciencia y la moda son dos mundos que necesitan unirse”
El consejero delegado de la empresa española Recoveranaliza la adaptación de la moda y los retos que tiene su empresa por delante, entre los que destaca el volumen. “Sin volumen o escala es imposible tener un gran impacto”, dice.
Un impecable traje azul marino hecho con tejido reciclado por Recover, con una etiqueta en la manga que así lo indica. Esta es la vestimenta que escoge Anders Sjöblom (Estocolmo, Suecia, 1984) para las ocasiones especiales, como visitar a una marca a la que debe convencer de que se convierta en cliente de Recover, la empresa que lidera desde 2024. Ha vivido en Nueva York, Roma o La Paz, pero confiesa que se ha enamorado de Madrid, donde vive y donde se encuentra la sede central de Recover, aunque su centro productivo principal esté en Banyeres de Mariola (Alicante). Sjöblom aplica sus más de quince años de trayectoria en H&M al gigante español del reciclaje mecánico, desde donde analiza el sector, las claves de su desarrollo y el papel de España en la industria.
Pregunta: Se unió a Recover en 2024, dejando una compañía madura como H&M para saltar a un sector tan incierto como el reciclaje. ¿Fue un movimiento arriesgado?
Respuesta: Fue un movimiento diferente. Arriesgado, no lo sé. La sostenibilidad va al alza y vi y veo esa necesidad inevitable de que la industria cambie y pase a utilizar recursos más sostenibles y reciclados, simplemente porque existe una obligación moral de hacerlo, ya que el impacto medioambiental de la industria de la moda es devastador, pero también porque el modelo de negocio basado únicamente en crecer, crecer y crecer no funcionará si no utilizamos los recursos de una manera más inteligente. Por eso creo que el reciclaje es una parte importante de la solución. Así que, desde el punto de vista del potencial comercial, no era arriesgado. Desde el punto de vista de la industria, por supuesto, esta industria se encuentra en una fase mucho más inicial, en un territorio un poco más inexplorado, por así decirlo. Y en ese sentido, quizá sea un poco más arriesgado. Pero sin riesgo no hay ganancia, ¿verdad?
P.: ¿Cuáles han sido los principales cambios que ha visto?
R.: Hay cambios enormes. Algunos de ellos se deben simplemente al lugar en el que te encuentras dentro de la cadena de suministro. Trabajar para una marca, que podría decirse que es el nivel más alto de la cadena de suministro, y trabajar en una fábrica, que es el nivel más bajo, donde todo comienza, y luego hay niveles intermedios, lo que te da una perspectiva muy diferente y, en mi caso, ha sido muy educativo. Trabajar en una empresa emprendedora más pequeña también es, en cierto modo, diferente. Pero también hay otras cosas que son muy similares, diría yo, en el buen sentido. Aunque Recover es mucho más pequeña, continúa siendo una empresa global. Ahora operamos en cuatro continentes diferentes. Tenemos miembros del equipo de 18 nacionalidades diferentes. Hay similitudes con H&M. Ambas empresas también comparten una filosofía genuina, en realidad, de intentar hacer algo bueno.

P.: Recover se presenta a sí misma como una empresa de ciencia y producción de algodón ¿Qué parte de Recover es ciencia y qué parte industria textil?
R.: Sin duda, ambas cosas. Creo que se puede reciclar el algodón, quizá incluso sin ciencia, pero no se puede ampliar a gran escala ni ofrecer la calidad, la consistencia y la trazabilidad que ofrecemos nosotros sin ciencia. Y la ciencia es, en gran medida, nuestra base. Nuestros ingenieros, nuestros trabajadores cualificados y nuestros laboratorios, que tenemos en todas nuestras instalaciones, son fundamentales para lo que ofrecemos. Pero creo que nos estamos moviendo cada vez más hacia la industria textil o incluso hacia la industria de la moda. Porque la ciencia y la moda son dos mundos que realmente necesitan unirse. Hablar de arte y ciencia es hablar de moda, pero también es hablar de reciclaje. Porque hay que hacer algo interesante, hay que hacer algo que el consumidor quiera y entienda, y eso nos concierne a todos los que formamos parte de la industria si queremos un movimiento sostenible y un cambio. Por eso, lo que hemos hecho en Recover, centrándonos mucho en los últimos dos años, es asociarnos directamente con marcas, trabajar con los grandes grupos de moda, pero también con socios de la cadena de suministro para formar parte más realmente de la industria textil y de la moda.
P.: ¿Recover quiere convertirse en una marca de moda?
R.: No, Recover quiere ser una marca ingrediente relevante en la industria de la moda y que pueda ser útil para las marcas de moda. Nuestro deseo sería que, al utilizar nuestras marcas, las marcas de moda pudieran estar aún más orgullosas de su producción o de su producto, pero, sobre todo, que el cliente quisiera comprarlo aún más, porque ambos entienden que está fabricado de forma sostenible, que contiene materiales reciclados, pero también que tiene un valor de marca que hace que la gente lo desee. Uno de los retos clave de la sostenibilidad en general es que se ha hablado de ella de una manera muy factual. Necesitamos cambiar y todo el mundo lo sabe, pero la moda tiene que ver con las emociones. Y los consumidores actúan por emoción, el 90% son decisiones emocionales, el 10% es moda. Por lo tanto, debemos dejarnos llevar mucho más por las emociones y el deseo. Y ahí es donde creo que una marca ingrediente puede ayudar a crear más deseo, a hacer que sea más divertido y más deseable comprar el producto.
P.: Los consumidores quieren emociones. ¿Más emociones implica menos ciencia?
R.: No menos ciencia, sino menos racionalidad y más emoción, más deseo. Creo que, en gran medida, la gente compra moda porque le gusta, porque la quiere. No creo que el principal impulsor sea siempre una necesidad racional, que necesites absolutamente esa camiseta. Creo que el deseo y las ganas juegan un papel importante en la moda. El valor para las personas es una combinación de diseño, calidad, emociones y aspectos racionales como el precio, la durabilidad y la sostenibilidad. Pero tenemos que ayudar a ambas partes para asegurarnos de que se perciba como algo valioso y que la gente lo compre.
“El volumen es clave para nuestra empresa, tanto por modelo como por objetivo; sin volumen o escala es imposible tener un gran impacto”
P.: ¿Qué podemos encontrar de Hilaturas Ferre en Recover?
R.: Me incorporé a la empresa hace casi dos años y, ya en aquel momento, era completamente independiente de Hilaturas Ferre. Por lo tanto, como empresa, Recover es y ha sido durante varios años una empresa totalmente independiente. Creo que hay una parte de nuestra cultura que tiene su origen en la familia Ferre. Y tengo mucha suerte de que Alfredo Ferre, miembro de la familia, siga en nuestro equipo. Así que son dos empresas completamente independientes y distintas.
P.: ¿El reciclaje es la llave del futuro de la moda?
R.: Es una de ellas. Especialmente cuando se trata del negocio de la moda, porque en las últimas décadas ha crecido mucho y ha creado mucho valor. Y, de hecho, también ha generado algunas mejoras en la sostenibilidad social en los países donde se ha iniciado la producción textil. Ha sido una forma de que las personas consiguieran un trabajo real, un trabajo seguro y pudieran mejorar su calidad de vida. Pero, por supuesto, hay un aspecto medioambiental muy negativo en nuestra forma de comprar. Ahora usamos el doble de ropa que hace diez años. Y si se quiere seguir creciendo y creando negocio, pero sin dañar el medioambiente, creo que el reciclaje es una forma muy interesante de conseguirlo.
P.: ¿Y cuáles serían las otras claves?
R.: La sostenibilidad es sin duda una de ellas. Y la sostenibilidad es medioambiental y social. Si nos ponemos un poco más filosóficos, la sostenibilidad son los límites planetarios dentro de los que debemos permanecer, pero también debemos permanecer dentro de los límites sociales y financieros. Hacer que sea posible a largo plazo. La moda debe encontrar su camino en todos esos aspectos. ¿Cómo la hacemos sostenible? ¿Encontramos modelos de negocio que puedan ser buenos financieramente a largo plazo? ¿Cómo encontramos formas de hacer negocios que sean sostenibles para el medioambiente y para las personas involucradas en ellos? ¿Y cómo lo combinamos con el deseo y la emoción? Porque, en última instancia, ese motor es muy fuerte.
P.: ¿Y la geopolítica? ¿Le preocupa?
R.: Nuestra planta original está en Banyeres, que está cerca, obviamente, de Europa, pero también cerca del norte de África y de Turquía. Tenemos otra en Bangladesh y una tercera en Vietnam. Y ahora estamos construyendo una cuarta en El Salvador, en Centroamérica. Así que nos hemos expandido con una estrategia clara de estar cerca de los diferentes centros de producción de la moda tradicional, porque queremos reducir los costes de transporte, tanto por motivos económicos como de sostenibilidad. Por lo tanto, en nuestro caso, no diría que nos preocupa. Estamos preparados y tenemos una estrategia clara para poder actuar a nivel regional. Y si las grandes marcas de moda, por cualquier motivo, ya sea por preferencias de producto, por el comportamiento de los consumidores o por cambios políticos y geopolíticos, necesitan cambiar y trasladar su producción, pueden seguir contando con nosotros, ya que estamos presentes en todas esas zonas. Esa es una de las estrategias clave que tenemos para ser un verdadero socio allí donde nos necesiten.
P.: ¿Cómo de lejos está el reciclaje de ser un negocio rentable?
R.: La respuesta corta es que aún faltan un par de años, para que sea un negocio rentable. Y es fundamental que encontremos una forma de acelerar la rentabilidad o la posibilidad de obtener beneficios en el sector. Y creo que, en este sentido, la legislación es una herramienta realmente importante, igual que los incentivos y la colaboración y cooperación en general a lo largo de toda la cadena de suministro. Porque, hoy en día, Recover es uno de los pocos actores que ha alcanzado una escala considerable y está bien establecido. La mayoría de los demás actores continúan siendo empresas emergentes o pequeñas empresas innovadoras. Y para que puedan crecer y, en el caso de los que ya han crecido, para que puedan mantenerse, tenemos que ser atractivos para las inversiones y tiene que existir la posibilidad de recuperar las inversiones con beneficios. Y creo que eso aún tardará un par de años.
P.: Ha mencionado la palabra incentivos.
R.: Sin duda. De las instituciones gubernamentales. Es una vía que sin duda debería explorarse y en la que podríamos hacer mucho más. Si se recicla, por ejemplo, podría haber algún tipo de incentivo económico, ya sea en forma de impuestos o de otra cosa que alguien debería estudiar cómo aplicar, pero incentivos económicos para quienes realmente siguen un camino más sostenible.
P.: ¿Quizás esto crearía una rentabilidad artificial?
R.: Si observamos la situación actual del sector, que está tan lejos de la rentabilidad, yo no me preocuparía demasiado por la rentabilidad artificial, sino más bien por conseguir una rentabilidad natural, porque creo que ese es el primer paso. De hecho, hemos estudiado bastante el sector del reciclaje de plásticos. En los años noventa, en Europa se aprobó una legislación para regular la estructura y el reciclaje de los envases de plástico. Estoy seguro de que, con algunos de los debates que se mantuvieron entonces, lo que podemos ver es que, desde entonces, ha habido un crecimiento exponencial año tras año durante treinta años y sigue aumentando. Por lo tanto, en general, creo que el mercado debería resolverlo con el deseo y los deseos de los consumidores como principal motor. Pero también veo que la legislación es una forma de ayudar a ese desarrollo y acelerarlo un poco, porque hoy en día, también en materia de sostenibilidad, es muy difícil para los consumidores tener una visión completa de lo que está pasando y entender exactamente cómo pueden tomar una mejor decisión. Y por eso deberíamos tener una legislación que ayude a los consumidores, que les oriente un poco y que impulse el momento positivo.
P.: ¿Y Recover? ¿Ha alcanzado ya su modelo operativo y la rentabilidad?
R.: Tenemos un buen modelo operativo. ¿Es ideal? Nunca. Y en el momento en que diga que es ideal, no debería estar haciendo este trabajo, porque siempre hay cosas que mejorar. Sin duda, todavía nos queda mucho por hacer, por suerte, pero tenemos un buen modelo operativo, estamos creciendo bastante rápido con algunos de los clientes más importantes y fuertes del sector. Y nuestro producto ha demostrado su eficacia a gran escala. Al mismo tiempo, estamos innovando mucho en cómo ampliarlo aún más, añadir nuevos productos, etc. Así que, en ese sentido, estamos contentos. Pero en cuanto a la pregunta de si somos rentables, no lo somos. Todavía estamos en una fase de inversión y crecimiento, abriendo nuevas plantas y desarrollando nuevos productos. Así que todavía no somos rentables.
P.: ¿Cómo de larga va a ser la fase de inversión?
R.: Hoy en día contamos con inversores y propietarios estables, Story3 y Goldman Sachs. Por lo tanto, actualmente no estamos buscando financiación externa. Pero, por supuesto, para nosotros, igual que para el sector en general, creo que es bastante urgente que haya una dinámica más natural en las industrias y una legislación incentivadora para acelerar el proceso que permita a los actores escalar y alcanzar beneficios. De lo contrario, existe el riesgo de que la capacidad actual desaparezca o que el talento, los conocimientos y el saber hacer se pierdan, o que algunas de estas grandes innovaciones que existen nunca tengan la oportunidad de crecer.
“Uno de los problemas clave de la sostenibilidad en general es que se ha hablado de ella de una manera muy factual”
P.: ¿Qué cree que vio Goldman Sachs en Recover?
R.: ¿Por qué invirtieron en Recover? Estoy seguro de que esa es una pregunta para Goldman Sachs. Pero yo sigo pensando que, cuando hay una empresa que tiene una posición única, un producto sólido y conocimientos técnicos exclusivos en un sector en crecimiento, se trata de un caso atractivo para invertir. Esa sería mi opinión general, imagino que eso es lo que vieron, porque el sector de la sostenibilidad está creciendo y lleva creciendo desde hace tiempo. Y a pesar de la percepción que a veces podemos tener en los medios de comunicación, el hecho es que sigue creciendo y los compromisos de las marcas son firmes, se está preparando legislación y, de hecho, varias marcas están incluso aumentando sus compromisos. Por lo tanto, creo que esto ofrece una oportunidad interesante para la inversión.
P.: ¿Cómo de importante es el volumen para su compañía?
R.: El volumen es clave para nuestra empresa, tanto para el modelo de negocio como, sobre todo, para nuestro objetivo. Nuestro objetivo es impulsar un cambio sostenible a gran escala en la industria de la moda. Sin volumen o escala es imposible tener un gran impacto. Algunas de las innovaciones nicho que existen y que quizá sean interesantes, tendrán dificultades para marcar la diferencia y resolver los problemas del sector, porque los problemas del sector están relacionados con el volumen. Si se quiere formar parte de la solución, es necesario tener volumen.
P.: ¿Ha habido un cambio de paradigma desde la crisis de Renewcell?
R.: Sinceramente, no estoy seguro de que haya sido un gran cambio en el sector, pero creo que ilustra el hecho de que los incentivos financieros y el atractivo para la inversión son extremadamente importantes. Tenemos que asegurarnos de que las empresas puedan sobrevivir, especialmente aquellas que ya han invertido, como Renewcell, porque si desaparecen demasiadas, eso nos hará retroceder varios años en este desarrollo. Y entonces no podremos satisfacer las necesidades que surgirán cuando la legislación entre en vigor. Y, sinceramente, ese cambio ya era necesario ayer. Por eso creo que cada vez que alguien tiene que declararse en quiebra, es una decepción para todo el mundo.
P.: ¿Por qué han optado por un enfoque regional?
R.: Se me ocurren tres razones. La primera es estar cerca del lugar donde se produce, ya que fabricamos fibra que se integra en la cadena de suministro de la producción. Por lo tanto, si podemos limitar la necesidad de transportarla por todo el mundo, reducimos el impacto sobre la sostenibilidad y podemos mantener bajos los costes y ofrecer un precio competitivo para nuestro producto. Esa es la primera razón. La segunda es ser un socio global, porque muchos de estos grandes grupos de moda actuales tienen un mapa de abastecimiento muy complejo y necesitan poder abastecerse en diferentes partes del mundo, pero manteniendo una calidad constante. Por eso nos hemos centrado en los mayores centros de producción regionales de textiles. Y luego, el tercero, que creo que está un poco relacionado con lo que hemos comentado sobre el desarrollo macroeconómico en geopolítica, es que vemos que el nearshoring es cada vez más importante para que las marcas puedan producir cerca del mercado en el que pretenden vender. En ese caso, es posible que tengas un pedido, un producto que quieras dividir entre diferentes ubicaciones, dependiendo de si está destinado a tus clientes de Asia, Estados Unidos o Europa. Pero sigues queriendo un producto consistente y totalmente trazable. Y entonces necesitas material reciclado del mismo proveedor en todas esas zonas.
“España necesita apoyar y mantener la industria que todavía existe hoy en día si quiere ser un centro de reciclaje textil”
P.: ¿Imagina el nearshoring para Europa?
R.: Hasta cierto punto, pero creo que en Europa el nearshoring se da con el norte de África y Turquía. Así que no siempre se trata de fronteras políticas, sino quizá más bien geográficas, como Centroamérica y México para Estados Unidos. Y, por supuesto, los grandes mercados asiáticos para los países asiáticos. Producir más cerca es una realidad. Y creo que es un negocio impulsado por la necesidad de poder responder rápidamente a la demanda de los clientes y también si tienen demandas diferentes. También hay un componente de trazabilidad, para saber de dónde viene la materia prima, especialmente cuando se trata de reciclaje.
P.: España quiere convertirse en un centro de reciclaje textil. ¿Lo ve posible?
R.: Sí, creo que es posible. No va a suceder por sí solo, pero es posible. España tiene un legado muy bueno de la industria textil y también buena posición geográfica. Todavía hay algo de industria textil activa, a diferencia de otros países de la Unión Europea que la han perdido por completo. Uno de los retos clave para España es asegurarse de encontrar formas de mantener la industria textil activa que existe para conservar los conocimientos y las habilidades y no perderlos en favor de otros países u otras industrias. España también está muy bien situada geográficamente para ser un centro neurálgico cerca del norte de África y Turquía, pero dentro de la Unión Europea, con mucha energía renovable. Así que hay puntos fuertes, pero se necesita mantener y apoyar la industria que existe hoy en día para poder ocupar realmente esa posición.
P.: ¿Ha aumentado la demanda de las marcas de tejido de reciclado?
R.: La demanda está aumentando. En los últimos años estamos viendo una nueva fase. Muchas de las grandes empresas hicieron sus análisis, vieron hacia dónde se dirige el mundo y se comprometieron con la sostenibilidad. Ahora se encuentran en la fase de implementación de esos compromisos, que es muy diferente a la de llevar a cabo lo que te propones. Esto está provocando un aumento de la demanda. Pero aquí es también donde se hacen evidentes algunos de los retos. ¿Cómo se adapta esto realmente en la cadena de suministro? ¿Cómo se alinea a todos los integrantes de la cadena de suministro para que se sientan incentivados a hacerlo? No se trata sólo de la marca, sino de todos, desde el fabricante de prendas de vestir hasta la fábrica, pasando por la hilandería y la fabricación de fibras.
“No es una coincidencia que las marcas que mejor rendimiento tienen sean también las que cuentan con una agenda de sostenibilidad muy consciente”
P.: ¿Cuáles diría que son los frenos para que la demanda crezca más rápido?
R.: Por un lado, hay que atacar la complejidad de la cadena de suministro y asegurarse de que todo el mundo tenga incentivos para hacerlo, incentivos y la necesidad de hacerlo, para que haya responsabilidad de que esto suceda. Ahí es donde a veces se detienen muchas cosas. Hay mucha innovación y hay mucho compromiso y voluntad por parte de las marcas, pero adoptar estas innovaciones y ampliarlas, ahí es donde tenemos el mayor reto. Y, como hemos comentado antes, creo que la legislación es necesaria por dos razones. En primer lugar, proporciona responsabilidad en materia de calidad y una dirección clara tanto para las inversiones como para las actividades y las prioridades del sector. Pero la otra es que también nivela el campo de juego para aquellas marcas que se toman en serio la sostenibilidad y realmente invierten mucho en ella. Necesitan poder competir en condiciones justas con las marcas que no se preocupan por la sostenibilidad. Si se les socava constantemente y el consumidor no entiende la diferencia, entonces no tendremos ese buen impulso, y la legislación puede ayudar realmente a establecer ese tipo de igualdad de condiciones.
P.: ¿Es un problema de precio o de comunicación?
R.: Es una combinación de precio e incentivos. El precio es clave para el consumidor. Hemos visto que hay una gran brecha de comportamiento en los consumidores. Los datos lo muestran claramente. La gente quiere, expresa su deseo, un deseo genuino de ser más sostenible. Pero en el momento real de la transacción, el precio tiene mucho más peso, y creo que por eso la legislación garantiza que, cuando se llega a ese punto en el que el precio es decisivo, la sostenibilidad ya está cubierta e incorporada gracias a otros incentivos, a la legislación, etc. La comunicación también es importante.
P.: ¿Quién debe liderar la innovación en moda?
R.: En lo que respecta a las innovaciones técnicas, sin duda debe ser una empresa como Recover. Luego, necesitamos que las marcas lideren el deseo o la demanda de adoptar estas innovaciones y ampliarlas. Porque eso no sucederá sin que las marcas digan que quieren más reciclaje a su cadena de suministro. Su cadena de suministro les dará lo que las marcas les pidan. Por lo tanto, las marcas deben exigir sostenibilidad y, en algunos casos, la legislación debe exigir a las marcas sostenibilidad para acelerarla realmente. Pero la innovación técnica debe venir de las empresas que tienen la especialidad técnica o los especialistas. Todos los actores deben estar de acuerdo.

P.: ¿La moda se toma en serio la sostenibilidad?
R.: Sin duda, hay varias marcas que se toman muy en serio la sostenibilidad. Y si nos fijamos sólo en los datos, vemos que, a pesar de lo que se pueda percibir, el 34% ha aumentado sus compromisos y su sostenibilidad en los últimos dos años. Todas las grandes, la mayoría de las grandes, se lo toman muy en serio. Algunas de ellas, o muchas de ellas, necesitan acelerar su implementación, porque no va a suceder por sí sola y un compromiso, por muy sincero que sea, no es suficiente. Es sólo un punto de partida.
P.: ¿Legislación o convicción?
R.: Hay tres razones subyacentes por las que se lo toman en serio. Una es que las preferencias de los consumidores están cambiando muy rápidamente. La concienciación está cambiando. Sí, es lento. Y sí, no ocurre hoy en día en todas las transacciones. Pero si nos fijamos en la generación más joven, tienen opiniones mucho más firmes sobre la sostenibilidad que antes. Así que el consumidor está cambiando. Las marcas se dan cuenta de ello. Los compromisos que han asumido, al ser empresas cotizadas, deben cumplirlos. Además, se avecina la legislación. Así que creo que estos tres factores, ya sean los deseos de los consumidores, sus propios compromisos o la legislación, apuntan todos en la misma dirección. Aquí y ahora, lo más fácil de acelerar es la legislación.
P.: Donald Trump ha dicho ante la ONU que el cambio climático es una “gran mentira” y Bruselas está reduciendo sus requisitos. ¿Retrocede el mundo?
R.: No creo que la urgencia haya desaparecido o que la industria no se tome en serio o no se dé cuenta del reto. En mis interacciones con nuestros clientes, con las marcas, hay un consenso en que las formas actuales e históricas de hacer la industria de la moda no funcionan. Y no es sólo por el aspecto medioambiental y moral. También es desde el punto de vista empresarial. Cualquier empresa que impulse el crecimiento debe pensar en cómo va a garantizar las materias primas para seguir adelante. En algún momento, las materias primas no serán suficientes para impulsar el crecimiento. Por lo tanto, hay que pensar en cómo garantizar un mayor suministro de materias primas, y el reciclaje es una de las soluciones.
P.: ¿Qué le diría a un CEO que haya dejado la sostenibilidad en segundo lugar?
R.: La sostenibilidad es importante porque se está convirtiendo en una ventaja competitiva o en una desventaja competitiva. Y señalaría los datos tanto sobre las preferencias de los consumidores como sobre lo que están haciendo algunas de las empresas más fuertes y mejores que existen. No creo que sea una coincidencia que algunas de las marcas que mejor rendimiento tienen sean también las que cuentan con una agenda de sostenibilidad muy consciente. Señalaría también la legislación. Será un factor limitante si no se tiene una agenda de sostenibilidad consistente y se adopta una posición al respecto.