Zara se codea con los grandes almacenes de lujo en su nuevo concepto de tienda
La cadena de Inditex apuesta por una estructura modular y que reduce la densidad de producto en suelo desplazándolo al perímetro para mejorar la experiencia. Cada línea tiene un espacio propio en el interior y en los escaparates.
Grandes espacios vacíos, pasillos cómodos por los que caminar y zonas diferenciadas para cada colección o familia de producto. Zara se despide de las tiendas abigarradas de producto que tanto han caracterizado a la gran distribución de moda en busca de la máxima rentabilidad del metro cuadrado. Al menos así es en un último concepto de tienda, que ha estrenado en Mánchester.
El pasado agosto, Zara reabrió su establecimiento del centro comercial Trafford Center de Mánchester tras una reubicación. El local, de 4.000 metros cuadrados de superficie, ha servido al equipo de arquitectura de la cadena de Inditex para, de la mano del equipo comercial, establecer un nuevo modelo de tienda que, progresivamente, se irá implantando en las nuevas aperturas adaptado a las características de cada local.
La singularidad del nuevo concepto llama la atención desde fuera. El local cuenta con una fachada de 65 metros de longitud, a través de los cuales discurren, con escaparates y entradas independientes para las cuatro líneas de Zara (hombre, mujer, niños y Trafaluc), llegando incluso a contar con logo propio (en el caso de Zara Man). La paleta de colores sirve ya desde los escaparates para definir cada formato, con negro para hombre, blanco para niños y gris para mujer.
Inditex abrió en agosto en Trafford Center una tienda de 4.000 metros cuadrados que incorpora nuevo concepto de Zara
Si la fachada podría asemejarse ya a la de un gran almacén por la independencia y el visual de cada uno de los escaparates, el interior lo hace más todavía. El gran espacio interior se divide en cuatro (para cada línea) mediante cuatro grandes paredes y cada uno de los subsectores se trata como una retícula que genera áreas independientes para secciones, colecciones o familias de producto. La propia Zara define estos espacios como shop in shop, a imagen y semejanza de las áreas diferenciadas que un gran almacén determina para cada una de las marcas.
“Cada espacio o habitación refleja un mundo diferente -explican desde el departamento de arquitectura de Zara-; es un momento diferente para cada colección o familia de producto”. Con el nuevo interiorismo, Zara desplaza producto que antes estaba en los pasillos al perímetro de la tienda, reduciendo un 30% la densidad de producto y creando espacios mucho más cómodos para el tránsito de los clientes.
“Liberando el espacio”, según explican desde Zara, se genera una experiencia más “suave” para el cliente. “La sectorización hace también que no se perciban aglomeraciones de gente”, señalan desde arquitectura de la cadena, que agregan que “con menos densidad de producto se puede hacer más eficiente la venta”.
Para crear los diferentes espacios mediante paredes y columnas, Zara ha utilizado un material elaborado a partir de residuos pétreos y cerámicos desarrollado de la mano de un proveedor. Este material, de aspecto firme pero en realidad ligero y fácil de implantar, hace posible que elementos como una pared puedan modificarse rápido si se detecta que el tráfico no fluye como se esperaba o si es necesario realizar una implementación nueva.
La modularidad del concepto se aprecia también en el mobiliario. Los burros y percheros no se apoyan en el suelo, de manera que pueden ser reemplazados fácilmente al estar anclados en el material reciclado que da forma a las paredes.
La generación de espacios específicos por líneas o producto no sólo se aprecia en la colección general, sino también en la introducción de zonas específicas para complementos y perfumería. La tienda de Trafford cuenta con una gran área dedicada a calzado, una especie de ágora en la que se expone el calzado sin cajas y en la que el cliente encuentra sofás para probarse los artículos. En este espacio, personal acompaña a la venta y cuenta con un equipo dedicado a obtener producto del almacén de forma permanente.
La tecnología es otro de los elementos destacados del nuevo concepto, aunque no de forma visible para el cliente, evitando, como es habitual en Zara, las grandes pantallas y otros elementos que sí destacan, por ejemplo, en Bershka. Los sistemas desarrollados en la tienda son posibles gracias a la combinación de identificación por radiofrecuencia (Rfid) y de las alarmas blancas, dos tecnologías implantadas en la cadena en los últimos años.
El concepto reduce un 30% la densidad de producto y crea espacios más cómodos para el tránsito de los clientes
La tienda de Trafford incorpora mesas de venta con autocobro asistido (con las que se logran reducir las colas, por ejemplo), un silo para pedidos online con capacidad para más de mil paquetes, un espacio de drop off para devoluciones online que reconoce las prendas a través de Rfid y un sórter para reposición en tienda de la prenda colgada.
Este nuevo concepto de tienda estrenado en Trafford se irá implantado de forma progresiva en la red de distribución del grupo, adaptándolo a cada punto de venta, teniendo en cuenta que esta organización requiere establecimientos de gran superficie.
Manchester es una ciudad relevante para Inditex en el conjunto de Reino Unido, habiendo desembarcado en ella en 1999, precisamente en el centro comercial Trafford. Inditex desembarcó en Reino Unido en 1998 a través de Zara, que puso en marcha un establecimiento en Regent Street. Actualmente, el grupo está presente en el mercado con siete cadenas, sumando un total de 113 puntos de venta, 57 de ellos correspondientes a Zara.