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Kering confía su dirección al exCEO de Renault Luca de Meo para iniciar su transformación

El grupo francés de lujo, en plena tormenta financiera y de liderazgo empresarial y creativo, confirma el fichaje del ejecutivo italiano de perfil industrial como consejero delegado, tomando el relevo de François-Henri Pinault. 

Kering confía su dirección al exCEO de Renault Luca de Meo para iniciar su transformación
Kering confía su dirección al exCEO de Renault Luca de Meo para iniciar su transformación

T. Alonso

Kering encuentra a su nuevo líder ejecutivo. Luca de Meo, hasta ahora consejero delegado de Renault, abandonará el grupo automovilístico el 15 de julio para iniciar, según avanzó el domingo por la noche el diario Le Figaro, una nueva etapa en Kering. Después de varias horas de especulaciones, la operación aún ha sido confirmada por el hólding de lujo. A sus 58 años, el directivo italiano cambiará los motores por la moda, con el reto de apuntalar el futuro de una de los grandes actores del lujo internacional, hoy estancado por la crisis del sector y la desaceleración del desempeño de sus firmas estrella.

 

“Llega un momento en la vida en el que sabes que el trabajo está hecho”, afirmó De Meo en su comunicado de despedida de Renault. “Hemos logrado lo que muchos consideraban imposible y me voy de una empresa transformada, orientada al futuro, para aportar mi experiencia a otros sectores y vivir nuevas aventuras”, declaró el primer ejecutivo de la empresa automovilística.

 

Su salida ha sido interpretada como un golpe de efecto por parte de François-Henri Pinault, presidente y consejero delegado de Kering desde 2005. A sus 63 años, el heredero del imperio Pinault ha estado preparando el relevo ejecutivo y la separación de funciones al frente del grupo, presionado desde hace años por inversores institucionales.

 

En el marco de una nueva estructura de gobierno, la presidencia del consejo de administración, ejercida por François-Henri Pinault, quedará separada de la función de director general. “Esta reorganización responde a las mejores prácticas en materia de gobernanza entre las grandes empresas cotizadas”, ha defendido el grupo a través de un comunicado.

 

 

 

 

 

“Tras veinte años de transformación de Kering en uno de los grandes actores del lujo mundial, el grupo está preparado para una nueva etapa de desarrollo -ha asegurado François-Henri Pinault-; ya en 2023 inicié una reflexión sobre la evolución de su modelo de gobernanza y en ese contexto conocí a Luca de Meo”.

 

El hasta ahora máximo responsable del grupo ha subrayado la trayectoria del ejecutivo italiano por “su experiencia al frente de un grupo internacional cotizado, su comprensión precisa del universo de marca y su capacidad para fomentar una cultura corporativa sólida y respetuosa”. Insistiendo en que Luca de Meo responde “al perfil que buscaba para aportar una nueva visión”, Pinault ha añadido que le confía la dirección con “total confianza”. El hasta ahora consejero delegado y presidente del consejo lo acompañará, a partir de ahora, únicamente en calidad de presidente del consejo de Kering.

 

“Estoy convencido de que juntos haremos de Kering un actor indispensable en el sector del lujo”, ha comentado de Meo con motivo de su nombramiento. Los cambios en la cúpula se harán efectivos por decisión del consejo de administración que se celebrará tras la junta general convocada para el 9 de septiembre de 2025. Sujeto a dicha aprobación, Luca de Meo asumirá sus funciones el 15 de septiembre de 2025.

 

Luca de Meo no es un desconocido para el grupo que controla Gucci, Balenciaga o Saint Laurent. Se trata de un directivo de perfil internacional, políglota, con una larga trayectoria en la transformación de grupos industriales como Fiat, Seat y, más recientemente, Renault. Su carrera, además, arrancó precisamente en la casa del rombo, antes de volver como consejero delegado en 2020, en plena crisis por el escándalo Carlos Ghosn.

 

 

 

 

 

De Meo no sólo estabilizó el grupo, sino que lo hizo rentable. Bajo su liderazgo, Renault lanzó el plan Renaulution, centrado en electrificación, subida de gama y rigor operativo. El resultado dio lugar a la rentabilidad operativa más alta de la historia del grupo y una mejora sustancial en márgenes, pese al contexto macroeconómico adverso.

 

Sus capacidades como comunicador, estratega y hombre de márketing están ahora llamadas a jugar un nuevo papel en el lujo. Kering se enfrenta a retos de envergadura: márgenes reducidos, deuda creciente, direcciones creativas inestables y una imagen debilitada en comparación con sus grandes competidores, LVMH y Hermès.

 

En sólo dos años, Kering ha perdido casi 60% de su capitalización bursátil. Las ventas cayeron de más de 20.000 millones de euros en 2022 a poco más de 17.000 millones en 2024. La rentabilidad operativa se ha reducido del 27,5% al 13,4%, y el beneficio neto se ha contraído más de la mitad.

 

El principal responsable de esta erosión ha sido Gucci, hasta hace poco el motor de crecimiento del grupo. Las ventas de la casa italiana cayeron 21% en 2024 y otro 25% en el primer trimestre de 2025. La dirección creativa ha pasado de Alessandro Michele a Sabato de Sarno (breve e infructuoso) y, tras su salida en febrero, a Demna Gvasalia, director artístico de Balenciaga. Las primeras colecciones del nuevo Gucci no se conocerán hasta finales de 2025.

 

 

 

 

En paralelo, Kering ha intentado diversificarse. En 2023 adquirió la marca de perfumería Creed por 3.500 millones de euros, lanzó Kering Beauty y compró una participación significativa en Valentino. También ha ejecutado operaciones inmobiliarias que han elevado su deuda neta a 10.500 millones de euros a cierre de 2024, frente a una posición prácticamente libre de deuda tres años antes. Estas decisiones han generado escepticismo en el mercado, con dos degradaciones de rating ya materializadas y una tercera en el horizonte.

 

El nombramiento de De Meo permitiría a Kering implementar un cambio de estructura largamente esperado. En 2023, Pinault había dado un primer paso al designar a Francesca Bellettini como directora general adjunta para el desarrollo de las marcas, y a Jean-Marc Duplaix como responsable de operaciones y finanzas. La llegada de un nuevo consejero delegado como De Meo sirve para culminar la separación de poderes, con Pinault centrado en la presidencia. A través de Artémis, la familia Pinault conserva 42% del capital y controla más de la mitad de los derechos de voto.