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Kering aligera su cartera inmobiliaria: negocia la venta de un edificio en la Quinta Avenida

El grupo francés especialista en lujo, propietario de Gucci y Saint Laurent, prosigue su estrategia de desinversión en activos prime para reducir deuda y mantener presencia en las principales arterias comerciales del lujo.

Kering aligera su cartera inmobiliaria: negocia la venta de un edificio en la Quinta Avenida
Kering aligera su cartera inmobiliaria: negocia la venta de un edificio en la Quinta Avenida
El grupo de lujo francés, propietario de Gucci y Saint Laurent, prosigue su estrategia de desinversión en activos prime para reducir deuda y mantener presencia en las principales arterias comerciales del lujo.

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Kering abre una nueva fase en su estrategia inmobiliaria. El hólding francés, propietario de firmas de lujo como Gucci, Balenciaga o Saint Laurent, estaría en conversaciones exclusivas con el fondo de inversión Ardian para vender una participación en su propiedad de la Quinta Avenida de Nueva York, una de las operaciones más relevantes del sector inmobiliario del lujo en lo que va de año. La transacción se enmarcaría en el plan del grupo para rebajar su deuda, que cerró 2024 en máximos históricos.

 

Según informaciones publicadas por la agencia Reutersel acuerdo en negociación afectaría al inmueble situado en el 715-717 de la Quinta Avenida, adquirido por Kering en enero de 2024 por 963 millones de dólares. El edificio, con más de 10.000 metros cuadrados de superficie repartidos en varios locales comerciales, se sitúa en una de las zonas más codiciadas para el retail de lujo a nivel global.

 

 Aunque el valor y la participación exacta en venta no han trascendido, fuentes cercanas apuntan a una fórmula similar a la aplicada por Kering en París a principios de año, cuando vendió a Ardian un 60% de una joint venture sobre tres propiedades emblemáticas por 837 millones de euros, manteniendo el 40% restante.

 

La operación refleja el nuevo enfoque patrimonial de Kering. Como explicó Jean-Marc Duplaix, director general adjunto del grupo, durante la última junta de accionistas, el objetivo no es desprenderse de activos clave, sino compartir su propiedad con inversores institucionales para mantener la presencia física en enclaves prime.

 

 

 

 

“Seguimos trabajando no para revender estos activos, sino para vender parte de ellos y contar con un coinversor”, detalló entonces el directivo, quien confirmó que los inmuebles de Via Montenapoleone en Milán y la propia Quinta Avenida estaban entre los activos considerados, junto con otros en Tokio.

 

Este tipo de operaciones permiten al grupo seguir controlando espacios estratégicos para sus marcas, al tiempo que reduce la carga de deuda. En los últimos tres años, Kering ha invertido cerca de 4.000 millones de euros en adquisiciones inmobiliarias en Nueva York, París y Milán, coincidiendo con una fase de expansión que hoy se ve tensionada por el freno al consumo en el segmento del lujo, especialmente en el mercado chino y estadounidense.

 

La venta parcial del flagship neoyorquino llega en un contexto desafiante para el sector. Según datos de Cushman & Wakefield, en 2024 la Via Montenapoleone de Milán superó a la Quinta Avenida como la calle más cara del mundo para alquileres comerciales.

 

En este ecosistema, la propiedad inmobiliaria se convierte en un activo estratégico, pero también en una fuente de presión financiera. A cierre de 2024, la deuda neta de Kering se disparó hasta 10.500 millones de euros, frente a niveles cercanos a cero en 2021.