Equipamiento

Montefibre arranca con una inyección de tres millones y planea alcanzar 80 millones en 2018

La fábrica de hilatura de Miranda de Ebro (Burgos), propiedad del grupo Praedium, reanudó su actividad a principios de mes después de cuatro años de parón con una plantilla de 121 trabajadores.

S. Riera

30 mar 2017 - 04:54

 

Ochenta millones de euros en ventas en 2018. Este es el objetivo que se ha marcado el fabricante de hilo Montefibre en el inicio de su nueva etapa, según han explicado fuentes de la empresa a Modaes.es. La compañía, que reanudó su actividad a principios de marzo después de cuatro años de parón, recibió una inyección de capital de más de tres millones de euros por parte de su dueño, el grupo Praedium, para financiar la nueva hoja de ruta.

 

Montefibre reanuda así su andadura. La factoría de acrílico paró su producción a principios de 2013 después de que su matriz italiana encarase un proceso de liquidación y forzara su entrada en los juzgados. Dos años después, el grupo inversor Praedium se hizo con la empresa y negoció el convenio con los acreedores que permitió a la compañía salir del concurso. Sin embargo, su mayor acreedor, Endesa, no firmó a aquel pacto y retrasó la puesta en marcha de la factoría.

 

Una vez sellado un acuerdo con Endesa y con los trabajadores, que acumulaban numerosos expedientes de regulación temporal de empleo (Erte), Praedium reactivó el pasado octubre la apertura de la fábrica, que finalmente se hizo efectiva este mes. Los planes de esta nueva etapa pasan por empezar a producir mil toneladas al mes e ir incrementando de manera paulatina la actividad hasta 4.000 toneladas al mes.

 

 

La fabricación inicial es aún poca si se tiene en cuenta que la capacidad de la factoría está en 90.000 toneladas, pero los planes de la compañía pasan por alcanzar la cota de 45.000 toneladas en doce meses. Según fuentes de la empresa, se ha empezado a recuperar parte de la red comercial que se tenía en todo el mundo y a hacer hincapié en los mercados que habían sido más potentes, como Turquía, Italia, Irán, España, Portugal, Marruecos o Argelia.

 

Montefibre ha vuelto al mercado con la marca Leacril y quiere aprovechar su popularidad para volver a abrirse paso de nuevo en un mercado de pocos operadores. Las expectativas de la compañía a corto plazo pasan por cerrar 2017 con una cifra de negocio de entre cuarenta millones de euros y cincuenta millones de euros y elevarla en 2018 a entre sesenta millones de euros y ochenta millones de euros.

 

Esta nueva etapa arranca con una plantilla de 122 trabajadores, el grueso de los cuales se encuentra en la fábrica de Miranda de Ebro. Montefibre mantendrá su oficina en Barcelona, donde está su consejero delegado, que continúa siendo Juan Carlos Rovira, y donde se mantendrán algunas de las funciones de back office.

 

Algunas operaciones, como recursos humanos o administración, se trasladarán a la planta burgalesa. Esta reordenación de la estructura ha dejado la oficina de Barcelona sobredimensionada y se ha iniciado la búsqueda de un nuevo espacio más reducido en la misma capital catalana.

 

La puesta en marcha de Montefibre coincide también con la reactivación de la fábrica de hilo de nylon de Blanes (Girona) Nylstar por parte también de Praedium. El grupo inversor reanudó la producción de hilatura en la planta gerundense el pasado octubre después de un parón de ocho meses. A principios de marzo, Nylstar reactivó una segunda línea productiva y reincorporó parte de los trabajadores afectados por el último ERE temporal.