Entorno

Lejanía: la fórmula tradicional y (casi) invencible de la producción de moda

Con China como el líder indiscutible del tablero asiático y mundial de la producción de moda, el continente asiático, al que se suman Vitenam, Bangladesh e India, concentran el oro, plata y bronce de la cadena de valor del sector.

Lejanía: la fórmula tradicional y (casi) invencible de la producción de moda
Lejanía: la fórmula tradicional y (casi) invencible de la producción de moda

Celia Oliveras

La industria internacional de la moda se mueve al ritmo de las tendencias del consumidor y, también, del sourcing. En los últimos seis años, el mapa internacional del aprovisionamiento ha entrado en crisis, con disrupciones como la pandemia, la crisis del Mar Rojo o la revolución arancelaria provocada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En este nuevo Insight, patrocinado por Sevica, Modaes analiza cuál es la situación actual del sourcing en moda, un sector que juega en un nuevo tablero con cambios geográficos, de medios de transporte y aduaneros.

 

 

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Sourcing, el nuevo tablero mundial

 

 

Bajo coste de mano de obra, especialización y volumen han convertido al continente asiático en el hub productivo textil del mundo. Desde la liberación del comercio mundial de moda a principios del 2000, el conjunto de países asiáticos, primero liderados por China pero a los que ahora se suman Vietnam, Bangladesh o India, han intensificado el comercio de moda con Europa, Estados Unidos y los principales mercados de consumo del mundo. La concentración en el continente, además, ha hecho que aumente el comercio entre los países asiáticos, que protagonizan eslabones diferentes en los procesos de la cadena de valor.

 

Sin contar el conjunto de países de la Unión Europea, China, Bangladesh, India y Vietnam dominan las exportaciones mundiales tanto de textiles como de prenda confeccionada. La fórmula asiática se basa principalmente en mano de obra de bajo coste, un alto grado de especialización en los procesos y capacidad para producir volúmenes elevados. Todos ellos han ido ganando, con algunas subidas y bajadas, peso en el sourcing mundial del sector, y ni siquiera la aparición de países como Turquía, México o Marruecos en el mapa productivo de la moda han hecho tambalear al dominio asiático.

 

 

China

China se alza como la gran fábrica de moda a nivel mundial. Su peso dentro del sector, además, no se limita a sus propias fronteras, ya que, con el paso del tiempo y el incremento del nivel de vida en el país y, por ende, de los salarios de sus trabajadores y del coste de la producción, ha expandido su presencia a los países de su entorno, e impulsado el mismo desarrollo en los países satélite.

 

El gigante asiático comenzó su expansión comercial en 2001, con la entrada a la Organización Mundial del Comercio (OMC), justo antes del fin del Acuerdo Multifibras. Con un Producto Interior Bruto (PIB) de más de 18 billones de dólares, y casi 1.500 millones de habitantes, desde entonces, el gigante asiático se ha convertido en la fábrica manufacturera del mundo, mucho más allá de los textiles.

 

Según datos de la OMC, de hecho, las exportaciones chinas alcanzaron un valor de 3,57 billones de dólares en 2024, con la moda suponiendo alrededor de un 7,3% del total. A cierre del año pasado, Estados Unidos se alzaba aún como el principal destino de las exportaciones del sector, seguido del conjunto de los 27 países de la Unión Europea y, en tercer lugar, Hong Kong.

 

La guerra abierta arancelaria que sacude las relaciones entre China y Estados Unidos, sin embargo, está desconfigurando la balanza, e incrementado a lo largo de la primera mitad del ejercicio el peso de otros clientes de la moda china. Pese a la tregua alcanzada la semana pasada por Donald Trump y Xi Jinping, primeros mandatarios de ambos países, el país aún afronta un arancel medio del 47% en todas sus exportaciones al gigante norteamericano. La moda, por ejemplo, debe asumir un gravamen base del 10%, al que están sujetas todas las exportaciones chinas con destino Estados Unidos, al que se le pueden unir aranceles adicionales de entre el 30% y el 50%.

 

En el sentido contrario, el valor total de las importaciones del gigante asiático alcanzó un valor de 2,47 billones de dólares, según los datos de la OMC. La moda tiene un peso residual, de apenas un 0,65% del total. Los principales proveedores de China son la Unión Europea, Taiwán y Corea del Sur.

 

La actividad manufacturera de China también se ha mantenido estable a lo largo del año pese a la guerra comercial. Según los últimos datos compartidos por la Oficina Nacional de Estadística (NBS, por sus siglas en inglés) del Gobierno chino, el valor añadido de la industria textil ha aumentado un 3,2% de enero a septiembre. El alza, sin embargo, se sitúa por debajo del 6,2% que ha crecido el valor de toda la producción industrial en los nueve primeros meses. Únicamente en septiembre, el valor agregado de la industria china se incrementó un 7,3%, mientras que sólo el textil, lo hizo un 2,2% interanual a cierre del noveno mes del año.

 

El salario mínimo del país, por su parte, no está unificado en todo el país, y estos son establecidos por los gobiernos de las provincias e incluso ciudades del gigante asiático. Por zonas geográficas, Shanghái cuenta con el salario mínimo mensual más elevado, de 2.740 yuanes chinos (333,7 euros), mientras que la provincia de Liaoning cuenta con el menor salario mínimo: de 1.700 yuanes (207 euros). A cierre de 2024, el salario mínimo de los trabajadores aumentó en alrededor de 16 territorios de las 31 provincias que componen el gigante asiático. 

 

 

Bangladesh

Bangladesh ocupa la segunda posición como segundo gran exportador de prendas de vestir, con la moda, además, siendo el principal sector dentro de la economía. Con un PIB de 0,45 billones de dólares y una población de casi 170 millones de habitantes, el país bengalí está especializado en la confección, uno de los principales motores de crecimiento.

 

Las exportaciones de Bangladesh alcanzaron, según el Atlas of Economic Complexity de la Universidad de Harvard, un valor de 51.000 millones de dólares a cierre de 2023, con un peso de hasta el 82,3% del sector de la moda. Sus principales clientes son el conjunto de los Veintisiete, que reciben el grueso de las exportaciones del país, seguido tanto de Estados Unidos como de Reino Unido.

 

Las importaciones bengalíes, por su parte, se situaron en 80.000 millones de dólares, siendo hasta un 18,75% relacionadas con la industria de la moda. El principal proveedor del país asiático en China, que ha ido extendiendo poco a poco su presencia en las fábricas nacionales, pero también destaca India, otro de los gigantes productivos de la moda, y la Unión Europea.

 

Desde el anuncio estadounidense de imponer aranceles, Bangladesh ha negociado un acuerdo comercial con el país para conseguir reducir al 20% el arancel a sus exportaciones a la potencia norteamericana, frente al 35% que impuso Trump en un primer momento.

 

En Bangladesh, el salario mínimo de los trabajadores también ha aumentado recientemente, hasta los 12.500 takas (87,9 euros), desde los anteriores 8.000 takas (56,3 euros), principalmente a raíz de una serie de protestas en el país. Pese al incremento, el sueldo de los trabajadores de Bangladesh, que en moda, concentra una plantilla de entre cuatro y cinco millones de personas, se sitúa incluso por debajo del salario oficial más bajo de China. 

 

 

Tiempo, reacción y mayor coste,

el cóctel de la producción en cercanía para la moda

 

 

Vietnam

Vietnam es otra de las piezas claves del sourcing mundial de la moda, que bebe también de la influencia del gigante asiático. El país, con un PIB de 0,47 billones de dólares y una población de más de 105 millones de habitantes, se alza como el tercer mayor exportador de prendas de vestir, con una cuota del 6,1% a nivel mundial. Aunque la moda (con el calzado a la cabeza) tiene un peso relevante en la economía vietnamita, el país se ha ido especializando poco a poco en otros sectores, como es el electrónico. El salario mínimo del país, según datos de la International Labour Organization (ILO), se sitúa entre los 3,4 millones de dongs vietnamitas (11,3 euros) y 4,9 millones (16,3 euros). 

 

En total, las exportaciones del país asiático alcanzaron un valor de 404.000 millones de dólares a cierre de 2023, según los últimos datos publicados por la herramienta de la universidad estadounidense. De todas las ventas al exterior de Vietnam, la moda tiene un peso del 18,8%, con exportaciones valoradas en 76.000 millones de dólares.

 

Igual que Bangladesh, el gobierno del país alcanzó un acuerdo comercial con el gigante estadounidense a principios de julio, por el que redujo el gravamen de sus exportaciones al país a un 20%. El pacto entre ambos países fue crítico para Vietnam, cuyo principal cliente es Estados Unidos, seguido tanto de China como de la Unión Europea.

 

La moda tiene también un peso relevante en las importaciones vietnamitas, que a cierre de 2023 registraron un valor de 366.000 millones de dólares, siendo la moda un 9,3% del total. El principal proveedor de Vietnam vuelve a ser China, aunque también cuentan con un peso relevante Corea y Japón.

 

Según los últimos datos de la oficina nacional estadística del país recogidos por medios locales, la producción industrial aumentó un 9,1% en los nueve primeros meses del ejercicio, dándose una tendencia positiva, además, en todas las regiones del país. Los datos del organismo destacan un desempeño especialmente fuerte en el tercer trimestre, con un alza del 10% interanual, y con un peso destacado de la industria (en la que se encuentra el textil), que aumentó su producción industrial un 10,2% en los últimos tres meses. 

 

 

India

La importancia de India recae principalmente en su peso como productor de materias primas y su especialización en tejidos bordados y confeccionados, hasta suponer un 2,9% de las exportaciones mundiales de prendas de vestir. India cuenta con un PIB de 3,9 billones de dólares, y es actualmente el país más poblado del mundo, con más de 1.450 millones de habitantes. 

 

Según datos de la OMC, el país asiático exportó al exterior bienes y servicios por un valor de 404.200 millones de dólares, siendo la moda un 5,6% del total. Estados Unidos y la Unión Europea son el principal destino de las exportaciones hindúes, aunque en este caso destaca el tercer puesto, ocupado por Emiratos Árabes Unidos. En el sentido contrario, las importaciones de India se situaron en 644.367 millones de dólares, con un peso muy poco relevante, de apenas un 0,5%, de la moda. Sus principales proveedores son Estados Unidos, la Unión Europea y, en tercer lugar, Rusia.

 

La relación entre India y Estados Unidos ha sido otra de las más turbulentas desde el inicio de la escalada arancelaria. Ambos países, de hecho, aún no han cerrado ningún acuerdo comercial para reducir los gravámenes de las exportaciones hindúes a Estados Unidos, y estas están sujetas actualmente a uno de los aranceles más altos de toda la lista: un 50%.

 

Sin datos oficiales sobre el salario mínimo en el país, que se establece según una gran cantidad de variables como la región o el sector, la evolución de la producción industrial del país anotó un crecimiento del 4% en septiembre, según los datos de la oficina estadística gubernamental. La cifra del noveno mes del año se situó por encima del alza del 3,2% anotada en el mismo mes de 2024, aunque también desaceleró una décima respecto a agosto de este año. Por sectores, sin embargo, la actividad manufacturera aumentó un 4,8%, frente al 4% de hace un año.

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