Entorno

El PIB chino se moderará al 4,3% en 2026 con consumo e inversión debilitados, según JP Morgan

China afronta 2026 con pronóstico de crecimiento moderado, impulsado por las exportaciones y lastrado por la debilidad del consumo. J.P. Morgan prevé un PIB del 4,3% ante la crisis inmobiliaria y el exceso de capacidad industrial.

El PIB chino se moderará al 4,3% en 2026 con consumo e inversión debilitados, según JP Morgan
El PIB chino se moderará al 4,3% en 2026 con consumo e inversión debilitados, según JP Morgan
identifica una creciente dependencia del sector exterior como uno de los rasgos del actual patrón de crecimiento.

Pablo Bueno

China se adentra en 2026 con una economía que sigue mostrando desequilibrios estructurales. Según las previsiones de JP Morgan Private Bank, el país crecerá un 4,3% el próximo año, en un rango de entre el 4,1% y el 4,6%, moderando el ritmo registrado en 2025 y confirmando la pérdida de tracción de la demanda interna como motor de crecimiento.

 

El informe identifica una “creciente dependencia del sector exterior” como uno de los rasgos del actual patrón de crecimiento de la economía china. Mientras el mercado inmobiliario sigue en contracción y la inversión privada muestra signos persistentes de debilidad, las exportaciones han asumido un papel central en el crecimiento, reforzando un patrón que el banco califica de “estructuralmente desequilibrado”.

 

En el ámbito de la política económica, JP Morgan anticipa un enfoque “moderadamente expansivo”, aunque sin estímulos agresivos. El déficit fiscal se mantendría en torno al 4% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2026, complementado por un mayor recurso a bancos de política pública y a la emisión de deuda por parte de gobiernos locales. En paralelo, el Banco Popular de China optará previsiblemente por una estrategia de ajuste fino, priorizando operaciones de liquidez y cambios en el coeficiente de reservas frente a recortes significativos de tipos de interés.

 

El consumo privado seguirá siendo uno de los principales puntos débiles del escenario macroeconómico. Tras desacelerarse de forma generalizada en 2025, las ventas minoristas muestran una recuperación limitada. El debilitamiento del mercado laboral, el menor crecimiento de los salarios y la pérdida de riqueza asociada al desplome del sector inmobiliario continúan condicionando el gasto de los hogares, según el análisis del banco estadounidense.

 

 

 

 

Las políticas de estímulo al consumo se mantendrán en 2026, aunque con ajustes. Programas como las subvenciones para la sustitución de bienes duraderos seguirán vigentes, pero en una escala más reducida tras unos resultados considerados modestos. JP Morgan apunta a que, sin una mejora clara del empleo, “la capacidad de estas medidas para reactivar de forma sostenida la demanda interna seguirá siendo limitada”.

 

En el plano industrial, China se enfrenta a un problema creciente de exceso de capacidad que va más allá de los sectores tradicionales. Para el sector textil y de la moda, el escenario que dibuja JP Morgan es ambivalente. Por un lado, la fortaleza exportadora de China seguirá sosteniendo la actividad de su extensa cadena de suministro, desde hilatura y tejidos hasta confección, apoyada en ventajas estructurales de costes, escala industrial y una integración productiva difícil de replicar.

 

Sin embargo, el informe destaca que esta sobreoferta se ha extendido a industrias estratégicas como el vehículo eléctrico, las baterías, la energía solar o determinados servicios, intensificando la competencia vía precios y erosionando los márgenes empresariales. Las autoridades han iniciado campañas para frenar esta dinámica, pero su impacto será gradual y a medio plazo.

 

  

 

 

El informe advierte de una presión creciente sobre los márgenes derivada del exceso de capacidad, la intensificación de la competencia vía precios y la moderación del crecimiento salarial, consecuencia de un mercado laboral debilitado. A ello se suma un consumo interno aún frágil, que limita la recuperación de la demanda doméstica de moda.

 

En el comercio exterior, China seguirá consolidando su papel como gran potencia exportadora, con una cuota cercana al 15% del comercio mundial. No obstante, JP Morgan prevé una moderación del crecimiento exportador en 2026, condicionada por el endurecimiento de las tensiones comerciales y la proliferación de medidas proteccionistas, especialmente en la Unión Europea y en economías emergentes.

 

Por último, el banco descarta una apreciación significativa del yuan pese al fuerte superávit comercial. La divisa continuará moviéndose dentro de rangos controlados por las autoridades monetarias, priorizando la competitividad exterior y la estabilidad macroeconómica frente a un impacto limitado sobre el poder adquisitivo interno. En conjunto, el informe de JP Morgan augura un escenario para 2026 con una economía china más estable, pero aún lejos de corregir los desequilibrios de fondo de su modelo de crecimiento.