El pasaporte digital llega a la cadena de valor de la moda con un primer modelo en Bangladesh
El objetivo de la patronal bengalí de la confección es adaptarse a las normativas internacionales para ser más eficiente con sus compradores, teniendo en cuenta que se trata del segundo mayor exportador textil del mundo.
La Asociación de fabricantes y exportadores de prendas de Bangladesh (Bgmea) da un paso más en su estrategia de digitalización. La entidad anunció el martes el desarrollo de un pasaporte digital para la moda impulsado por Inteligencia Artificial (IA) para optimizar la gestión y los informes de datos en la industria de la confección del país.
El objetivo, según ha avanzado Just Style, es ayudar a las fábricas a adaptarse a los requisitos impuestos por los compradores internacionales, así como posicionar al país como un centro global de aprovisionamiento. La herramienta digital servirá también para reducir el trabajo de cara a las auditorías y mejorar la eficiencia a la hora de monitorear la sostenibilidad.
El verano pasado, la Unión Europea publicó una nueva y actualizada Regulación de Ecodiseño para Productos Sostenibles (ESPR, por sus siglas en inglés), que afectan directamente sobre la moda. El protagonista de la normativa era la aplicación obligatoria del Pasaporte Digital del Producto, que puede incluir datos sobre la producción del artículo (cómo el origen del tejido del artículo) para asegurar la máxima trazabilidad posible.
En rueda de prensa, el presidente de la Asociación de fabricantes, Mahmud Hasan Khan, subrayó “la importancia de la innovación” y de la transformación digital en términos de eficiencia, pero también de sostenibilidad. Bangladesh decide adaptarse así a las normativas europeas para poder seguir vendiendo internacionalmente. Otros miembros de la organización ahondaron en el potencial de esta herramienta para que la industria del país trabaje de forma responsable.
El objetivo de Bangladesh es mostrarse más atractivo ante el comprador internacional para mantener su posición de poder en cuanto a exportaciones globales
Bangladesh se ha situado este año en el punto de mira internacional, con un aumento de las presiones a su sector de la moda, el segundo mayor exportador de textil del mundo, para que se revisen los salarios de los trabajadores de la industria, que ascienden a cuatro millones de personas, que cobran un mínimo mensual de 12.500 takas (97 euros).
Por otra parte, este año también ha habido alianza entre Estados Unidos y el país. En mayo se hizo público un avance en las negociaciones para implementar un acuerdo de libre comercio entre ambos países, que podría llegar a ser uno de los primeros tratados bilaterales impulsados tras la entrada en vigor de los aranceles anunciados por Washington.
Estados Unidos es, de hecho, el principal socio comercial del país, haciéndose con un 17% de las exportaciones totales, y un 18%, de las exportaciones textiles. La importancia del país dentro de la economía bengalí ha llevado a que este no sea el primer intento de llegar a un acuerdo similar desde principios de abril, cuando entraron en vigor los aranceles recíprocos de Estados Unidos.
Por el contrario, las relaciones con India se enfrían. Nueva Delhi puso en mayo trabas a las importaciones textiles bengalíes, vetando su paso por sus puertos transfronterizos. Esto supuso un varapalo para Bangladesh, absolutamente dependiente de puertos y aeropuertos indios para exportar a terceros los productos que se confeccionan en el país.