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Alessandro Barberis Canonico (Milano Unica): “El único cambio es que antes de la pandemia tení

Inversión en sostenibilidad, trabajo en equipo y made in Italy son las claves para la recuperación del sector textil del país, según el presidente de la feria italiana de textil y fornituras Milano Unica.

Ainoa Erdozain

3 feb 2022 - 04:49

Alessandro Vitale, presidente de Milano Unica

 

 

En uno de los sectores más golpeados por la pandemia, la crisis de suministro y la subida del coste de la energía, Alessandro Barberis Canonico, presidente de la feria textil Milano Unica y director general de Vitale Barberis Canonico, sostiene que las empresas “deben trabajar en conjunto para conseguir un objetivo común, la sostenibilidad”. Además, el directivo también hace hincapié en que la feria textil Milano Unica seguirá perdurando en el tiempo con ediciones presenciales ya que, de lo que más pesa a los compradores es “no poder tocar el producto final”. Con niveles próximos a 2019, antes del estallido de la pandemia, Barberis Canonico afirma que “en las ferias, la principal diferencia después del coronavirus son los protocolos”.

 

 

 

Pregunta: ¿Ha superado ya la industria textil el golpe de la pandemia?

 

Respuesta: Hemos tenido muchos problemas con el Covid-19 y estamos en el camino para superarlo, aunque el año pasado perdimos más del 30% del mercado por el cierre de las tiendas, las restricciones del turismo y los confinamientos. Los compradores procedentes de China, Reino Unido y otras partes del mundo no pudieron venir a la feria y el único sector que se salvó por los pelos fue el del deporte. Desde julio las cosas están mejorando. Milano Unica está cerca de alcanzar los niveles previos al estallido de la pandemia, de momento estamos un 10% por debajo.

 

 

P.: ¿Cómo está afectando al sector la crisis de la cadena de suministro?

 

R.: Cuando hay una gran recuperación en poco tiempo hay muchas sorpresas. Una de ellas ha sido el precio, que ha aumentado hasta en un 60% en la mayoría de materias primas de nuestro sector, entre las que se incluyen el algodón, el cashmere o la lana. Actualmente, estamos volviendo a los niveles de 2019, pero también hay otros factores que tienen repercusión en toda la industria.

 

 

P.: ¿Se refiere a la subida de costes de la energía? ¿Cómo está afectando al sector?

 

R.: Sí. El precio de la energía, el petróleo o el gas también han subido mucho, ahora cuesta cerca de seis veces más de lo que costaba antes. Desafortunadamente, nuestro sector precisa de la energía para tejer, teñir o hilar. A veces, el coste de la energía supone entre el 30% y el 50% de los costes de las empresas textiles porque la industria textil depende de ella y eso, por supuesto, repercute de manera directa en nuestros precios.

 

 

 

 

P.: Ante esta situación, la reacción de muchas empresas ha sido traer parte de su producción en proximidad, ¿ocurre lo mismo en los tejidos?

 

R.: Algunas empresas están iniciando un cambio de modelo porque el coste del mercado chino está creciendo. Esto ha provocado que muchas compañías estén contactando con nuevos proveedores europeos, sobre todo italianos, buscando un aprovisionamiento más rápido y una calidad más alta de los tejidos para acercar su producción. El envío de pedidos procedentes de China es muy largo y esto se traslada a las materias primas.

 

 

P.: ¿El sector de los tejidos debe también reducir su dependencia de China?

 

R.: Nuestro sector no tiene mucha dependencia de China. La mayoría de las empresas que participan en Milano Unica cuentan con otro tipo de proveedores. Por ejemplo, el algodón que utilizan muchas de ellas, sobre todo las más grandes, procede de Egipto y la lana de Australia o Nueva Zelanda. Por supuesto habrá compañías que sí tengan una relación de dependencia con China, pero no en términos generales.

 

 

P.: ¿Habrá un antes y un después en el aprovisionamiento con la pandemia?

 

R.: Será igual. El único cambio entre antes y después de la pandemia es que hace tres años contábamos con mucho stock en el ciclo de aprovisionamiento para ofrecer a nuestros clientes mejores servicios y envíos más rápidos. Hoy, debido al aumento de precios, muchos de los proveedores han disminuido el tamaño de sus almacenes y esto ha contribuido a la reducción de stocks. Ahora las empresas están empezando a reflotar (aunque la demanda sigue siendo baja en comparación a hace tres años) por lo que el volumen de existencias almacenadas también se ha visto reducido.

 

 

 

 

P.: Con la apuesta por la sostenibilidad y la trazabilidad, ¿los proveedores ganarán visibilidad ante el consumidor final?

 

R.: Eso es algo que tienen que considerar los consumidores. Nosotros estamos invirtiendo en sostenibilidad desde 2017 y en Milano Unica también contamos con muchos fabricantes centrados en la sostenibilidad. Estamos brindando todas las armas a nuestros clientes para promocionar la sostenibilidad, aunque, desafortunadamente, la mayoría de ellos no lo valora. A veces no queda claro para el consumidor qué es la sostenibilidad. En Vitale Barberis Canonico, por ejemplo, dividimos la sostenibilidad en cuatro patas, basadas en la gestión de la empresa, en los trabajadores, en el respeto hacia el medio ambiente y en la responsabilidad de los productos a lo largo de la cadena de suministro. En el ciclo de producción con materias primas se utilizan químicos y energía y esto, inevitablemente, impacta en el ciclo de la cadena entera. Es muy importante que los trabajadores de las fábricas trabajen con buenas condiciones laborales y de seguridad, pero también es muy importante que los animales de donde proceden las fibras naturales, como la lana, estén bien cuidados. A la hora de comprar algodón también prevalece que los campos no estén tratados con químicos o que la fibra obtenida sea natural. La sostenibilidad es un todo en conjunto.

 

 

P.: Muchos retailers centran sus objetivos sostenibles en las materias primas, ¿se está trasladando la responsabilidad al proveedor?

 

R.: Para algo está la cadena de suministro. La última palabra la tienen los retailers a la hora de elegir a los proveedores con los que trabajan y la responsabilidad de los fabricantes está en presentar certificados que acrediten la veracidad de las actividades que se están llevando a cabo en las fábricas. La cadena se completa, en términos de sostenibilidad, por la procedencia de las materias primas, trasladando la actividad empresarial a los campos, a las granjas y a las condiciones de los animales, hasta que el producto final llega a manos del consumidor. La trazabilidad también es muy importante y hay que acreditarla a través de certificados. El sector tiene que trabajar en conjunto para conseguir un mismo objetivo, que en este caso es ser lo más sostenible posible, y estaría bien que en un futuro el consumidor pudiera ver todas las características de una prenda y la procedencia de todos los materiales que la forman, así como todos los procesos que se han llevado a cabo hasta que el artículo ha acabado en la tienda.

 

 

P.: ¿La industria europea pasará de centrarse en el valor añadido para centrarse en el procesado y reciclaje?

 

R.: En este sector se ven muchas fibras recicladas, pero la mayoría de ellas están hechas a partir de plásticos u otros materiales fundibles, que permiten su reciclado después de ser derretidas. Sin embargo, es más complicado cuando se tienen fibras como la lana o el algodón, porque el proceso es más complejo y mecánico. En Vitale Barberis Canonico hemos intentado hacerlo, pero es muy complicado. Además, cuando tienes una prenda de lujo, la vida del producto es muy larga y por lo general no hay que reciclar mucho. Tiene sentido reciclar una camiseta de poliéster después de haberla usado durante tres semanas porque la calidad es efímera, pero, cuando tienes un traje que cuesta más de 3.000 euros no hace falta reciclarlo porque lo usas durante años. Lo primero para el consumidor debería ser el producto, y si es de buena calidad, no hará falta recurrir al reciclaje.

 

 

 

 

P.: ¿Qué nos ha enseñado el Covid? ¿Cómo se tienen que transformar las ferias para poder llegar al mismo público?

 

R.: La principal diferencia después del coronavirus son los protocolos. En Italia tenemos el Green Pass, por lo que todo el mundo que ha asistido a Milano Unica estaba vacunado contra el Covid, al menos, con dos dosis de laboratorios que reconocemos, entre los que se encuentran Moderna, Pfizer o Astra Zeneca, entre otros. Esa es una de las medidas que se han tomado después del estallido de la pandemia en muchos eventos, además de la obligación de llevar la mascarilla en todo momento o la introducción de un puesto donde la gente puede hacerse un test rápido para volver a su país, en caso de que hayan venido únicamente a la feria.

 

 

P.: Si en el futuro se sigue combinando el on y offline, ¿significa que las ferias serán menos globales?

 

R.: Por supuesto que no. Una de los inconvenientes del online, en nuestro caso, es que los usuarios pueden visitar los expositores y ver las colecciones, pero no pueden tocarlos ni verlos de cerca. Además, Milano Unica es una de las ferias de textiles de lujo más importantes en el del sector y haremos todo lo posible por seguir posicionándonos como tal a escala global. También hacemos una pequeña edición de Milano Unica en abril en Shanghái, porque China está cerrada. Pero si este año no hay otra variante, la mayoría de la gente volverá a Italia. Los compradores tienen que venir aquí para ver realmente qué significa el made in Italy. Como metáfora, nadie le pide a su chef favorito que le lleve la comida a casa, todo el mundo acaba yendo a su restaurante si quiere comer su comida; lo mismo pasa con Milano Unica, porque la producción la hacemos en Italia.

 

 

P.: ¿Sigue significando algo el made in Italy?

 

R.: Claro que sí. Made in Italy está en el top tres de las mejores marcas del mundo. Normalmente, cuando la gente viaja y ve una etiqueta made in Italy considera el valor que tiene la marca y eso es un plus. Uno de los motivos por los que hay muchas falsificaciones del made in Italy es porque influencia mucho al consumidor. De las mejores cosas que hacemos bajo esta marca y que son reconocidas a escala internacional son la moda, los textiles o la cocina, tres categorías de las que más se copian.