Entorno

Mapa de la producción global: adiós a la quimera de un mundo sin China

Incluso con su pérdida de peso como primera potencia exportadora de textil y prendas de vestir, los demás países están muy lejos de desbancar a China que, además, se posiciona también como el mayor exportador de calzado.

Mapa de la producción global: adiós a la quimera de un mundo sin China
Mapa de la producción global: adiós a la quimera de un mundo sin China

Irene Juárez

La industria internacional de la moda se mueve al ritmo de las tendencias del consumidor y, también, del sourcing. En los últimos seis años, el mapa internacional del aprovisionamiento ha entrado en crisis, con disrupciones como la pandemia, la crisis del Mar Rojo o la revolución arancelaria provocada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En este nuevo Insight, patrocinado por Sevica, Modaes analiza cuál es la situación actual del sourcing en moda, un sector que juega en un nuevo tablero con cambio sgeográficos, de medios de transporte y aduaneros.

 

 

Lee aquí el Insight
Sourcing, el nuevo tablero mundial

 

 

La diversificación de la cadena de suministro se ha impuesto en la agenda de la industria internacional de la moda en los últimos años, pero esta transformación está lejos de ser una realidad. Pese a los esfuerzos de los últimos años del sector por diversificar y fortalecer su cadena de suministro (avivados a raíz de la pandemia), ningún país parece preparado para sustituir a China, que lidera la producción mundial de moda y calzado sin oposición. Para la moda internacional, la dependencia de este país entra en la categoría de las debilidades y las amenazas.

 

A pesar de la guerra comercial abierta por Estados Unidos contra China y de la voluntad de los gigantes del sector de diversificar sus cadenas de suministro, la potencia asiática continúa siendo hoy un actor imprescindible en el mapa del comercio mundial tanto de textil, como de ropa y calzado. La hegemonía china, que explotó en 2005 con la liberación mundial del comercio de moda, sigue aflorando veinte años más tarde, con un peso muy elevado en la producción global.

 

 

 

 

China domina el mapa de las exportaciones globales de textil incluso cuando, por primera vez en veinte años, ha caído por debajo del 30% en las exportaciones globales de ropa. Con un 29,6% del total en 2024, el país exportó por valor de 165.000 millones de dólares, según los datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) recogidos en el informe Key Insights and trends del World Trade Statistics 2024. 

 

 

 

 

Un progresivo aumento de los costes de producción en China por el incremento del nivel de vida local ha promovido el crecimiento en los últimos años de la producción en países como Bangladesh o Vietnam. A menudo, estos fenómenos se han liderado desde la propia China, con capital de las empresas del país promoviendo la actividad en mercado periféricos buscando costes más bajos.

 

Las exportaciones chinas de prendas en 2024 son inferiores a las que se dieron en 2022, cuando rozó el máximo histórico con 182.000 millones de dólares (en 2014 llegó a los 187.000 millones), pero se sitúan por encima de los niveles de 2019 o 2018, cuando llegaron a 152.000 y 158.000 millones de dólares, respectivamente.

 

 

Historia del comercio internacional textil:
el camino de los aranceles en la moda

 

 

Con todo, a pesar de su pérdida de peso en las estadísticas, el gigante asiático sigue liderando muy por encima de los demás países que conforman el panorama mundial de las exportaciones. Sencillamente, el actual sistema internacional de la moda no podría existir sin China, que en 2005, justo cuando concluyó la liberalización mundial del comercio de moda, exportaba prendas por sólo 74.000 millones de dólares.

 

En su conjunto, los países de la Unión Europea exportan prácticamente lo mismo que China, con un 29,7% del total en 2024, aunque, en muchos casos, se trata de reexportación de productos fabricados fuera del territorio europeo.  

 

Bangladesh se sitúa como el segundo mayor exportador mundial de prendas de vestir, con el 6,9% del total, correspondiente a 38.000 millones de dólares y, de cerca, le sigue Vietnam, que exporta prendas por 34.000 millones de dólares, el 6,1% del total. Turquía va por detrás, con el 3,2% y un valor de 18.000 millones: después India, con el 2,9% y 16.000 millones de dólares. Por su parte, ni Camboya, Pakistán, Indonesia ni Estados Unidos llegan al 2%, con un valor menor de 10.000 millones de dólares por país.

 

 

 

 

Más allá de las prendas ya confeccionadas, China también tiene un papel predominante en cuanto a la exportación de los textiles. De hecho, en esta división China se anota el doble que todos los países de la Unión Europea juntos. Mientras el país asiático se queda con un 43,5% del pastel, la Unión Europea se mantiene en el 20,8%.

 

En los últimos quince años, el peso de China en las exportaciones mundiales de productos textiles ha aumentado en hasta trece puntos porcentuales, mientras que el de Europa se ha reducido en cinco. Así, China genera un valor de 142.000 millones de dólares con sus exportaciones de textil (frente a los 119.000 millones de dólares de 2018 o los 41.000 millones de 2005), mientras que la Unión Europea registra 68.000 millones de dólares.

 

 

China lidera también el calzado

En 2024, la producción global de calzado aumentó un 6,9%, con un total de 23.900 millones de pares, prácticamente su nivel más alto de la última década. Asia sigue dominando a nivel global, con un 88% de la cuota, después de anotarse un aumento del 8% en el último año. Europa, por el contrario, redujo su participación en un 9,5%, situándose en el 2,3% del total mundial, según el informe World Footwear Yearbook 2025.

 

“Estos cambios ponen de relieve la creciente concentración de la fabricación en Asia y los retos a los que se enfrentan los productores europeos para mantener la competitividad en la industria mundial”, indica el informe.

 

 

 

 

En términos de producción, aumentaron también tanto Sudamérica como África, que representan el 5% y el 3,2%, respectivamente, de la fabricación mundial. El peso de Norteamérica en la producción mundial de calzado sigue siendo escasa, copando el 1,5% del total.

 

El año pasado, las exportaciones mundiales de calzado crecieron un 4,6%, anticipando la recuperación del comercio mundial. Asia, de nuevo, se anotó un 85,1% del total de las exportaciones, casi un punto porcentual por encima de hace una década. China mantiene su liderazgo con 9.200 millones de pares y una cuota sobre el total de las exportaciones del 62,2%, frente al 63,8% de 2023.

 

 

 

 

En este punto, Europa en su conjunto consiguió mantener su cuota en 2024 (creció del 12,5% al 12,6%). España, sin embargo, perdió su posición en el top 10 de países exportadores, sustituida por Países Bajos. Vietnam e Indonesia ganaron terreno, aumentando sus cuotas hasta el 10,7% y el 4,1%, respectivamente. India y Camboya también registraron ganancias, menores, mientras que Turquía e Italia retrocedieron.

 

 

 

 

La concentración en el mercado mundial de las exportaciones es extremadamente alta: los diez principales países exportadores copan el 88,1% del total, en la línea de los últimos años. “Estos cambios pueden reflejar una reestructuración más amplia de la cadena de suministro”, apunta el informe World Footwear Yearbook, que también advierte de cambios profundos en el contexto geopolítico con el auge de territorios de fabricación alternativos en el sudeste y el sur de Asia para compensar la pérdida de peso de China a raíz de la guerra comercial con Estados Unidos.

 

Las demás economías todavía tienen que remar si pretenden competir cara a cara con la potencia asiática. Su peso en las exportaciones de textiles es todavía residual, y queda muy por detrás de China. India supone el 5,8% del total, generando 19.000 millones de dólares. Turquía pesa un 4,1%; Estados Unidos, un 3,6%; Vietnam, un 3,5%; Pakistán, un 2,6%; Corea del Sur, un 2,1%; Taiwán, un 1,9% y, Japón, un 1,7%.