Bernard Arnault exige a la UE mayor pragmatismo comercial con Estados Unidos
El presidente de LVMH defiende el modelo económico del lujo francés y critica la actitud de Bruselas frente a Estados Unidos. “Es muy malo que el Estado se inmiscuya en la gestión de las empresas privadas”, advirtió en el Senado.


Bernard Arnault, presidente y consejero delegado de LVMH, compareció este miércoles ante la comisión de investigación del Senado francés sobre las ayudas públicas a grandes empresas. En una intervención inusualmente directa, el empresario no solo defendió el patriotismo y el peso económico y fiscal de su grupo, sino que también aprovechó para lanzar un mensaje claro a Bruselas. Para el dirigente, que también amasa la mayor fortuna de Francia, Europa necesita una actitud más constructiva en sus negociaciones comerciales con Estados Unidos.
El presidente de LVMH lamentó que las primeras conversaciones entre la Unión Europea y Washington estén “relativamente mal encaminadas” y urgió a seguir el ejemplo del Reino Unido, que hace tan sólo unos días cerró un acuerdo de colaboración con la administración estadounidense. “Los ingleses han negociado muy bien”, declaró Arnault, quien expresó su deseo de “convencer a Europa de adoptar una actitud similar”, tal y como recogió el medio francés Les Echos.
“Es fundamental que Europa logre un acuerdo con Estados Unidos”, insistió Arnault, añadiendo la consideración de que “es muy malo que el Estado se inmiscuya en la gestión de las empresas privadas”. El Ejecutivo francés hizo clara referencia a la reacción del Presidente de la República, Emmanuel Macron, ante los anuncios de su homólogo estadounidense.
En abril, el líder galo instó a las principales empresas europeas a suspender sus inversiones en Estados Unidos como forma de protesta y para presionar a la administración estadounidense a reconsiderar sus políticas arancelarias.
Para Bernard Arnault, presidente de LVMH, es “muy malo para el Estado inmiscuirse en la empresa privada”
“La negociación debe conducirse de forma constructiva y con concesiones recíprocas”, añadió el empresario, que no ocultó su temor a que una nueva escalada proteccionista internacional perjudique el negocio global del lujo. En un contexto de tensiones geopolíticas, el líder de LVMH se esfuerza por mantener una relación cercana con el ejecutivo de Donald Trump.
En Francia, el riesgo es alto, advirtió Arnault, sobre todo para sectores como el del coñac y el champán, ambos pilares del negocio de vinos y espirituosos de LVMH. Sin ir más lejos, el conglomerado francés anunció, tras el primer impacto de las medidas arancelarias en las cuentas de resultados, recortes en su división de bebidas alcohólicas, Moët Hennesy, que se saldarán con la reducción del 10% de su plantilla.
Asimismo, aunque todavía no se han concretado los aranceles que impactarán a las firmas de lujo, la posibilidad de nuevas tasas ya ha encendido las alertas en el sector. Estados Unidos figura entre los principales destinos de la moda de lujo francés y concentra una porción relevante de los ingresos de los grandes grupos. Un aumento en los costes de importación tendría un efecto directo sobre los resultados financieros si no se traslada al consumidor final mediante una revisión de precios.
De esta forma, compañías como Hermès o Kering ya han comunicado los primeros pasos de sus estrategias en el mercado estadounidense. En el caso de LVMH, el grupo propietario de firmas emblemáticas como Christian Dior o Louis Vuitton tiene previsto aplicar una política selectiva. No obstante, el conglomerado ya habría aplicado subidas de precios a la categoría de moda y accesorios.
LVMH ya ha subido un 4% el precio de algunos productos en Estados Unidos
El prêt-à-porter y la marroquinería, los dos segmentos clave en la facturación del grupo, junto a la cosmética del gigante Sephora, tienen mayor flexibilidad para adaptar sus estrategias de precios que otras divisiones como vinos y espirituosos, donde la elasticidad de demanda es mayor. En paralelo, LVMH estudia ampliar su producción local. En Estados Unidos, Louis Vuitton ya cuenta con una fábrica propia en Texas y fabrica un tercio de su oferta en el mercado en sus otras dos plantas del país.
Por su parte, la firma estadounidense de joyería Tiffany & Co, también controlada por el grupo de Bernard Arnault, realiza parte significativa de su producción en su mercado local. Sin embargo, el tamaño de esta es aún insuficiente para desvincularse por completo de su dependencia de Europa.
Ante las críticas por la recepción de ayudas públicas, Arnault defendió el compromiso económico y social de LVMH. “El grupo invierte mucho en Francia y en el mundo”, aseguró, detallando que en 2023 destinó 3.500 millones de euros al país y más de 1.500 millones en 2024. Además, subrayó que LVMH cuenta con 40.000 empleados en Francia y es “una de las empresas que más contrata desde hace años”. Para el empresario, su grupo es una de las empresas “más patrióticas del CAC 40” (el principal índice bursátil de Francia que reúne a un total de cuarenta compañías cotizadas).