De la playa a la farmacia: Kream llega al millón de euros con solares jóvenes ‘made in Spain’
La empresa catalana nacida en 2020 consolida su crecimiento con un enfoque digital y presencia física selectiva. Vende en 2.500 farmacias, Amazon, perfumerías u hoteles y ya opera en mercados como Italia, Francia o Portugal.
Kream no nació en California, pero habla su mismo lenguaje visual. La empresa catalana es solar y provocadora. Especializada en el segmento nicho de los productos solares, la marca de aires mediterráneos ha conseguido superar el millón de euros de facturación en apenas cuatro veranos, moviéndose con agilidad entre laboratorios locales y redes sociales, extendiendo su dilatada red comercial a más de 2.500 farmacias en España. Su producto estrella, un acelerador del bronceado llamado Bloody Mary, se ha posicionado como el número uno en ventas en la plataforma Amazon dentro de su categoría, llegando a agotarse campaña tras campaña. Pero detrás del moreno saludable sobre el que se asienta el negocio hay una estrategia de marca que ha combinado expertise, estética y canales bien escogidos para crecer con personalidad en un sector “hipermaduro”.
La historia comenzó en 2020, cuando Borja Blasco, Jordi Martínez y Joan Faura detectaron un hueco en el mercado. La idea consistió en desarrollar un producto solar eficaz, con fórmulas bien respaldadas, pero que no se comunicase desde la rigidez de la cosmética tradicional. Los tres fundadores aportaron entonces perfiles complementarios, desde la experiencia en laboratorios cosméticos hasta el márketing y el desarrollo de negocio. Para liderar el proyecto, ficharon a Alex Rodés, profesional con trayectoria en ecommerce y start ups, que asumió la dirección del negocio antes incluso del lanzamiento del primer producto.
“El reto era hacer algo nuevo en una categoría que parecía tenerlo todo”, explica Rodés a Modaes. “Queríamos un producto que protegiera bien, que oliera increíble, que gustara llevar encima… y que, además, conectara con una estética más cercana a la moda que a la farmacia”, resume. En julio de 2021, Kream lanzó al mercado su primera colección. Desde entonces, la curva no ha dejado de ascender: 200.000 euros en ventas en 2022, 600.000 euros en 2023 y un millón en 2024, con cerca de 100.000 unidades vendidas.
La empresa opera con un equipo compacto desde Barcelona y produce de forma local en laboratorios especializados con décadas de experiencia. Todos sus productos son eco-friendly y cruelty free, con una apuesta firme por la cosmética solar como hábito diario. Su posicionamiento se sintetiza en una declaración de intenciones. “Llegamos para revolucionar el sector de los productos solares con una misión: desmitificar el ‘cuidarse la piel es aburrido’ para convertirlo en un momento de diversión, buen rollo y un morenazo sano”, explican desde la empresa.
Kream registra el 70% de sus ventas a través del canal online, impulsado por su presencia en Amazon
Hoy, el 70% de la facturación de Kream proviene del canal online, con fuerte peso de su tienda propia y presencia destacada en Amazon. El 30% restante procede de la venta física, principalmente en farmacias, donde han consolidado una red de más de 2.500 puntos en el mercado español. A ello se suma la entrada en perfumerías como Druni, la exploración del canal hospitality, con presencia en hoteles boutique y cadenas aún no desveladas; así como la participación en pop ups y mercados como Casa Seat en Barcelona o Santa Market en la Costa Brava.
“El canal farmacia nos permite estar donde el cliente confía, donde habla con un profesional de tú a tú”, apunta Rodés. La marca no descarta abrir retail propio en el futuro, pero por el momento prioriza la expansión en países afines como Italia, Francia o Portugal, mercados con cultura solar y alto potencial. “Nuestro objetivo es que el producto te guste tanto como para recomendarlo porque sabemos que, si lo pruebas, repites”, asegura.

El catálogo actual incluye ocho referencias de solares, con un rango de precios va de 13 a 28 euros, y la estrategia de desarrollo se basa en el crecimiento orgánico. Actualmente, la compañía está centrada en escalar el catálogo ya existente. “Preferimos lanzar menos, pero hacerlo bien; ya que hay productos con mucho recorrido todavía”, explica Rodés.
Desde su nacimiento, la compañía ha cerrado dos rondas de financiación: una inicial de 200.000 euros, friends & family, y otra en 2023, de 400.000 euros con business angels no vinculados al sector. Actualmente, Kream explora una tercera ronda para seguir impulsando su crecimiento, aunque aún no hay calendario cerrado. A pesar de que la empresa todavía no ha alcanzado beneficios, todos los canales son rentables. “Crecemos de forma controlada, invertimos en estructura y márketing, pero sin perder de vista la sostenibilidad financiera”, indica el consejero delegado.
La compañía ya ha llevado a cabo dos rondas de financiación para impulsar su crecimiento
Aunque el verano de 2025 arrancó con retraso por problemas de aprovisionamiento, ya ha marcado récords. “Junio ha sido el mejor mes de la historia de la marca, con un incremento del 70% respecto al mismo periodo del año anterior”, celebra el dirigente. El objetivo ahora es mantener la curva, aumentar la recurrencia y preparar la entrada en nuevos mercados con una estrategia digital y segmentada.
En el plano de la comunicación, Kream ha encontrado su lugar con una estética clara, directa y deseable. La marca no habla de SPF como escudo clínico, sino como parte de un estilo de vida mediterráneo y hedonista. Su discurso conecta con audiencias jóvenes y ha sido adoptado por influencers y celebridades como Laura Escanes, Lucía Pombo, Sara Baceiredo o Gemma Pinto, cuyas publicaciones han ayudado a multiplicar la notoriedad de la marca. “No pagamos grandes campañas, sino que hay contenido orgánico porque el producto gusta”, concluye Rodés.
En un mercado dominado por multinacionales, marcas con décadas de historia y campañas millonarias, Kream trata de demostrar que es posible hacer ruido desde Barcelona y con ADN mediterráneo, tratando de convertir el cuidado solar en un gesto de estilo.