Marta Riba (UPC): “En sostenibilidad hasta que no ves hacerlo al vecino, tu no te arriesgas”
Desde la producción a la venta, los ingenieros textiles se hacen un hueco dentro de las empresas de moda, que han empezado a solicitar perfiles más profesionales, y cada vez son más los centros que incluyen esta formación.


La coordinadora y profesora del programa de Máster universitario en Diseño y Tecnología Textiles de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) analiza el rol de los ingenieros textiles. Un perfil con una creciente demanda dentro de la industria, y que se alza como una de las claves para los requisitos sostenibles dentro de la industria, desde el diseño del producto hasta su venta. “Los ingenieros deberán ir de la mano del resto de la empresa, se tendrán que conocer el proceso textil donde esté trabajando de arriba abajo, desde la producción a la venta, así que su papel deberá estar ligado a todos los departamentos”, defiende la experta, profesora y la investigadora.
Pregunta: ¿Qué hace un ingeniero textil?
Respuesta: Es un trabajo más bien transversal. Primero te tiene que gustar el textil para entrar en este mundo, pero pueden hacerlo desde cualquier punto de vista. Un proceso textil empieza desde la producción de fibras y la obtención de estas, pasa por la etapa de creación de hilos, la hilatura, y a la tejeduría, para acabar en la tintura y los acabados y luego ya, en último lugar, la confección, distribución y venta. Y desde todos estos puntos de vista, un ingeniero de textil puede aportar su granito de arena, pero no sólo en el textil que conocemos como tradicional, el de la indumentaria, sino también de sectores que van transversales a él, como la medicina, con los trajes de los médicos o el material de las salas de operaciones, la aeronáutica, la mecánica, el sector automovilístico, etc. Es una de las ingenierías más transversales, porque cuenta con una parte química, pero también con una parte mecánica.
P.: ¿La moda es un sector sexy para los ingenieros?
R.: Muchísimo, porque al final la moda está regida por los diseñadores y las tendencias. Ellos son lo que idean un producto, que transforman en órdenes que son trabajadas por el resto de la industria hasta conseguir el producto final que tenían en su cabeza. Y es aquí, en este trabajo de transformar una idea en un producto final, en una cosa tangible, donde el ingeniero se la tiene que ingeniar, nunca mejor dicho, para encontrar la manera de desarrollarlo, o incluso de decir que algo técnicamente no es viable. Es eso, un término intermedio entre la idea y el producto final.
P.: ¿Para qué necesitan Zara, Mango o Desigual un ingeniero textil?
R.: Ahora mismo el sector textil se encuentra en una encrucijada marcada por una mayor preocupación por la sostenibilidad y unas legislaciones europeas en esta materia a la que las empresas se tienen que amoldar. Por un lado, están, por lo tanto, todas estas normativas, como por ejemplo el ecodiseño, que obligará a que los productos sean más durables, reutilizables o incluso reparables y reciclables, o la ley de residuos y suelos contaminados, que establece al productor como el máximo responsable de sus residuos. Y luego está la preocupación creciente del consumidor. Y todo eso hace que empresas como Zara o H&M tengan que implementar innovaciones en sus modelos, y nosotros precisamente estamos intentando eso, formar a profesionales que encuentren las respuestas y soluciones.
“Hay objetos durables en el tiempo, y eso puede llegar a leerse como un producto más sostenible”
P.: ¿Qué aporta la ingeniería y el diseño textil a un sector de la moda más sostenible?
R.: Principalmente en buscar alternativas más sostenibles, como por ejemplo tecnologías que permitan reducir el consumo de energía, o de recursos en general, como el agua. Crear prendas más personalizadas y que vayan a cada una de las personas y cubran todas sus necesidades para que, en lugar de tener cuarenta artículos diferentes, tengan uno que cubra todas. También apostar por el uso de productos que sean más sostenibles y eficientes o fomentar el upcycling. Desde un punto de vista más técnico, existe lo que se hace desde el punto de vista de la industria 4.0, y, a través de datos y la digitalización hacer pequeñas modificaciones en la cadena de producción para hacer todo que sea un poco más eficiente.
P.: Los artículos concebidos como de mejor calidad en la moda, como bolsos o zapatos de lujo, se fabrican a través de materiales tradicionalmente contaminantes. ¿Se puede combinar el diseño de moda con la tecnología y la sostenibilidad?
R.: Irá en función de la demanda y de la percepción del consumidor, pero pienso que sí, que hay muchas empresas que están apostando por el desarrollo de nuevas líneas y productos alternativos, como es el cuero vegano, que, aunque no deja de ser plástico, es más biodegradable. Son cosas que pueden ir de la mano. También podemos entender la sostenibilidad como durabilidad. Hoy en día una colección de bolsos es como una colección de joyas, son objetos durables en el tiempo, y eso puede llegar a leerse como un producto más sostenible que otro que una vez lo compras, se desgasta al poco tiempo.
Desde el ecodiseño a la reducción del uso de residuos, los ingenieros pueden incidir en todo el ciclo de vida de la moda
P.: ¿Qué sectores han introducido ya perfiles técnicos similares a los ingenieros textiles? ¿Qué puede aprender la moda de ellos?
R.: Hay sectores muy avanzados pero no somos conscientes de ello, porque no son cambios perceptibles por las personas, porque no somos el consumidor directo, sino que somos el tercer y último eslabón de la cadena. El sector de los envases, por ejemplo, es un sector que está llevando a cabo pasos agigantados para intentar crear menos residuos o utilizar materiales reciclables. Y de aquí el sector textil también ha implementado el uso de, por ejemplo, el poliéster reciclado. Lo vemos en muchas líneas, sobre todo deportivas y de casi lujo. Y son pasos que se están haciendo y de los que la moda va cogiendo conciencia porque ve que algo que se puede hacer. No podemos negar que a veces la industria es reticente porque hay que implementar nuevos parámetros y procesos productivos, y eso requiere dinero y tiempo. En sostenibilidad, hasta que no ves que el vecino lo hace, puede ser que no te arriesgues, por lo que si hay otros sectores afines que lo hagan, puede tener un efecto tracción.
P.: ¿Va por delante la oferta de ingenieros textiles a la demanda real dentro del sector?
R.: ¿Quiere decir si el sector aún no se ha dado cuenta? No, seguramente no. Por eso debemos adelantarnos un poco a los acontecimientos, porque, aunque sí que vemos que hay una cierta tendencia creciente, es muy importante formar ya a las personas para que luego puedan dar respuesta a todas estas soluciones. Entonces, quizás sí, porque aunque siempre ha habido necesidad de ingenieros textiles, ahora hay un repunte y hay una necesidad creciente de esta gente formada, y estamos intentando adelantarnos a eso.
P.: ¿Cómo se acabarán uniendo el mundo de la moda con la ingeniería textil?
R.: Es difícil de decir, pero sí es verdad que los ingenieros deberán ir de la mano del resto de la empresa; se tendrá que conocer el proceso textil donde esté trabajando de arriba abajo, desde la producción a la venta, así que su papel deberá estar ligado a todos los departamentos. Y en el corto plazo, como habrá una legislación aún más restrictiva en materia de sostenibilidad, tendrán un papel aún más fundamental, porque son los que conocen el proceso, la materia, cómo tratarla y todas las posibilidades de mejora que existen. Y como he comentado, no tiene por qué ser una empresa 100% textil, sino que también puede ser una química, técnica o de cualquier otro tipo.