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Levi Strauss: el bávaro que ideó el uniforme universal

Iria P. Gestal

30 jun 2015 - 04:53

Pequeñas o grandes innovaciones que han cambiado el devenir de la industria de la moda. Desde transformar una sencilla pieza de caucho en un marca a crear un complejo sistema logístico y de aprovisionamiento con la tienda en el centro. A lo largo de la historia, una serie de visionarios han impactado en la moda cambiado las reglas del juego: son los alquimistas de la moda. Los grandes almacenes, la moda rápida, el bajo coste o la lycra no existirían sin el genio de nombres como Aristide Boucicaut, Amancio Ortega, Arthur Ryan o Joseph Shivers. En esta tercera edición del Quién es Quién de Empresas de Moda en España, patrocinado por Aguirre Newman, Modaes.es realiza una selección de veinte de los empresarios y ejecutivos que más influencia han tenido en la industria de la moda internacional a lo largo de la historia reciente.

 

 

 

Levi's 

 

 

Cada año, se venden en todo el mundo más de mil millones de pares de pantalones vaqueros. El origen de la fiebre mundial por esta prenda, en principio reservada a los cowboys americanos, se remonta a 1853, cuando un empresario llamado Levi Strauss decidió apostar por una idea. Hoy, aquel filántropo y empresario da nombre al primer grupo del mundo de moda vaquera, con una cifra de negocio que en 2013 superó los 4.000 millones de dólares.

 

Levi Strauss, el fundador de la prenda más emblemática de Estados Unidos, nació en 1829 lejos del continente americano. Original de en Buttenheim, Bavaria, no fue hasta los diecisiete años cuando emigró a Nueva York, donde sus dos hermanos mayores regentaban un negocio de productos textiles. El joven Levi aprendió el negocio y pasó años trabajando en la empresa familiar, pero con la fiebre de oro en California decidió poner rumbo a la costa oeste para labrarse su propio futuro.

 

Pero Strauss cosecharía su fortuna lejos de las minas. En 1853 llegó a San Francisco, donde estableció una filial de la empresa que sus hermanos tenían en la costa este, pero con su propio nombre en el letrero. El negocio tuvo éxito, pero fue la carta de un cliente la que hizo que el nombre de Strauss pasase a engrosar la lista de los hombres que cambiaron la historia de la moda.

 

En 1872, Levi recibió la misiva de uno de sus clientes, un sastre de Nevada llamado Jacob Davis. Una mujer le había pedido a Davis que hiciera para su marido unos pantalones que no se deshicieran tras varias jornadas de trabajo. El sastre pensó entonces en poner remaches de cobre en las partes del pantalón que más sufrían el desgaste, como las esquinas de los bolsillos. Tras el éxito cosechado, Davis quería patentar la idea, pero necesitaba un socio con dinero. Se le ocurrió pedírselo a Strauss, a quien le había comprado los tejidos y que era un gran filántropo en la comunidad.

 

El bávaro creyó en el potencial de aquellos tejanos azules y el 20 de mayo de 1873 le fue concedida la patente número 139,121 de la oficina estadounidense de patentes a Jacob Davis y Levi Strauss & Co. Aunque tras la pérdida de los archivos de la firma tras el terremoto de San Francisco de 1906 es imposible saber por qué eligieron este número, al modelo con remaches se le asignó el número 501. El resto ya es historia.

 

Levi Strauss continuó implicado en el día a día de la empresa casi hasta su muerte, el 27 de septiembre de 1902. Para entonces había acumulado una fortuna valorada en seis millones de dólares. Sus sobrinos heredaron la fortuna y el negocio, que todavía sigue gestionado por descendientes de Strauss.

 

Hoy, el grupo Levi’s opera con las marcas Levi’s, Dockers y Signature by Levi Strauss, y mantiene su sede en San Francisco. Con más de 2.800 puntos de venta en cien países de todo el mundo, la compañía cerró el ejercicio 2014 con un beneficio de 104,3 millones de dólares (91,9 millones de euros). Sus ventas, todavía dominadas en por los tejanos azules de Levi’s, se situaron en  4.753 millones de dólares (4.189 millones de euros).