28 dic 2011
Una pasarela de moda no es sólo, ni predominantemente, una manifestación de la cultura de la moda de un país. Es sobre todo una herramienta de márketing por la que algunas empresas, grandes o pequeñas, muestran sus colecciones a unos públicos clave con objetivos diversos: elevar su notoriedad, dar a conocer sus colecciones a los distribuidores, seducir al gran público…
Las pasarelas deben regirse por estos intereses, tratando de conseguirlos con el mayor éxito posible por su propio bien como plataformas y por el bien de sus protagonistas: las marcas y los diseñadores que desfilan en ellas. Si se logra, este éxito beneficia a todo un sistema: ayuda a un sector a crear marca y ayuda a poner en valor la moda de una ciudad o incluso de un país.
Resulta equivocado pensar que se pueden obtener estos réditos sin seguir determinadas normas que marca el libre mercado. Es un error creer que se puede hacer marca país con una pasarela que no sea, primero de todo, un interesante negocio para las marcas que desfilan en ella. Un negocio, por cierto, como cualquier otro, con sus costes, sus riesgos y sus beneficios.
Por todo ello, la esponsorización privada de una pasarela como Cibeles Madrid Fashion Week, y más en los momentos que corren de ajustes en los presupuestos públicos, es una excelente noticia para la moda española. Un aplauso para los responsables de la pasarela en Ifema; y para Mercedes-Benz, que demuestra nuevamente su compromiso (seguro que provechoso) por la moda.

Modaes
Si Modaes es información rigurosa e independiente, On the record es opinión. Modaes expresa a través de este blog su posicionamiento sobre los asuntos más candentes del negocio de la moda y plantea debates sobre las polémicas que se declaran en el sector.
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