Textil Exchange suspende a Intertek para certificar el algodón orgánico en India
Gots también suspendió parcialmente a la certificadora, una de las mayores del mundo, por “serios lapsus” en sus sistemas internos. Ambas medidas añaden incertidumbre al contestado ecosistema mundial del algodón orgánico.
18 ago 2024 - 20:49
Más madera para la crisis de credibilidad del algodón orgánico. Textil Exchange ha suspendido a la acreditación a Intertek para certificar el algodón orgánico en India a través del estándar Organic Content Standard (OCS). La medida impulsada por la entidad se suma al movimiento similar realizado por Global Organic Textile Standard (Gots) a principios de este mes, al detectar “serios lapsus” en los sistemas internos de Intertek a la hora de aplicar las certificaciones, según ha avanzado Ecotextile.
Tal y como explica la propia Intertek, el sello OCS tiene como objetivo aumentar la producción de agricultura orgánica y ofrecer a la industria una herramienta para verificar el contenido de cultivo orgánico de los productos que compran. “Además, -prosigue Intertek-, sirve como medio para comunicar la reivindicación comercial de contenido procedente de cultivo orgánico y brinda a los agricultores de fibra orgánica un amplio acceso al mercado orgánico mundial para comercializar sus productos”.
Textil Exchange basa este estándar voluntario de los agricultores a que exista una certificación por parte de un tercero tanto en la materia prima como en la cadena de custodia. Bureau Veritas, SGS o Tuv Sud son algunos de los gigantes mundiales de la certificación autorizados por la entidad para acreditar el uso del estándar OCS.
Por su parte, Gots también establece los requisitos para la certificación por parte de terceros del procesamiento y fabricación de textiles orgánicos en la cadena de suministro. Gots nació en 2002 impulsada por la International Association Natural Textile Industry (IVN), la Organización de Algodón Orgánico de Japón (Joca), la Asociación de Comercio Orgánico (OTA) y la Soil Association (SA) con el objetivo de armonizar los estándares de algodón orgánico.
Bureau Veritas, SGS o Tuv Sud son algunos de los gigantes de la certificación que acreditan la aplicación de los estándares de Textil Exchange
Por su parte, Textil Exchange nació también en 2022, inicialmente bajo la denominación Organic Exchange, para promover el uso de algodón orgánico, aunque desde entonces ha diversificado para incluir una cartera más amplia de las denominadas fibras preferenciales. La entidad cuenta con más de 800 marcas asociadas, así como fabricantes, granjeros y otras entidades.
Intertek, por su parte, es uno de los gigantes mundiales de la certificación. Con sede en Reino Unido, y más de 130 años de trayectoria, suma actualmente más de 40.000 trabajadores y un millar de sedes en más de cien países. En España, la compañía cuenta con oficinas centrales en Bilbao, Madrid y Barcelona y laboratorios y delegaciones en otra decena de localidades.
Crisis del algodón orgánico
La decisión de entidades como Textil Exchange de endurecer sus criterios y eliminar las autorizaciones a algunas certificadoras privadas añade más incertidumbre en el ámbito del algodón orgánico, que ha sufrido varias disrupciones en los últimos meses.
En abril, Inditex remitió una carta a al consejero delegado de Better Cotton, Alan McClay, reclamando a la entidad un plan para “dotar de la máxima visibilidad al conjunto de la industria sobre las prácticas certificadas y avanzar de manera decidida en materia de trazabilidad”.
La reclamación de Inditex, que se produjo en relación a un informe elaborado por la ONG Earthsight que denuncia prácticas ilegales por parte de dos productores brasileños de algodón con estándar Better Cotton en fincas ubicadas en el Estado de Bahía de Brasil, podría llegar a tener consecuencias en el uso de este certificado por parte de Inditex.
No es la primera vez que un estándar de la industria de la moda tiene problemas: en 2021, la Sustainable Apparel Coalition (SAC) puso en pausa el índice Higg a escala internacional después de que las autoridades de consumo de Noruega y Países Bajos denunciasen un uso “falso y engañoso y, por lo tanto, ilegal” del índice en campañas de márketing. El impacto fue tal que la SAC, una de las entidades más reconocidas en el ámbito de sostenibilidad en moda, debió cambiar su nombre a Cascale.