Better Cotton revisa sus criterios de certificación ante el cerco al ‘greenwashing’

Better Cotton sube sus estándares. La organización ha revistado sus principios y criterios que los agricultores tienen que cumplir para poder certificar su algodón. Los principios revisados abarcan la gestión, los recursos naturales la protección de los cultivos de la fibra, el trabajo digno y los medios de subsistencia de los pequeños agricultores.

“Con un enfoque orientado a la práctica, nuestra norma refuerza los requisitos tanto en temas medioambientales como sociales, e incluso va más allá para abarcar por primera vez los medios de subsistencia de los agricultores”, apunta el consejero delegado de Better Cotton, Alan McClay.

La organización finalizó su última revisión de dieciocho meses en febrero para ceñir sus estándares a la renovación de los principios de Iseal, una organización que certifica a otras asociaciones como Better Cotton, Fair Trade International, Forest Stewardship Council, Sustainable Fibre Alliance o Textile Exchange, entre otras. Iseal ha publicado su nuevo código de buenas prácticas, que entrará en vigor para la concesión de licencias a partir de la temporada 2024-2025.  

Better Cotton se ha ceñido a los nuevos códigos de Iseal, que entrarán en vigor en 2024

Better Cotton apunta que la revisión de sus principios “garantizará el uso responsable, la conservación y la mejora de los recursos naturales mediante la defensa de prácticas agrícolas regenerativas, métodos de protección de cultivos más sostenibles y un uso eficaz del agua”.

Desde el punto de vista social, la normativa revisada hará más hincapié en promover el bienestar en las comunidades agrícolas, requisitos más sólidos para asegurar trabajo decente y la igualdad de géneros. Además, añade un nuevo principio: medios de subsistencia de los pequeños agricultores.

El documento también incorpora una nueva subsección sobre el cambio climático para orientar a los agricultores sobre la mejor manera de adaptarse a los retos del campo y destacar las mejores medidas disponibles específicas para cada región.

La modificación de los estándares de Better Cotton llega después de una ofensiva al greenwashing el pasado año. En junio, la Agencia del Consumo en Noruega declaró que el uso del sello del Índice Higg por la compañía de moda Norrøna para sus campañas de márketing era “falso y engañoso” y se suspendió el programa a escala internacional. Meses atrás, a las autoridades ya habían planteado sus preocupaciones sobre el sello a compañías como H&M.

Bruselas también está estrechando el cerco a estas prácticas y el pasado marzo presentó la proposición de un criterio común contra el ecoblanqueo. El decreto recoge medidas como la prohibición de nuevas etiquetas de sostenibilidad o la obligación de realizar análisis independientes y científicos para probar afirmaciones medioambientales. La directiva todavía tiene que ser aprobada por el Parlamento y el Consejo de la Unión Europea (UE).