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Nextil se vuelca en EEUU y más compras en Portugal para superar los 100 millones en dos años

El que fue uno de los principales grupos industriales de España ha puesto en marcha un plan por el que prevé superar los cien millones de euros de facturación en 2026 gracias al impulso de la producción en Guatemala y Portugal.

Nextil se vuelca en EEUU y más compras en Portugal para superar los 100 millones en dos años
Nextil se vuelca en EEUU y más compras en Portugal para superar los 100 millones en dos años
César Revenga es actualmente el primer ejecutivo de Nextil.

Celia Oliveras

Nextil, a por la barrera de los cien millones. El histórico grupo español Nueva Expresión Textil (Nextil), que llegó a ser una de las grandes compañías industriales del país, todavía con el nombre de Dogi, se ha marcado el objetivo de cerrar 2026 con, al menos, una cifra de negocio que supere los 100 millones de euros. Sin estructura industrial en España, plantas de producción en Guatemala para abastecer a Estados Unidos y una creciente actividad en Portugal que acelera a través de adquisiciones, la empresa dedicada a la producción de tejido elástico y confección da la vuelta a su negocio tras años de pérdidas.

 

Tras años de pérdidas, la compañía colocó en 2023 a un nuevo capitán, César Revenga, como la nueva persona designada para darle la vuelta al negocio. “El negocio de la antigua Dogi (el nombre con el que operó el gigante hasta principios de la década de 2010) es el que se lleva ahora en Guatemala, mientras que en Portugal nos hemos especializado en la confección para clientes de lujo”, explica el directivo a Modaes.

 

Según los planes de la empresa, la fábrica de Guatemala, que se puso en marcha apenas a cierre de 2024, alcanzará una facturación de 75 millones de euros en dos años, mientras que en el país luso, Nextil prevé llegar a los 30 millones de manera orgánica, y hasta los 50 millones con la adquisición e integración de otras empresas de la zona.

 

 

 

 

El directivo llegó a la compañía a finales de 2023 procedente de la compañía tecnológica Ezentis, y se ha embarcado en la dirección de su tercera empresa cotizada. Cuando Revenga llegó a Nextil, el gigante acumulaba una facturación de 38,9 millones de euros y unos números rojos de nueve millones de euros. En el primer año del directivo, la empresa ya ha pasado a revertir las pérdidas, y a anotar un beneficio de tres millones de euros a cierre de 2024, con ventas de otros 24 millones.

 

En este tiempo, Revenga ha puesto en marcha un plan de, primero, reorganización y reducción de costes, y después, impulso, que debe llevar a la compañía a cerrar 2026 con una facturación de más de cien millones. Para este 2025, además, el grupo prevé cerrar el ejercicio con ventas de más de 60 millones de euros, y un resultado bruto de explotación (ebitda) de diez millones.

 

 “Cuando llegué a Nextil, el problema financiero era evidente, pero lo importante para mí era saber si era sólo eso, una cuestión financiera”, relata el ejecutivo, a Modaes. La deuda de la empresa, que a cierre de 2023 alcanzaba 60 millones de euros, se redujo ya a la mitad, en 29 millones de euros, a finales del año pasado. Para este ejercicio, a fecha de junio, el pasivo de Nextil ya se sitúa por debajo de los 20 millones de euros.

 

 

 

 

“Empezamos a implementar una estrategia de sentido común: no gastar más de lo que teníamos, dejar de lado aquellos negocios que no funcionaran, potenciar aquellos que sí lo hicieran y captar dinero para nuevas inversiones”, continúa Revenga.

 

El primer paso, por lo tanto, fue deshacerse del negocio industrial residual que todavía operaba en España, y que arrastraba unas pérdidas anuales de tres millones de euros, cerrando sus filiales en el territorio. En paralelo, además, la empresa también recortó sus gastos en estructura corporativa hasta los 1,3 millones de euros actualmente y frente a los 4,4 millones que suponían a cierre de 2023.

 

Más adelante, el grupo cerró la fábrica que operaba en Estados Unidos, que generaba un pasivo de entre uno y dos millones de euros al año, y la trasladó a Guatemala, con un coste de producción seis veces más barato. Ahora, Nextil también está a punto de cerrar la compra en los próximos meses de una empresa portuguesa, que le ayude a impulsar su línea de negocio en Europa.

 

En paralelo a la reorganización, Revenga también ha facilitado la inyección de capital en Nextil, primero, para sanear el pasivo del grupo, y después, para invertir en el crecimiento del negocio. En 2024, la empresa llevó a cabo una primera ampliación de capital tras la llegada del nuevo consejero delegado, valorada en 20,7 millones de euros.

 

 

 

 

De estos, 12,2 millones correspondientes a conversión de deuda con su principal accionista, Business Gate, y otros ocho millones de “dinero nuevo” procedentes de otros inversores. Hace unos días, además, la compañía finalizó una emisión de bonos convertibles valorada en ocho millones de euros.

 

Junto a Revenga, Nextil (que en todo el mundo emplea a unos 370 trabajadores de forma directa), también ha incorporado a Jairo Valenciano como director financiero y Arturo Llarena, proveniente de la siderúrgica Duro Felguera, como director de operaciones.

 

“En una estructura del tamaño de Nextil, consideramos que no hacían falta perfiles especializados en moda, sino expertos industriales”, valora el ejecutivo. Las filiales de cada país, sin embargo, sí que cuentan con un director general del sector.

 

 

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Guatemala, un pasado en un nuevo lugar

En el país centroamericano, la empresa puso en funcionamiento en octubre del año pasado una fábrica con una capacidad de facturación inicial de 35 millones de euros. “Cerramos la fábrica estadounidense en 2023, y trasladamos a los clientes a Guatemala, el país en el que, si eres una compañía estadounidense, te sale más a cuenta producir hoy en día”.

 

Además de la reducción de costes en mano de obra, el país centroamericano está incluido en el tratado Cafta, por el que el comercio con Estados Unidos se beneficia de exenciones fiscales y aranceles prácticamente nulos. “Tras el Liberation Day, se confirmó que nuestra estrategia de nearshorig había sido la más adecuada”, recuerda Revenga.

 

En esta planta, que opera bajo la sociedad Nextil Elastic Fabrics, la compañía lleva a cabo la producción de tejido elástico, el negocio tradicional del Nextil. Los planes del grupo, sin embargo, pasan por aumentar la capacidad de facturación de la fábrica hasta 75 millones de euros para 2026.

 

 

 

 

Para ello, Nextil negoció la venta de un 25% de la propiedad de la empresa a un socio local, en una operación valorada en 7,5 millones de dólares. Esto, unido a una inyección de otros 2,5 millones provenientes de la empresa matriz, suman una inversión de 10 millones para elevar la capacidad del negocio. 

 

“Nuestro principal competidor no está en Europa o Estados Unidos, sino en Asia -explica el directivo- allí, los costes de producción son más baratos, pero el incremento de aranceles a China, junto con una cadena de suministro más alejada y expuesta a riesgos externos, convierten a Guatemala en un país cada vez más atractivo para los clientes estadounidenses”. “Un desplazamiento del mercado estadounidense al país, por muy pequeño que sea, ya es mucho, estamos hablando del mayor mercado del mundo”.

 

 

Portugal, la cuna del lujo

La otra línea de negocio de Nextil se concentra actualmente en Portugal. Allí, bajo la sociedad Sici93, el grupo opera una red de cinco plantas de confección, que proveen al sector europeo del lujo. El negocio luso de la compañía, relata el directivo, era el único que era rentable cuando llegó a la compañía, pero los beneficios se diluían en el resto de las actividades más deficitarias. “Cuando llegué, la matriz le debía a la empresa de Portugal hasta 20 millones de euros”, relata Ravenga.

 

Para impulsar el negocio en el territorio, admite el directivo, es más complejo que en Guatemala. “La manera de consolidar el negocio pasa por ganar clientes, pero las empresas del sector del lujo no cambian de proveedores por un margen de coste arriba o por debajo de un 2%”, explica.

 

En este contexto, la compañía ha puesto en marcha un plan para comprar empresas competidoras, y ampliar así, su base de clientes. La primera adquisición ya está en marcha, y Ravenga prevé que se cierre en los próximos tres o cuatro meses, lo que impulsará la cifra de negocio de Nextil en Portugal.

 

Si el grupo facturaba alrededor de 21 millones de euros en el país en 2024, la cifra superará ya los 25 millones a cierre de este año. Para 2026, además, los planes de la empresa pasan por un crecimiento orgánico que situé la facturación entre 28 y 30 millones de euros, y, hasta 50 millones de euros gracias también al crecimiento inorgánico.

 

 

Un nuevo proyecto sostenible

La última apuesta de Nextil pasa por el nicho sostenible, en concreto, con la comercialización de Greendyes, un tinte sostenible natural. Aunque esta línea de negocio todavía no se incluye en los planes de crecimiento de la empresa para 2026, Revenga espera que este negocio se consolide en los próximos años, como una primera apuesta de la compañía en el segmento sostenible.

 

Para ello, el grupo se ha aliado con un socio estadounidense, Jaime Muriel, al que ayudará en el lanzamiento de una nueva marca: Goji. Junto al empresario, con el que la compañía española ya trabaja como proveedor de tejido técnico sanitario, Nextil llevará a cabo la producción completa del catálogo. “Este acuerdo nos permitirá poner en marcha todo el proceso vertical completo de Nextil”, explica el directivo.

 

Para confeccionar las prendas, además, el grupo utilizará Greendyes, que ha desarrollado en un laboratorio ubicado en Madrid. La marca, nace inicialmente dirigida para vestir a los jugadores de pickleball, un deporte popular en el país norteamericano, con el objetivo de acabar por expandirse a la masa. “De una manera similar a lo que ha ocurrido con Lululemon o Alo Yoga”, explica Revenga.