Entorno

El algodón no engaña: las materias primas de la sostenibilidad

El avance de la sostenibilidad ha devuelto el foco de la moda a las materias primas, convirtiendo a los proveedores en protagonistas de la transformación.

C. Juárez

28 jun 2021 - 04:43

El algodón no engaña: las materias primas de la sostenibilidad

 

Pocos asuntos en el negocio de la moda han despertado un mayor consenso que la sostenibilidad. En los últimos años, grandes y pequeños, lujo y gran distribución, han incluido en sus discursos públicos expresiones como minimizar el impacto o avanzar en circularidad y han puesto nombre y apellidos a las materias primas y sus proveedores.

Pero, ¿cómo se define la sostenibilidad? ¿En qué fase está la moda en esta transformación? ¿Cuáles son los impulsores y los frenos para encarar el cambio? En este Insight Sostenibilidad: claves de la gran transformación, patrocinado por Ecolife by Belda Lloréns, repasamos todas las claves del gran fenómeno de la moda.


 

 

 

Cuando la moda alejó el foco del producto y lo puso en la distribución, palabras como algodón pima, lana merino o cashmere perdieron valor. En el reino de las camisetas a menos de diez euros, la materia prima salió completamente del foco. Ahora, la sostenibilidad las ha devuelto a primera fila.

 

El uso de materias primas más sostenibles es el punto de partida para muchas marcas que emprenden la transición hacia un modelo de menor impacto. A la vez, en los materiales está también la última frontera de la sostenibilidad, la circularidad, el paso más complejo pero también más estratégico en esta transformación.

 

Con el regreso de las materias primas a un papel protagonista en la industria de la moda, también asumen ese papel sus productores. Si en el pasado industriales como Swarovski o Gore-Tex se convirtieron en marcas ingredientes con la promesa de una mayor calidad o aspiracionalidad, ahora los productores de hilo reciclado o de menor impacto medioambiental se han convertido en garantía de sostenibilidad.

 

Si antes era difícil que un gigante de la gran distribución tuviera contacto con la fábrica de hilatura o de tejeduría, ahora son ellos los que llaman directamente para incluir su etiqueta en las prendas. Pero, ¿cuáles son y en qué se diferencian las materias primas sostenibles?

 

 

 

 

Aunque el poliéster es la materia prima más utilizada de la moda, los esfuerzos en materia de sostenibilidad se han centrado en el algodón, que representa un 23% de la producción mundial de fibras .

 

De todo el algodón que se produce, el 25% es ya lo que la organización Textile Exchange define como “preferente”, es decir, más sostenible que el tradicional. Dentro de esta clasificación se incluyen doce certificaciones.

 

El primero en volumen, con 2,9 millones de toneladas al año, es el estándar Better Cotton Initiative, una entidad dedicada a la promoción de cultivos sostenibles de algodón en entornos socialmente responsables, más respetuosos con el medio ambiente y económicamente sostenible.

 

Por cada kilo de fibra de algodón vendido por los desmotadores que participan en el programa, los miembros de BCI (que van desde hiladores a comerciantes) obtienen una Unidad Atribuida de algodón Better Cotton (Bccu). Después del desmote, BCI utiliza un sistema de balance de masa para validar la cadena de custodia en el que los proveedores sólo deben registrar el volumen de sus compras y ventas en relación al algodón Better Cotton, pero no tienen que segregarlo físicamente.

 

 

 

 

La segunda categoría más común dentro del algodón “más sostenible” es el certificado por la Asociación Brasileña de Productores de Algodón (Abrapa), quien también trabaja estrechamente con BCI para reducir el impacto del algodón cultivado en el país.

 

El bronce, aunque a mucha distancia en volumen, con 588.000 toneladas al año, es Cotton made in Africa (CmiA) la certificación de referencia para el algodón procedente del continente africano.

 

La opción más sostenible, el algodón reciclado, es por ahora minoritaria. Según la Ellen MacArthur Foundation, sólo el 1% de toda la ropa se recicla en nuevas prendas. En el caso del algodón, el reciclaje puede realizarse con procesos mecánicos o químicos pero, igual que ocurre con el poliéster, la principal dificultad reside en separarlo cuando se encuentra mezclado con otras materias primas.

 

 

 

 

Poliéster, el reino del plástico PET

 

El poliéster es la materia prima reina en la moda, con una cuota de más del 50%, pero su origen, el petróleo, ha hecho que sea el algodón la que concentre el grueso de los esfuerzos en sostenibilidad.

 

La tipología más común de poliéster sostenible es el reciclado, principalmente el realizado a partir de plástico PET, que en 2019 representó ya un 14% de la producción mundial, según datos de Textile Exchange. En 2008, apenas suponía un 8%

 

La otra alternativa, todavía minoritaria, es el poliéster de base biológica. “Tiene el potencial para reducir las emisiones de efecto invernadero pero el aprovisionamiento y la gestión tienen que ser responsables para aprovechar todo su potencial”, subraya Textile Exchange.

 

El pasado febrero, Textile Exchange y el Fashion Industry Charter for Climate Action de las Naciones Unidas se aliaron para lanzar una nueva iniciativa para impulsar el uso de poliéster reciclado. El objetivo es que el uso de esta materia prima en la industria de la moda pase del 14% actual al 45% en 2025, lo que agrandaría todavía más su distancia con el algodón orgánico.

 

 

 

 

 

El tercer grupo de materias primas más usadas son las celulósicas. Sólo el 1% de la producción mundial es reciclada pero entre el 40% y el 50% está certificada por el Consejo de Administración Forestal (FSC, en sus siglas en inglés)  o por la Asociación para la Certificación Forestal (Pefc).

 

Completan la lista de materias primas más empleadas la lana, aunque su peso no llega al 1%. Dentro de la lana virgen de oveja, en torno a un 3% es considerada “preferente” por Textile Exchange. En esta categoría se incluye la lana orgánica, la certificada con el Responsible Wool Standard y la lana ética ZQ de Nueva Zelanda.