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¿Y tras la pandemia, qué?: Los nuevos retos del retail en la era post-Covid

Diferenciarse en el entorno digital, optimizar la cadena de suministro, adaptarse y dar respuesta a las preocupaciones de los consumidores o explorar nuevos modelos de negocio y alianzas serán algunas de las claves para enfrentar este 2021.

Laura Juanes

22 ene 2021 - 04:54

¿Y tras la pandemia, qué?: Los nuevos retos del retail en la era post-Covid

 

 

Pasado el año más negro del milenio, 2021 se presenta como un reto para los retailers. El estallido de la pandemia en China, que luego se cernió sobre Occidente, puso en jaque varios sectores, siendo el de la moda uno de los más afectados. Ahora, un año después, las compañías del sector deberán enfrentarse a las nuevas demandas del mercado, según se desprende del informe The new rules of retail elaborado por Deloitte.

 

La inversión en digitalización, la fusión de la gestión de las supply chain, el inventario de stock y la experiencia de usuario; así como un cambio continuo en el comportamiento de los consumidores y la necesidad de mejorar la rentabilidad serán los focos prioritarios en los que los retailers deberán concentrar sus esfuerzos.

 

Pese a que en el tercer trimestre del año las ventas en países como Estados Unidos registraron un repunte, después de un primer semestre marcado por una caída del consumo, varios ejecutivos encuestados por Deloitte coinciden en que la recuperación económica tardará en llegar. Las elevadas cifras de desempleo, junto con la saturación del sector de la moda, presentan un escenario desafiante para los retailers, que vienen sufriendo los efectos de la pandemia desde hace ya un año.

 

 

 

 

Si algún canal se vio reforzado por la crisis del coronavirus, este fue el online. El ecommerce se ha erigido, en los últimos meses, como el rey, en detrimento de las tiendas físicas, que han tenido que cerrar en múltiples ocasiones en varios países para contener las distintas olas de la pandemia. Pero, pese a que gran parte de los operadores de moda (con notables excepciones, como Primark, que sigue negándose a entrar en el comercio electrónico) se apresuraron a dar el salto o mejorar sus servicios en la Red, todavía queda mucho camino por recorrer.

 

“Aunque estar presente en formato digital puede ayudar a los retailers a cumplir con las expectativas mínimas de los consumidores, los operadores deberían diferenciarse”, aseguran desde Deloitte.

 

La consultora sugiere explorar nuevos modelos de ingresos, como las suscripciones o membresías, así como la creación de nuevas alianzas entre operadores, para “crear una experiencia omnicanal digital y rentable”.

 

Buscar nuevas formas para conectar con el público digital, anticiparse a la demanda de los consumidores, mejorar las políticas de seguridad y privacidad en las plataformas de ecommerce e invertir en equipos para el canal online son algunas de las principales gestiones que los retailers deberán abordar en los meses y años venideros.

 

 

 

 

La optimización y mejora de las cadenas de suministro es imprescindible para dar una rápida respuesta a la demanda y adaptarse a posibles cambios en el mercado. Será importante, según el informe, mejorar la gestión de los envíos y de la logística, aunque hay cuatro áreas principales en las que los operadores deberán centrar sus esfuerzos.

 

Los consumidores demandan, cada vez más, la posibilidad de recibir paquetes a distancia ante el temor de contagio. Por ello, los retailers deberán gestionar herramientas y opciones para adaptar su logística a las preferencias del cliente. Lo mismo pasa a la inversa: deberán invertir en mecanismos de recogida o devoluciones que satisfagan a los consumidores, como la retirada de paquetes en el porche o en la acera, por ejemplo.

 

La transparencia también es un factor en el que las compañías deberán invertir sus recursos, combinando, por ejemplo, los sistemas de inventario digital y en tienda e integrando la cadena de valor de principio a fin.

 

Asimismo, la implementación de tecnología de inteligencia artificial también será un punto clave para hacer más eficiente la supply chain, ofreciendo a los clientes más personalización y customización de los artículos recomendados, que más tarde pueden convertirse en ventas. Por último, medir la resiliencia en la cadena de abastecimiento será de gran importancia para que los operadores puedan hacer frente a futuras disrupciones.

 

 

 

 

En los últimos meses, la confianza de los consumidores se ha desplomado a raíz de la pandemia. El temor a realizar actividades en las que no se cumpla la distancia social ha hecho que los clientes hayan dejado cada vez más de lado las tiendas físicas. “Esto indica que existe una oportunidad para que los retailers utilicen sus inversiones en salud y seguridad para generar confianza con el consumidor”, señala el documento de Deloitte.

 

Es fundamental que los operadores vayan más allá de las medidas sanitarias estándar para que sus consumidores y empleados se sientan seguros en el espacio físico”, continúa el informe. Así, los retailers deberán invertir, por ejemplo, en habilitar espacios para la recogida de pedidos realizados online para evitar las aglomeraciones de clientes en un mismo espacio. Será igual de importante adoptar estrategias comunicativas en las que “se envíe el mensaje a los consumidores de que su seguridad sigue siendo una prioridad absoluta”.

 

Las opciones de compra y entrega sin contacto, así como escaparates externos, showrooms virtuales en 3D o la implementación de cajas de autocobro también serán factores decisivos para diferenciarse de la competencia a largo plazo.

 

 

 

 

El Covid-19 ha remodelado el negocio de muchos operadores de moda, y desde Deloitte señalan que esto se puede convertir “en una oportunidad única para reequilibrar la estructura de costes”, un requisito fundamental para los retailers que se han visto impactados por las restricciones y el cierre de tiendas.

 

Para adaptarse al contexto del nuevo mercado tras la pandemia, uno de los principales ejes para los retailers será explorar nuevas opciones para involucrar a los clientes en las compras, así como el desarrollo de nuevas alianzas entre operadores, entre otras acciones.  

 

Con todo, cada vez queda más claro que el mercado ha cambiado, y los operadores deberán adaptarse al mismo para poder sobrevivir. “El viejo libro de jugadas y reglas ya no sirve”, señala el informe. Los retailers deberán optimizar sus estructuras y acciones para diferenciarse del resto y ganarse su porción del pastel. El lema “reinventarse o morir” nunca había definido mejor las exigencias del sector.