‘Adiós querido planeta’: Circoolar baja la persiana de su producción de uniformes sostenibles
Dos rondas de financiación y una expansión internacional después, la start up barcelonesa, especializada en el diseño y la producción de uniformes reciclados, ha anunciado su cierre después de cinco años en funcionamiento.
11 sep 2024 - 05:00
Circoolar echa el cierre en pleno auge de la sostenibilidad. La start up barcelonesa especializada en el diseño y la producción de uniformes fabricados con material reciclado no ha conseguido subirse a la ola de sostenibilidad que se está expandiendo en el sector de la moda. A través de un mail con el asunto “Adiós querido planeta”, la empresa ha anunciado su cierre tras más de cinco años en funcionamiento.
La compañía catalana nació en noviembre de 2019 gracias a una inversión de apenas 30.000 euros de sus dos fundadores, Luis Ribó y Celina Tamagnini. En 2020, con un año de funcionamiento a sus espaldas y el estallido de la pandemia de por medio, la empresa cerró el ejercicio con una facturación de 156.000 euros y 22 clientes.
Fue la crisis sanitaria la que obligó a Circoolar a reinventarse, que empezó a producir también mascarillas con un tejido similar al de sus uniformes originales. A mediados de 2021, la compañía cerró una primera ronda de financiación, con la que captó 200.000 euros, divididos a partes iguales entre inversores privados y Enisa.
Con ya una treintena de clientes en su cartera, entre ellos algunos como Pepsico, Uriach o Isdin, Circoolar alcanzó una facturación de 250.000 euros en 2022 y reunió a un equipo de cinco personas.
Circoolar llegó a facturar 250.000 euros en 2022 y aterrizó en Holanda ese mismo año
“Hemos conseguido liderar la transformación sostenible del sector textil corporativo. Hemos sido cabeza de pelotón, pioneros y kamikazes”, asegura la carta enviada por la empresa.
La sostenibilidad no ha sido suficiente para aguantar el modelo de negocio de la compañía, a demanda y con talleres que empleaban mayoritariamente a trabajadores en riesgo de exclusión social. La producción a mayor escala, sin embargo, se llevaba a cabo en Portugal y Marruecos.
Países Bajos fue el otro único país al que llegaron los uniformes sostenibles de Circoolar. Sus fundadores utilizaron parte de los fondos captados para expandirse en el país, un mercado “más maduro” en el segmento de la ropa laboral ética. “En Holanda hay más de cincuenta empresas que ofrecen un producto similar”, mientras que, en España, “la propuesta es diferencial, única e innovadora”, afirmó Ribó a Modaes.
A pesar de este inicio estelar, la compañía ha paralizado definitivamente su producción. “Hemos logrado concienciar a la industria en la necesidad de cuidarte, de hacer las cosas de forma diferente, mostrando y marcando el camino al resto de compañías (otros dirían competencia) hacia la sostenibilidad en el sector”, asegura la carta.