Flying shopping
5 oct 2015
La evolución del transporte aéreo tiene una alta sensibilidad respecto al crecimiento económico, de tal manera que los incrementos de renta generan una progresión mayor en los viajes en avión. Así, en la última década, los usuarios de las aerolíneas han crecido un 5% anual, el doble que el PIB mundial. Esta relación con la renta explica entre el 60% y el 80% del crecimiento del transporte aéreo, el resto es el resultado de las mejoras en el servicio, redes más extensas, nuevas conexiones, aumento de frecuencias, etc. En este entorno los precios juegan un importante papel impulsor ya que no se explicaría el actual auge aéreo sin la baja de los precios de los viajes, que han retrocedido entre un 30% y un 40% respecto a la inflación general en los últimos veinte años.
Esta elevada relación con la renta hace que los países más ricos (Estados Unidos, la UE, Japón, Australia, etc.) concentren el 63% del tráfico aéreo mundial, aunque se han de considerar otros factores como el peso del turismo en Europa y América o el papel de las relaciones comerciales internacionales en estos continentes. Sin embargo, la actual expansión se ha centrado básicamente en las economías emergentes, destacando Asia, el Medio Oriente y Latinoamérica entre las zonas más dinámicas, tendencia que se mantendrá en los próximos años debido al mayor crecimiento de estas economías.
Esta explosión del transporte aéreo ha implicado la creación de nuevos aeropuertos y la ampliación de los ya existentes. Si en los siglos XIX y XX las ciudades pugnaban por tener importantes estaciones de ferrocarril que se convirtieron en iconos arquitectónicos, en el siglo actual son las terminales aeroportuarias las que han asumido este protagonismo y son verdaderos ejemplos de la capacidad económica y tecnológica de un país.
Los aeropuertos generan un importante movimiento de personas muy parecido a los flujos que se dan en las ciudades ya que los aeropuertos vienen a ser como una ciudad en pequeño, con los lógicos problemas de suministro, movilidad y servicios.
En la actualidad, hay 19 aeropuertos con un movimiento superior a los 50 millones de viajeros al año. Estos aeropuertos se hallan distribuidos seis en Estados Unidos, cuatro en la UE y en China, tres en el resto de Asia, y dos en el Próximo Oriente. Además de los aeropuertos de los grandes países han aparecido nuevos protagonistas como los de China, con un gran mercado de vuelos interiores, Dubai, que lidera el tráfico internacional o Estambul, el de mayor crecimiento en 2014. En España, Madrid totalizará 46 millones y Barcelona cerca de 40 en el año actual.
Esta enorme concentración de viajeros ha atraído el interés de las firmas de moda y de lujo que ven como el tráfico de personas en las terminales supera al que se da en algunas calles comerciales de las ciudades. Las tiendas en los aeropuertos pugnan por atraer al viajero de negocios, al turista y a clientes ocasionales y lograr que compren, aunque estas tiendas se han convertido también en un gran escaparate de las últimas novedades y de difusión de la imagen de las marcas.
Además de las tiendas una buena parte del éxito del travel retail reside en la calidad de la infraestructura comercial de los aeropuertos. La mayoría han sido diseñados para facilitar las operaciones aéreas y el movimiento de los pasajeros, mientras que la parte lúdica y comercial tiene un papel complementario. Esperemos que los diseños de los nuevos aeropuertos incorporen la idea que, además de los aviones, los pasajeros valoran un entorno atractivo, de fácil visita, con ofertas variadas en el que poder pasar las lógicas esperas de manera agradable. En este ambiente, similar al de un centro comercial, es más fácil vender moda.
Víctor Fabregat
Víctor Fabregat capitaneó durante veinticinco años el Centro de Información Textil y de la Confección (Cityc), organismo sin ánimo de lucro creado por el Consejo Intertextil Español (CIE) y que cuenta con el apoyo de la mayoría de asociaciones textiles. Su objetivo es facilitar a las empresas información necesaria para la toma de sus decisiones estratégicas. Esta larga trayectoria profesional en el seguimiento y el estudio de todos los aspectos de la industria textil hicieron de Fabregat, fallecido en 2020, uno de los mayores expertos en el negocio de la moda de España.
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