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La espera que amenaza el Black Friday: el colapso de los puertos pone en jaque el ‘just in time’

La disrupción de la cadena logística ha golpeado con fuerza la capacidad de los puertos en todo el mundo y los barcos hacen cola frente las costas de Los Ángeles, Hamburgo o Ningbó (China) para dejar la mercancía.

Marta Tamayo

2 nov 2021 - 04:34

La espera que amenaza el ‘Black Friday’: el colapso de los puertos pone en jaque el ‘just in time’

 

 

Horas muertas frente al puerto de Los Ángeles. A los grandes buques mercantes de las navieras no les queda más remedio que esperar en colas que pueden durar días frente a los principales puertos de mercancías del mundo. Las instalaciones de la costa oeste de Estados Unidos son los que más tiempo hacen esperar a los buques mercantes, bloqueando hasta una semana el uso de contenedores y embarcaciones. El reloj corre en contra de los grandes retailers que ven como los costes se separan ante una cadena de suministro tensionada y basada en el proceso del just in time. A la vuelta de la esquina, el Black Friday, una de las campañas más importantes del año y en la que la planificación, ahora difícil, es clave para evitar la rotura de stock. 

 

El puerto de Los Ángeles se ha erigido como el menos eficiente del, según datos publicados por RBC Capital Markets y recogidos por Financial Times. Ante el colapso, la Administración estadounidense publicó una orden para que el puerto pudiera trabajar 24 horas al día durante siete días a la semana, con lo que se añaden sesenta horas de trabajo al puerto de la costa oeste.

 

Además, el presidente estadounidense, Joe Biden aseguró que grandes operadores como Walmart, FedEx y UPS iban a trabajar ininterrumpidamente de forma voluntaria, mientras que otras como Home Depot, Samsung y Target aumentarán su capacidad de trabajo en horas fuera del pico de actividad para aliviar el nivel de carga.

 

“Las acciones no van a solucionar todos los puntos ciegos de la cadena logística, y puede señalar otros puntos débiles como la falta de transportistas de camiones de mercancías”, sostienen la consultora norteamericana IHS Markit. Además, la compañía pone más dudas sobre la mesa sobre la estrategia del ejecutivo para evitar la escasez de productos en Estados Unidos.

 

 

“¿La Administración relajará las reglas de horarios para los camioneros? ¿Se ampliarán las reglas de peso y dimensiones de los contenedores para mover más mercancía en menos tiempo? ¿Los trabajadores desempeñarán su trabajo al mismo ritmo que en los puertos de otros países?”, se preguntan desde la entidad.

 

Con todas estas preguntas sin resolver, el puerto de Los Ángeles y Long Beach acumula los mayores retrasos del mundo en el último año, con once días de media de espera, mientras que la media mundial es de un día perdido por las navieras ante la línea de costa, lo que supone más que cuadriplicar la espera respecto los datos de 2019.  

 

“La economía no puede añadir puestos de trabajo suficientemente rápido para contrarrestar el récord de demanda de bienes”, apunta Michael Tran, responsable de inteligencia artificial de RBC Capital Markets. “El retraso es tan inmense que, aunque se añadieran más trabajadores, nunca serían capaces de trabajar tanto y tanto tiempo como para superar el primer bloqueo”, añade el analista.  

 

Las trabas son tantas que gigantes como Amazon y Apple ya han anunciado que registrarán costes extras de varios miles de millones de dólares debido al colapso en la cadena de suministro. El consejero delegado del gigante del ecommerce, Andy Jassy, señaló la pasada semana en la precimsentación de resultados que se generará un incremento de gasto por “la escasez de la mano de obra, el aumento de los costes de salario, el problema en la cadena de suministro y de los costes de flete y envío”.

 

Por su parte, Tim Cook, consejero delegado de la compañía de Silicon Valley, subrayó que Apple registró ventas récord en el último periodo a pesar de los problemas de suministro gracias a una demanda muy robusta, aunque señalando que la falta de materiales y mercancías iba a alargarse más de lo esperado, algo que podría tener un impacto de hasta 6.000 millones de dólares.

 

 

Más allá del récord de atascos que han registrado las costas estadounidenses, gran parte de los atascos se han producido en los puertos asiáticos. En concreto, China concentra gran parte de los cuellos de botella que están saturando el comercio mundial. El puerto de Ningbó en la provincia china de Zhejiang es el mayor tercer puerto del mundo por volumen de carga y acumula unos atascos que pueden hacer retrasar las entregas hasta cuatro días.

 

El Covid ha hecho parar la actividad de varios puertos chinos. Con un solo caso positivo, el puerto de Ningbó cerró durante dos semanas su actividad, mientras que el puerto de Yantian, ubicado en la provincia de Cantón y el cuarto más activo del mundo, se mantuvo prácticamente parado durante mayo y junio por 150 casos de coronavirus.

 

La llamada fábrica del mundo está teniendo problemas para hacer llegar la mercancía a su destino por la falta de contenedores y buques mercantes, muchos de ellos bloqueados en los puertos. Ante el aumento de la demanda, los precios se han elevado y un contenedor de medida estándar, cuarenta pies (12,2 metros) ha aumentado su precio un 358%, hasta 10,2 dólares, según datos de Freightos Baltic Index (FBX). Para llevar un contendor de Asia a la costa oeste de Estados Unidos, los costes se han elevado un 352%, hasta 16,8 dólares.

 

Además de la falta de contendores, el gigante asiático encadena ya más de dos meses de cortes de luz, escasez de electricidad y subida de costes de la energía que han motivado paros en las fábricas y retrasan la producción, añadiendo aún más tensión en la cadena de valor. Junto con la crisis del sector inmobiliario, el gobierno chino ha señalado que su economía se encuentra en un entorno “duro y complejo”, aunque aseguran que el bache es “temporal y está bajo control”.