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El dato ‘toma’ la moda a la caza de la personalización y la trazabilidad

La nueva generación tecnológica de la cadena de suministro de la moda ha empezado a exprimir el dato, ya sea para generar métricas internas como para estrechar lazos con el resto de los actores.  

S. R.

7 jun 2019 - 04:55

La industria de la moda, un sector que apenas ha evolucionado en miles de años, encara ahora una profunda transformación. Los nuevos hábitos de consumo, el nuevo escenario socioeconómico y geopolítico, los cambios demográficos y la irrupción de la tecnología en todos los quehaceres diarios también tienen un impacto en la cadena de valor del sector. La digitalización y la sostenibilidad abren una nueva era en todos sus eslabones, que implica la incorporación de nuevos sistemas en las fábricas. Itma, la mayor feria de maquinaria textil, dará las claves de lo que será la industria de la moda del futuro en su próxima edición, que se celebrará del 20 al 26 de junio en Fira de Barcelona. Acudirán 1.600 expositores y se espera superar los 125.000 visitantes.

 

 

El dato ‘toma’ la moda a la caza de la personalización y la trazabilidad

 

La industria de la moda entra en una nueva era. La digitalización entra también en la cadena de suministro del sector para empezar a sacar jugo a los datos. Se abre la puerta así a nuevas métricas, a la simplificación de procesos y a una mayor coordinación con el resto de los actores. Retos de la distribución como la personalización y la trazabilidad están más cerca de convertirse en el nuevo normal del negocio de la moda con la incorporación de una nueva generación de tecnología aplicada a los procesos industriales.

 

La digitalización es el elemento disruptivo en todos los sectores económicos, también en la moda. Hasta ahora, en este sector, la digitalización ha creado nuevos modelos disruptivos en el comercio apoyándose en la aparición de Internet como un nuevo canal de distribución. El nuevo reto es llevarla hacia la cadena de aprovisionamiento. El propósito es acelerar en personalización, en trazabilidad y en transparencia.

 

La personalización es el primer reto tecnológico. Apoyándose en la tecnología, las empresas podrán dar respuesta a esta vuelta a los orígenes. El acceso a los datos y su gestión permiten que la relación entre consumidor, marca y proveedores sea mucho más estrecha e individualizada. Se trata de que las marcas adapten sus productos a los consumidores buscando cada vez nichos más específicos.

 

 

 

 

El modelo de Inditex no cambia, pero sí evoluciona. La tecnología consigue que lo macro se haga micro sin repercutir en la velocidad ni en el coste. La digitalización de la cadena de valor favorece también una neorelocalización, aunque no estructural, sino de servicios.

 

Pese al avance de la tecnología, aún continuará siendo más barato fabricar en Bangladesh que hacer el Europa con una cortadora láser, pero una parte de la producción sí regresará al Viejo Continente para dar respuesta a las nuevas exigencias del time to market. En proximidad, empiezan a tomar forma fábricas semiautomatizadas de elevada rotación.

 

El segundo gran reto digital es la trazabilidad: la unión de todos los puntos de una cadena de valor ultra fragmentada. La trazabilidad implica migrar hacia cadenas más planas y digitalizadas que permitan a los grupos de distribución tener el control. Se ha entrado ya en una nueva fase productiva que exige revisar cada uno de los eslabones de la cadena y poner el valor sus proveedores, fabricantes, traders, agentes de compras y logísticos.

 

 

 

 

Uno de los pilares tecnológicos de este nuevo modelo son los apis (application programming interfaces), conectores de sistemas que intercambian la información de una empresa con sus proveedores. Por el momento, sólo los gigantes de la distribución han empezado a incorporarlos a su cadena, pero a medida que se extienda, esta tecnología irá abaratándose.

 

El blockchain también ha empezado a utilizarse en busca la trazabilidad. El conglomerado de lujo LVMH ya ha empezado a trabajar en este sentido para garantizar la autenticidad de los artículos de sus marcas. H&M, por su parte, también se ha equipado con esta herramienta para informar al consumidor sobre el ciclo de vida de cada una de sus prendas.

 

Sin embargo, en el ámbito operacional, ambas tecnologías pueden servir para acentuar la flexibilidad y la rapidez de sus cadenas de suministro. Aplicando la analítica de datos y la inteligencia artificial a la gestión de las compras y a las operaciones, los grupos de distribución pueden tomar decisiones en tiempo real sobre el suministro y ponderar los ciclos de las prendas sobre datos más que según la intuición.