Morgan Stanley apunta a un año de tormenta económica “y sólo estamos en mayo”
Los estímulos fiscales lanzados durante el inicio de la pandemia, la precaución intencionada de los bancos centrales y los acontecimientos en Ucrania y China están impactando en el normal desarrollo de la economía mundial.
23 may 2022 - 04:57
Estrategias para gestionar desde el ojo del huracán. Por ahora, 2022 ha traído el peor año de rendimiento de bonos de 1980, la mayor subida de precios en las materias primas desde que se empezaron a recolectar datos en 1960, una guerra en Europa, la crisis del Covid-19 en China y la primera subida de cincuenta puntos básicos de la Reserva Federal en 22 años. “Y sólo estamos en mayo”, en palabras del último análisis de Morgan Stanley, que señala que el entorno económico se ha convertido en una gran tormenta.
“Esta tormenta tiene tres impulsores principales, todos ellos en curso”, sostiene la compañía. El primero de ellos son los “enormes” estímulos fiscales aprobados durante los primeros pasos de la pandemia, que provocó un crecimiento por encima de la tendencia que ahora se está moderando. En segundo lugar, el banco de inversión señala directamente a los bancos centras, que han realizado decisiones para ser precavidos “de forma intencionada”, aunque repuntara el crecimiento. “Los ruedines ya están fuera mientras la política corre para ponerse al día”, señala la agencia.
Por último, dos eventos han tenido un impacto negativo en la cadena de suministro, propiciando un shock en la oferta: la guerra en Ucrania y los confinamientos para controlar los brotes de Covid-19 en diversas ciudades de China, entre ellas Shanghái. A lo que hay que sumar un aumento de la inflación y un crecimiento económico que no va acorde.
“Los ruedines ya están fuera mientras la política corre para ponerse al día”, señala Morgan Stanley
Morgan Stanley apunta a que 2022 está siendo un año de aminoramiento del crecimiento, endurecimiento de la política monetaria y económica y de divergencias regionales, tres tendencias que continuarán extendiéndose a lo largo del año. Sin embargo, otras tendencias sí que cambiarán los próximos meses, como la inflación en los mercados desarrollados o su política monetaria, aunque subraya que no todavía.
Por mercados, los economistas de la compañía apuntan que Europa “se enfrenta a un crecimiento salarial y una inflación subyacente mucho más bajo” que, en el otro lado del Atlántico, pero se le añade un alto riesgo geopolítico. Mientras, Estados Unidos se enfrenta a una elevada inflación subyacente y a un endurecimiento de la política fiscal y está preparado para un ciclo de subidas como el de 1994. Para ambas economías, los analistas de la compañía apuntan a un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 2,6% para este año.
Japón se sitúa, por el momento, en la baja inflación, con un banco central a la espera. Por su parte, China parece estar dispuesta a relajar aún más su política de Covid, que difiere de la del resto del mundo. En los mercados emergentes, muchas economías han entrado en un ciclo de subida de tipos y pueden llegar a su pico en los próximos doce meses.
Los países en desarrollo registrarán una inflación a final de año del 8,1%
Según las mismas proyecciones, Japón expandirá su economía un 1,9%, mientras que Reino Unido despuntará con un 4%. En total, las diez mayores economías del mundo aumentarán su PIB un 2,8%.
Por su parte, las economías emergentes anotarán un incremento del PIB del 3%, con India como una de sus impulsoras, con un incremento interanual del 7,4%, mientras que China se mantendrá en un 4,2% y Brasil con un 0,5%. Para el total de la economía mundial, la agencia pronostica un aumento del 2,9%, mientras que, en 2023, el incremento será del 3,5%.
En cuanto a la inflación, Morgan Stanley calcula que se situará en el 7,4% a final de año en todo el mundo, aunque serán los países en desarrollo los que tendrán que soportar una tasa más elevada, con un 8,1%, mientras que en las diez mayores economías del mundo el incremento de los precios será del 6,4%.