Isabel Sanchís apuesta por Asia y eleva su facturación a cuatro millones de euros
La marca valenciana de moda de costura, evento y novia reorienta su negocio hacia Asia, ante las tensiones de Estados Unidos y Oriente Próximo. Actualmente, ya opera con una tienda propia y un centenar de puntos de venta.


Isabel Sanchís se ha convertido, por méritos propios, en uno de los nombres españoles del diseño de moda. La creadora valenciana, que comenzó a confeccionar prendas en la década de los noventa, ha conseguido, con pasos discretos, dar con la tan complicada fórmula de combinar industria y diseño. Sus vestidos de siluetas arquitectónicas y volúmenes esculturales no se limitan a ser el centro de los focos sobre las pasarelas y las alfombras rojas, sino que han permitido la construcción de un negocio consolidado que va más allá de la creatividad artística. Con una plantilla de alrededor de cincuenta empleados, la empresa alcanzó cuatro millones de euros de facturación en el pasado ejercicio.
“Los tiempos están un poco raros”, afirma Isabel Sanchís en el backstage de preparación de su último desfile sobre la pasarela de Barcelona Bridal Fashion Week, celebrada entre el 23 y el 27 de abril. Aunque no es la primera vez que la diseñadora valenciana se adapta a contextos complejos (la marca ya salió airosa de la crisis de 2008, se levantó en el mercado estadounidense después de casi haber tirado la toalla o reorganizó su actividad para responder a las nuevas necesidades durante la pandemia), Isabel Sanchís se muestra prudente ante la situación actual que afecta al lujo o las medidas arancelarias. “De momento, la dinámica de continuidad reina entre nuestros clientes, pero el miedo a la incertidumbre está ahí”, reconoce.
Con sede en Benaguasil (Valencia), la empresa mantiene actualmente sus raíces familiares. Sanchís lidera el diseño de su firma homónima en formato de dúo creativo de la mano de su hija, Paula Maiques. “La situación sociopolítica y económica mundial está en un momento muy cambiante y todos estamos a expensas de lo que ocurra”, comenta la joven diseñadora, subrayando que espera que “a pesar de la ligera subida de aranceles ya aplicada, el mercado norteamericano de mantenga”.
Para la compañía, el país es “un mercado tremendamente importante” en términos de facturación y de “gran crecimiento en los últimos años”, junto a los países de Oriente Próximo. Sin embargo, en esta región, la expansión de Isabel Sanchís se ha visto resentida recientemente por diversas políticas locales. Sin ir más lejos, la marca valenciana ha puesto fin a su acuerdo de franquicia mediante el que operaba con una tienda en el centro comercial Arraya Centre, en Kuwait.
Isabel Sanchís opera con un centenar de puntos de venta y una tienda propia en Valencia
“A partir de ahora, nuestra estrategia pasará por la diversificación y la apuesta por el mercado asiático, liderado por China”, argumenta Sanchís sobre la reorganización del mapa de expansión de la empresa especializada en costura. “Queremos dar más importancia a este continente y reforzarnos con el impulso de la feria”, añade Maiques, lamentando que a pesar de que Latinoamérica es un “mercado fundamental” para la firma, “los aranceles de México y Brasil complican mucho los procesos y dificultan el desarrollo comercial”.
Presente en todo el mundo a través de un centenar de puntos de venta, Isabel Sanchís mantiene su proyecto de ampliar su red física de tiendas monomarca en el mercado nacional. A día de hoy, la marca opera únicamente con su boutique propia de la calle Poeta Querol, en Valencia, y continúa su proceso de búsqueda de espacio en Madrid. “La apertura se ha retrasado por la dificultad de encontrar la ubicación óptima en zonas premium en las que la competencia por los espacios es tan elevada”, reconoce la empresaria, desvelando que las ambiciones de la firma van más lejos y no descarta ampliar su presencia, en el futuro, a ciudades como Barcelona, Puerto Banús, Bilbao o Mallorca.
“El crecimiento de una marca pasa por las tiendas propias, el multimarca funciona de maravilla y es fundamental para crecer a nivel internacional, pero abrir tiendas es clave para crecer”, afirma sobre su experiencia Isabel Sanchís. “Esperamos que la facturación de la tienda de Madrid sea aún más potente que la de Valencia, que funciona tremendamente bien”, añade.
Con una facturación total de cuatro millones de euros, las ventas de la marca se concentran en el segmento de evento y fiesta, que suponen un 70% del total. Las colecciones nupciales, por su parte, ya representan el 30% de la facturación. “Las ventas de bridal han crecido notablemente en los últimos tres años”, afirma Maiques, reconociendo que “la novia ha cambiado mucho, ya no sólo busca vestidos tradicionales para las bodas en la iglesia, sino looks para la preboda, la boda civil, la madre, la fiesta de después…”. Así, la ampliación del universo nupcial impacta “muy positivamente” las ventas de la empresa.
Las colecciones nupciales ya representan un 30% de la facturación
“Las colecciones de evento generan muchísimo potencial de negocio, pero también creativo, con propuestas que van desde el traje de chaqueta a vestidos de cola o estilos que mezclan lo hippie con lo sexy o sofisticado”, argumenta la joven diseñadora. Además de en Barcelona, Isabel Sanchís presenta sus colecciones en la MBFW Madrid y presenta comercialmente en París, donde organizó un desfile hace varios años.
Concretamente en el marco de Barcelona Bridal Fashion Week, la marca ha ido progresivamente ganado peso. Especialmente en esta última edición, marcada por la ausencia de grandes nombres españoles del sector nupcial como Rosa Clará o Pronovias. “El evento nos ha revalorizado y sentimos un fuerte compromiso para presentar buenas colecciones, aunque sea a contrarreloj, porque nos repercute muchísimo a nivel internacional”, celebra Maiques.