Cosmética

La protección del perfume, a debate: ¿patentar la fórmula o mantenerla en secreto?

Las falsificaciones y las equivalencias centran la jornada Perfumes en la Red, organizada por Esade. Expertos jurídicos buscan encaje a la protección intelectual de los perfumes.

J. V.

27 feb 2017 - 04:37

La protección del perfume, a debate: ¿patentar la fórmula o mantenerla en secreto?

 

 

¿Se puede patentar un olor? La protección de los derechos de autor de las marcas de perfume es complicada desde un punto de vista jurídico. Los expertos en legislación coinciden en la dificultad de proteger los perfumes, por la evanescencia del producto y la dificultad de registrar olores. 

 

"La manera de proteger un perfume es guardar en secreto la fórmula", opina el perfumista Jacob Varela. Precisamente los secretos industriales son la principal baza de la industria del perfume ante las trabas para acoger sus creaciones a la legislación sobre derechos de autor. 

 

Marta Baylina, directora legal de Core Association, aclaró que el derecho de patentes protege invenciones que dan solución a un problema técnico. "No se puede proteger un perfume por el simple hecho de oler bien, pero sí se puede patentar si se logra argumentar que se ha solventado un problema técnico para que sea posible su uso como perfume", detalla en las jornadas Perfumes en la Red, impulsadas por Esade y coorganizadas por Puig.

 

El riesgo de patentar los perfumes es que el derecho de explotación en exclusiva se limita a veinte años y obliga a divulgar la patente para que otras compañías la puedan explotar una vez finalice el periodo de exclusividad. Para que esto no suceda, señala la experta, "la industria del perfume guarda la fórmula en un cajón".

 

Otra de las razones por las que el sector perfumero se resiste a registrar sus perfumes es, en opinión de Baylina, la existencia de "prejuicios" hacia la patentabilidad. "Les haría aproximarse a la gama industrial y alejarse de su posicionamiento en el mercado", sugiere. Esta preferencia del sector hacia los secretos industriales podría virar, asegura la experta, por los avances técnicos que reducen la barrera de entrada al sector a imitadores.

 

 

 

 

Por su parte, Ramón Casas, profesor de Derecho Civil de la Universitat de Barcelona, señala que en España no existe jurisprudencia sobre derechos de autor del perfume. El jurista contrapone el caso español al de Francia, donde los tribunales de Instrucción son "favorables a proteger los perfumes", aunque en el país vecino "las Cortes de Casación se niegan a protegerlos porque hay know-how pero no creación".

 

Casas plantea que el criterio para proteger una obra con derechos de autor es la capacidad del creador de describirla y muestra sus reservas sobre el hecho de que una marca logre definir el olor de un perfume con precisión absoluta. Por su parte, el profesor de Derecho Mercantil de la Universitat Pompeu Fabra Montiano Monteagudo, afirma que "para registrar una marca hace falta que tenga capacidad distintiva y sea susceptible de ser representada de forma gráfica". Una fragancia, en opinión del experto, carece de capacidad distintiva. 

 

Anna Baguñá, asesora legal de Puig, abre el foco y destaca la necesidad de proteger el imaginario de las marcas de perfume, más en el modelo híbrido de compañía del gigante catalán, que combina la explotación de licencias de perfumería con la gestión de empresas de moda como Carolina Herrera

 

Baguñá pone el ejemplo de L'Oréal. El grupo francés fue condenado por publicitar su perfume Opium de Yves Saint Laurent con la imagen de una pantera. El juez consideró que L'Oréal se estaba apropiando de la identidad de Cartier, que empleaba la imagen de este animal en sus códigos visuales. 

 

La asesora legal de Puig destaca la complejidad de las diferencias legislativas entre países a la hora de defenderse de las copias. "No tenemos una respuesta general que sea aplicable a todas nuestras marcas", afirma.