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Diseño, Federer y ‘background’ del lujo: las armas de Uniqlo para ir más allá de los básicos

Bajo la dirección creativa de Clare Waight Keller, ex Givenchy, y el vínculo estratégico con el tenista, Fast Retailing busca elevar el posicionamiento y la percepción de su marca estrella, seduciendo a un público más amplio.

Diseño, Federer y ‘background’ del lujo: las armas de Uniqlo para ir más allá de los básicos
Diseño, Federer y ‘background’ del lujo: las armas de Uniqlo para ir más allá de los básicos
Uniqlo extiende su oferta con una colección deportiva premium creada con Roger Federer.

Triana Alonso

Uniqlo no se conforma. Con una sólida y reconocible identidad construida alrededor de pilares estructurales como la funcionalidad técnica de las prendas, los diseños limpios, minimalistas y duraderos, la producción industrializada o los precios accesibles, la marca nipona aspira, desde hace varias temporadas, a llevar su universo un paso más lejos. Y más cuando ha señalado abiertamente que quiere ser el mayor grupo del mundo, superando a Inditex. Fundada por Tadashi Yanai en 1984, la marca japonesa propiedad del grupo Fast Retailing es uno de los gigantes de la ola del mass market, en la que los gigantes de distribución de moda quieren trascender la etiqueta de básicos y afrontar el difícil reto de combinar producción masiva con moda de autor.

 

¿Los ingredientes de la receta que la marca añade para consolidar un éxito de más de 10.000 millones de euros de ventas anuales? Creativos de moda con visión y experiencia en el ámbito del lujo con los que tejer lanzamientos recurrentes, como el irlandés Jonathan Anderson (ex Loewe) o el francés Christophe Lemaire (ex Hermès) y colaboraciones estratégicas que posicionen a Uniqlo en segmentos como el arte o el deporte.

 

Para ello, en 2024 la japonesa nombró directora creativa, tomando una iniciativa pionera en el sector, a la diseñadora británica Clare Waight Keller. Fichada inicialmente para desarrollar la línea Uniqlo C, la diseñadora procedente de Givenchy aterrizó en la marca en septiembre de 2023 y la cápsula de estilo minimalista acabó convirtiéndose en una colección permanente. Su ascenso, tras varios años como directora creativa de la maison propiedad de LVMH, Givenchy, abrió la puerta  a una tendencia cada vez más recurrente en el sector: la migración de creativos de lujo hacia marcas de gran consumo como Gap, H&M o Victoria’s Secret. Atraídos por la escala, la democratización del diseño o los salarios no son pocos los diseñadores que, en los últimos tiempos, han dado el salto al segmento accesible.

 

Seis años antes, el por aquel entonces número uno Roger Federer sorprendió en el torneo de Wimbledon como nuevo embajador de Uniqlo, en un acuerdo de diez años que podría haberse elevado a trescientos millones de euros. Tras dos décadas de alianza con Nike, el tenista suizo abría un nuevo horizonte en la industria: los patrocinadores de los deportistas ya no sólo se limitaban a los especialistas tradicionales del deporte y los atletas empezaban a ser más que rostros visibles de las marcas, dando el salto a la creatividad y el diseño de las colecciones. En el caso de Federer, su vínculo con la industria se extendió en 2019, al convertirse en accionista de la marca suiza de calzado On.

 

 

 

 

 

 

En este fructífero caldo de cultivo, surge la última innovación de la marca nipona: una colección deportiva para hombre concebida a cuatro manos, entre Waight Keller y Federer. “Ambos han construido uno de los equipos más creativos con los que nunca he trabajado”, ha celebrado John C. Jay, presidente de la creatividad global del grupo Fast Retailing, en un encuentro celebrado en el Tennis Club de París, en las proximidades del icónico estadio de Roland Garros y del Parque de los Príncipes.

 

“Se trata de mi primera incursión en la moda deportiva, un segmento muy diferente a los que ya había trabajado, por lo que he tenido que entender los tejidos, los aspectos técnicos y las necesidades de los atletas en cada producto –ha reconocido la diseñadora Clare Waight Keller-; Roger me ha ayudado tremendamente a reflejar su estilo atemporal y calidad como tenista”. Formada en la prestigiosa Royal College of Art de Londres, la diseñadora desarrolló su carrera en firmas de lujo como Pringle of Scotland o Chloé antes de redefinir la imagen de Givenchy, aunque su salto al imaginario popular se produjo al diseñar el vestido de novia de la duquesa de Sussex, Meghan Markle.

 

Desde entonces, su camino ha consistido en desaprender la sofisticación del lujo para centrarse en “la democratización de la moda y la necesidad de diseñar prendas cotidianas para todos los momentos del día”, ha explicado, subrayando que “la simplicidad es el concepto más duro de crear”, algo que en Uniqlo ha explorado mediante la confección limitando las costuras, el trabajo de las proporciones, los materiales o los acabados.

 

He dado un salto de un medio de moda muy clásico a una empresa de cultura única japonesa donde la performance, la disciplina y la tecnología aportan un enfoque completamente distinto al diseño”, ha reflexionado la diseñadora sobre su proceso creativo, realizado entre las oficinas de la marca en Japón y su estudio de diseño en Londres. “El rigor japonés no es restrictivo, sino que permite encontrar el foco y concentrarte”, ha continuado sobre la cultura empresarial de Fast Retailing, que contrasta con la efervescencia de los talleres parisinos o las fashion weeks.

 

 

 

 

Para John C. Jay, la inspiración de Uniqlo “no se encuentra en la pasarela ni haciendo scroll en redes sociales, sino en la gente normal”, un carácter cotidiano que Waight Keller parece haber integrado a la perfección y que la marca combina con la optimización y la tecnicidad de sus prendas. Por ello, el desarrollo de su oferta deportiva hacia una propuesta de carácter más premium (con un precio ligeramente más elevado que el resto de sus colecciones) y de alto rendimiento forma parte de esta etapa de refuerzo de sus productos bajo el impulso de Roger Federer.

 

“Siempre busco la perfección, también en la moda, por lo que es el criterio que hemos aplicado a esta colaboración”, ha sonreído el tenista sobre las exigencias técnicas a la hora de seleccionar las prendas de su armario, tanto dentro como fuera de las pistas. Para el deportista, el rendimiento de la ropa técnica es un rasgo fundamental, al igual que las líneas minimalistas y atemporales.

 

Con respecto a su salto de Nike a la marca a nipona, Federer ha resaltado que “su enfoque más allá de la carrera como deportista en activo” le convenció, al suponer que “tenía más que ofrecer y que la gente no sólo se interesara en mí por los resultados en las pistas, sino por mis valores o mi personalidad”.

 

En este segmento, Uniqlo no estará sola, sino que marcas como Lacoste o Fred Perry ya ocupan un espacio dominado por la estética del tenis y el lifestyle atemporal y elegante. “El tenis es un deporte con elementos de moda fáciles de integrar en la vida cotidiana, algo que he aplicado al diseño, llegando a establecer prendas icónicas e indispensables en el armario como los polos, por ejemplo”, ha analizado Waight Keller.

 

Respecto al abanico de posibilidades que ofrece su deporte, Federer ha argumentado: “A diferencia de jugadores de fútbol o de baloncesto, que cuentan con vestimentas obligatorias de equipo, los tenistas tenemos más libertad a la hora de decidir lo que nos ponemos en cada torneo y eso amplía las posibilidades creativas y de estilo”.

 

Sobre su larga relación con Uniqlo, el tenista suizo se confiesa admirador de la mentalidad de la empresa y del sentido del orden del trabajo y de las tiendas. “Lo único que falta es que la marca abra una tienda física en Suiza, donde por ahora sólo está disponible online”, ha bromeado, minutos antes de coger la raqueta para entrenar con un grupo de niños de la escuela de tenis parisina.