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La histórica Gorina salta a la moda de la mano de la sexta generación familiar

La productora catalana de tejidos, que tuvo que reinventarse durante la crisis del textil, retoma la sastrería de la mano de la diseñadora Ariadna Gorina, que lanza su primera colección de abrigos confeccionados en lana.

La histórica Gorina salta a la moda de la mano de la sexta generación familiar
La histórica Gorina salta a la moda de la mano de la sexta generación familiar

Irene Juárez

Ciento noventa años y seis generaciones han pasado desde que la familia Gorina comenzara a tejer lana, en 1835. La compañía, que empezó vistiendo al ejército español y hasta a Alfonso XIII (según se recoge en archivos históricos), ha tenido que reinventarse con el tiempo para resistir. Gorina, que desde los años 70 se dedica en exclusiva a la elaboración de paños para billares, vuelve a la sastrería con una colección de abrigos lanzada por la generación familiar más joven. 

 

El paso de los años y el peso de la globalización empujaron a Gorina en los años setenta, en plena desindustrialización del textil catalán, a dejar de lado la sastrería para adentrarse de lleno en una nueva oportunidad que se presentó como un salvavidas: la fabricación de telas para el sector del billar. Esta especialización la relanzaría internacionalmente, como uno de los fabricantes más destacados de Estados Unidos, Corea del Sur (donde cuenta con una tienda propia) e Italia, sus principales mercados. 

 

Sin embargo, cincuenta años más tarde y con una nueva generación de la familia a los mandos, la histórica compañía vuelve a diversificar su negocio. La diseñadora de 23 años Ariadna Gorina quiere cerrar el círculo y devolverla a sus orígenes con su Gorina Atelier, una propuesta personal en forma de colección de abrigos que usa los tejidos elaborados en Cataluña por la compañía y que se inspira, precisamente, en el billar, según ha explicado en una entrevista con Modaes.

 

 

 

 

Ariadna Gorina es la diseñadora de la colección Edition 01, que empezó a comercializarse de forma online en octubre, y que este año se adentrará en el canal físico con sus dos primeros pop up stores en Madrid y en Barcelona. Las telas, tejidas con lana merina, procedente de Australia o Argentina, se producen en la fábrica de Gorina en Lleida, y la confección se lleva a cabo en Italia de la mano de un equipo de diez sastres, que forran partes de las prendas con seda italiana.

 

Las prendas que conjugan la colección se confeccionan con los mismos tejidos que Gorina utiliza para elaborar sus paños para billares y, de hecho, los colores son los mismos: negro, verde oscuro y burdeos. El objetivo es lanzar colecciones limitadas e independientes, con entre diez y doce diseños, y de no más de quinientas piezas.

 

Entre los planes de la diseñadora se encuentra la apertura de tiendas propias en España de cara al año que viene. “Quiero continuar el legado familiar y seguir con los avances que ha hecho cada generación”, destaca Ariadna Gorina. Además, su estrategia pasa por poner en valor el Made in Spain. Con el tiempo no descarta desarrollar otros tejidos que den paso a otros productos. Por el momento, sin embargo, se centra en los abrigos, que incluyen prendas como chalecos y chaquetas.

 

Gorina ha marcado la historia de la industria textil en Cataluña. Nació en 1835, en Sabadell, y se ha consolidado como un referente a lo largo de los años, siendo una de las pocas compañías que aguantó la crisis del textil en Cataluña. Actualmente, la compañía se dedica exclusivamente a la producción de telas para billares, y cuenta con presencia en veinticinco mercados. La compañía sigue en manos de la familia, que pretende continuar con su legado, ahora diversificado, de la mano de esta sexta generación.