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Fructuoso López, el hombre que llevó el color a los pies del fútbol

O el campo o el calzado. Fructuoso López escogió lo segundo y, gracias a ello, España es hoy sede de un pujante grupo de equipamiento deportivo. López no sólo fue pionero en la creación de marca propia y en la expansión internacional, sino también en el uso del patrocinio para desarrollar su negocio.

Pilar Riaño

23 oct 2020 - 04:53

Fructuoso López, el hombre que llevó el color a los pies del fútbol

 

 

En el Restaurante Pedrito se sirven menús diarios por diez euros con platos de comida casera. Está en la calle Ramón y Cajal de Portillo de Toledo, un municipio al norte de la provincia de Toledo que linda con localidades como Fuensalida. No tiene muchas referencias en Tripadvisor, pero una de ellas lo califica como el lugar ideal cuando se acude a las fábricas de calzado del territorio. Tanto es así que dicen que si uno quiere hablar con Fructuoso López, propietario y fundador de Joma, lo mejor es acudir a Pedrito.

 

En Portillo nació, en 1942, Fructuoso López, que, de la nada, ha creado un gigante español del deporte. El campo o la industria del calzado eran las dos opciones laborales que tenía López. Optó por la segunda y, tras formarse en el oficio y regresar del Servicio Militar, a los 22 años estableció su primer negocio propio. Su antiguo jefe le prestó quince pares de hormas y una máquina de coser Singer, valorados en 3.000 pesetas que se descontaron de su trabajo confeccionando botas de fútbol para su primer cliente.

 

López comenzó su actividad como productor de calzado en 1965 con sólo ocho empleados. Con un crédito de algo más de 600.000 pesetas, cuatro años más tarde vio la luz de manera formal Joma Sport, que creó su marca con las primeras letras del nombre del primogénito de Fructuoso López, José Manuel. En aquel momento la empresa amplió su plantilla hasta veinte personas y puso en marcha una fábrica de 500 metros cuadrados. La planta de Joma volvería a ganar superficie en 1980 y en 1987, cuando se puso en marcha la actual sede central, con 65.000 metros cuadrados.

 

 

 

 

El fundador de Joma no sólo fue pionero en la creación de marca propia y en el desarrollo de una estructura internacional, sino también en la apuesta por los patrocinios. A finales de los ochenta, la empresa se estrenó con futbolistas como Emilio Butragueño (Real Madrid) y Txiqui Beguiristáin (FC Barcelona) en el terreno del patrocinio deportivo.

 

Con el salto de Nike al fútbol a finales de los noventa, Joma defendió su posición con otra innovación: la introducción del color en las botas, que hasta aquel momento sólo eran negras. López se encargó personalmente del proyecto. A la empresa le costó que el mercado las aceptara: Alfonso Pérez, jugador del Betis y delantero de la Selección Española, fue el primero que se atrevió con ellas en el fútbol profesional, pero no fue hasta el gol que marcó en la Eurocopa del 2000 que clasificó a España para cuartos cuando el color comenzó a imponerse en los pies del fútbol.

 

Con la familia alrededor

Con una facturación de 250 millones de euros en 2019, 400 empleados y seis filiales internacionales, Joma continúa siendo una empresa familiar. Su fundador se mantiene como presidente, mientras la esposa de Fructuoso López, Marina Arellano, ocupa el cargo de vicepresidenta. Sus cinco hijos, José Manuel (director general), Alberto, Fructuoso, Alicia y Marina han tomado ya las riendas de los principales departamentos.