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El Mapa de la Moda 2020 (VIII): los colosos de la moda infantil en el mundo

La caída de la natalidad, la guerra de precios y la bajada de la demanda eran los factores a los que se enfrentaba el sector, formado en su mayoría por medianas empresas, antes de la llegada de la pandemia.

C. Juárez

20 jul 2020 - 04:44

El Mapa de la Moda 2020 (VIII): los colosos de la moda infantil en el mundo

 

 

El coronavirus llegó a la moda infantil cuando el sector ya se encontraba en horas bajas, perdiendo peso progresivamente en los últimos años. La caída de la natalidad, la guerra de precios y la bajada de la demanda eran los factores a los que se enfrentaba el sector, formado en su mayoría por medianas empresas, antes de la llegada de la pandemia.

 

En el último ejercicio, dos pesos pesados del mapa se tambalearon y la llegada del coronavirus remató la caída. El gigante francés Orchestra entró en los juzgados el pasado septiembre y pasó a manos de su fundador el pasado junio, mientras que Mothercare cerró todos sus establecimientos en Reino Unido.

 

En Estados Unidos, los pesos pesados Carter’s y The Children’s Place han tenido que hacer ajustes en su negocio, despedir a parte de la plantilla y reorganizar una red de distribución sobredimensionada para intentar salir de la crisis.

 

 

 

 

CARTER’S, MÁS AJUSTES PARA SEGUIR SIENDO EL LÍDER

 

El gigante estadounidense Carter’s revalida el oro de la moda infantil pese al golpe de la pandemia. Tras el cierre de sus tiendas el pasado 18 de marzo, lo primero que hizo la empresa fue despedir temporalmente a parte de su plantilla y disponer de 750 millones de dólares de su línea de crédito revolving.

 

Además, el grupo también puso en marcha un plan de contención de gastos que pasa por suspender el programa de recompra de acciones o la cancelación del dividendo. La empresa también retiró sus previsiones para el cierre de ejercicio.

 

Por otro lado, cuando el cierre de tiendas se extendió más de lo previsto en el mercado norteamericano, Carter’s lanzó otro plan de acción que pasaba por negociar con sus caseros el pago de las rentas, el recorte de los salarios y la cancelación de pedidos a sus proveedores.

 

 

 

 

En paralelo, la compañía de moda infantil también salvaguardó su posición financiera con la emisión de un paquete de bonos. En concreto, Carter’s emitió bonos por valor de 500 millones de dólares con vencimiento a 2025.

 

El coronavirus acabó impactado en las cuentas del primer trimestre de la compañía (cerrado en marzo). Las ventas de Carter’s se redujeron un 12% durante el periodo, hasta 654 millones de dólares y entró en pérdidas, registrando unos números rojos de 78,6 millones de dólares, frente al beneficio de 34,4 millones de dólares de los tres primeros meses de un año atrás.

 

 

 

 

SEMIR, GOLPE EN EL EPICENTRO DE LA PANDEMIA

 

Es la segunda mayor empresa de moda infantil en el mundo, y se encuentra en el epicentro de la pandemia. Con sede en la ciudad de Wenzhou, a novecientos kilómetros de Wuhan, donde se originó la pandemia, el grupo chino Semir cifró desde un primer momento a cuánto ascendería el impacto del coronavirus en su negocio.

 

La empresa china afirmó que sus ventas retrocederían un 30% a causa de la pandemia. El beneficio del grupo, por su parte, retrocederá de 22 millones de dólares en el ejercicio 2019 a entre 2,1 millones de dólares y 3,1 millones de dólares en el actual, que cierra en diciembre.

 

Semir, que cotiza en la bolsa de Shenzen, cuenta con una red comercial de más de 5.000 puntos de venta en todo el mundo. Entre su cartera de marcas de moda infantil se encuentran grupos como Marcolor, Hèy Junior o Kidiliz, que adquirió en 2019, cuando era el séptimo grupo del ránking de mayores operadores de moda infantil en el mundo.  

 

 

 

 

La adquisición creó otro gigante del sector, que escaló posiciones hasta el número dos del ránking. Semir ha reestructurado el negocio de Kidiliz en los últimos meses, con el fichade de Patrick Puy, presidente de Vivarte, como consejero delegado. El directivo tiene la intención de llevar Kilidiz a concurso.

 

Además, Semir también cuenta con alianzas con operadores internacionales de moda infantil para desarrollar su presencia en China. Es el caso de la estadounidense The Children’s Place o la italiana Satabanda.

 

 

 

 

THE CHILDREN’S PLACE, MENOS PARQUE COMERCIAL PARA AGUANTAR EL GOLPE

 

“Creemos que nuestra estrategia de transformación a largo plazo nos ha preparado para estos tiempos inciertos”. De esta manera, Jane Elfers, presidenta y consejera delegada de la compañía estadounidense de moda infantil The Children’s Place, inició la conferencia sobre sus resultados del primer trimestre.

 

La empresa, tercer mayor operador del mundo en su sector, cerró todas sus tiendas el pasado 18 de marzo para contener el avance de la pandemia. La primera medida que llevó a cabo la compañía fue la puesta en marcha de un plan de reducción de gastos.

 

Para hacer frente al incremento de ventas online durante el periodo de cierres, que se multiplicó por cinco en abril, The Children’s Place empleó 85 de sus tiendas como centros de distribución.

 

 

 

 

En la presentación de resultados, la compañía anunció medidas adicionales para salvaguardar su negocio. Una de las más radicales es el cierre definitivo de trescientos establecimientos, doscientos en 2020 y otros cien en 2021, la mayoría de ellos ubicados en centros comerciales en Estados Unidos.

 

“Los desafíos que tenemos por delante son muchos y la visibilidad es limitada, pero avanzamos con urgencia”, comentó Elfers. Además, la empresa realizó una provisión de 63,2 millones de dólares por el impacto del coronavirus en su negocio.

 

El grupo finalizó los tres primeros meses con una caída de las ventas del 38% y entró en pérdidas. The Children’s Place registró unos números rojos de 114,8 millones de dólares, frente al beneficio de 4,4 millones de dólares del mismo periodo de un año atrás.

 

 

 

 

ÏD KIDS, DESACELERAR EL RITMO PARA SOBREVIVIR

 

“Hasta la fecha, casi todas nuestras actividades generadoras de ingresos se han detenido”, confesó Grégoirie Duforest, consejero delegado de la compañía francesa ÏD Kids. “Pero nuestro grupo se ha construido sobre una base sólida que permitirá adaptarnos rápidamente a los nuevos cambios y situaciones provocadas por la crisis”, puntualizó el directivo en un comunicado en marzo.

 

El ejecutivo explicó que aunque el desafío es “impredecible” la empresa está tomando medidas para asegurar el negocio y tranquilizar a los inversores. “Todos nuestros equipos financieros trabajan arduamente para asegurar nuestros fondos y mantenernos en una posición sólida para volver a funcionar”, añadió Duforest.

 

 

 

 

En un primer momento, además del cierre de todas sus tiendas en el mundo, ÏD Kids también paralizó las ventas a través del comercio electrónico. En abril, la empresa retomó sus actividades online y empleó sus tiendas de Jacadi en China y Estados Unidos como centros de distribución para el ecommerce para acelerar las entregas y dar salida al stock de sus establecimientos. Poco después, el grupo trasladó esta iniciativa a otras regiones como Suiza. 

En paralelo, la empresa también se sumó a la demanda de otros grupos del sector sobre alterar el calendario de la moda. ÏD Kids reconoció que con las tiendas cerradas y la acumulación de stock, “tendremos que modificar la estacionalidad de nuestras colecciones”, así como posponer el periodo de rebajas

 

Por otro lado, el grupo, que cuenta con una filial en Bangladesh para la producción de sus artículos, pausó su actividad productiva durante un mes en el país a causa de la pandemia.

 

 

 

 

 

MOTHERCARE, GOLPE DESPUÉS DEL HUNDIMIENTO

 

El coronavirus ha sido la gota que ha colmado el vaso para Mothercare. La compañía británica de moda infantil, que lleva años a la baja, se enfrenta a una crisis sin precedentes en plena reestructuración global de su negocio.

 

Tras el estallido de la pandemia en el país, Mothercare anunció que se acogería a todas las facilidades dispuestas por el Gobierno británico, desde las prestaciones a sus empleados hasta las desgravaciones fiscales y reconoció que la situación “tendrá un impacto sustancial en su cuenta de resultados”.

 

En su mercado local, que supone el 20% de su negocio, el grupo opera desde el pasado diciembre de la mano de la empresa de parafarmacia Boots, con quien se alió tras cerrar todas sus tiendas en el país.

 

 

 

 

En mayo, un mes después del cierre de tiendas, la compañía actualizó su plan de transformación. Una de las medidas que llevó a cabo Mothercare fue la refinanciación de deuda mediante una emisión de bonos. Además, para controlar su gasto, la empresa subarrendó a un tercero su centro de distribución, que contaba con un alquiler de 220.000 libras al mes.

 

La empresa también anunció el traslado a unas nuevas oficinas más pequeñas con el objetivo de reducir el alquiler, que hasta entonces era de 900.000 euros al año. La mudanza se hará efectiva el próximo agosto.

 

Mothercare llevó a cabo todos estos planes sin un consejero delegado al frente tras la salida de Mark Newton-Jones el pasado enero. En su lugar, el grupo nombró a Glyn Hughes, hasta entonces director financiero, quien anunció su salida en junio.

 

 

 

 

ORCHESTRA, LUCHAR CONTRA LA PANDEMIA EN LOS JUZGADOS

 

Cambio de manos en plena convulsión. La compañía de moda infantil Orchestra ha hecho frente a la pandemia en los juzgados tras entrar en concurso de acreedores en septiembre del año pasado.

 

La primera iniciativa que tomó la empresa fue el despido de seiscientos empleados, de los cuales 149 trabajaban en tiendas, 115 en logística, 38 en el centro de operaciones, todos ellos en Francia, y otros trescientos del resto del mundo. Los planes también pasan por cerrar de forma definitiva un centenar de establecimientos en los próximos meses.

 

Orchestra Prémaman reconoció que durante los dos primeros meses de la pandemia, perdió cerca de cien millones de euros. Para hacer frente al este impacto, Orchestra también tomó medidas como la contención de gastos, la cancelación del programa de recompra de acciones o el despido temporal de la plantilla restante.

 

 

 

 

A mediados de junio, el Tribunal de lo Mercantil de Montpellier, que gestionaba el proceso concursal de la empresa francesa, dio luz verde a la venta de la compañía a New Orch, gestionada por el fundador de Orchestra, por 176,4 millones de euros. En la puja también entraba la compañía saudí Al-Othaim.

 

Tras la compra por parte de su fundador, los planes del grupo también pasan por frenar su actividad en los mercados internacionales donde opera. La compañía dio un paso atrás en mercados como Rusia, China, Estados Unidos, Canadá, Turquía o España, en los que reducirá su red comercial en los próximos meses.

 

 

 

 

MAYORAL, EL LÍDER DE ESPAÑA TAMBIÉN SE AJUSTA

 

Las 230 tiendas propias y franquicias y los 10.000 puntos de venta de Mayoral en el mundo tuvieron que cerrar de forma indefinida ante el avance de la pandemia. En España, el grupo malagueño de moda infantil efectuó los cierres desde el 14 de marzo, coincidiendo con la declaración del estado de alarma en España. La empresa no ha detallado las medidas que llevó a cabo para contener el impacto de la pandemia en su negocio

 

El coronavirus pilló a Mayoral en una buena posición. Las estimaciones de la empresa en el cierre de año apuntaban a una facturación de 365 millones de dólares, lo que supone un crecimiento del 4,2% frente a un año atrás, cuando registró unas ventas de 350 millones de euros.

 

En el último ejercicio, los planes de Mayoral estuvieron enfocados en su expansión en el extranjero. La empresa, que en 2018 cambió de sede, reforzó su presencia en mercados internacionales con la apertura de nuevas filiales en Chile y Japón y con la apertura de su primer establecimiento en Ecuador.

 

 

 

 

El alza del grupo estuvo respaldada por su expansión internacional y la diversificación. En el último ejercicio, la compañía lanzó Abel&Lula, de posicionamiento premium, que se distribuye en 2.000 puntos de venta multimarca.

 

Durante el estado de alarma en España, el grupo donó material sanitario a varios centros médicos en el país. En concreto, Mayoral entregó 3.000 trajes de protección individual y 20.000 mascarillas. Además, la empresa también regaló bolsas de bebés a las madres primerizas que dieron a luz durante el confinamiento.

 

 

 

 

PETIT BATEAU, NUEVO DIRECTIVO PARA UNA NUEVA CRISIS

 

Como a varias empresas del sector, a Petit Bateau el coronavirus le pilló con vacío en su cúpula. Patrick Pergament, director general del grupo francés de moda infantil, propiedad de Groupe Rocher, abandonó la empresa a principios de marzo.

 

Tres meses tardó Petit Bateau en encontrar un sustituto. A mediados de marzo, la compañía de moda infantil fichó a Guillamue Darrousez como nuevo presidente. Con una larga trayectoria en el sector después de haber trabajado en compañías como Kering o GrandVision, el directivo se enfrenta al reto de dirigir un barco en mitad de la tempestad de la pandemia.

 

 

 

 

Petit Bateau cerró todos sus establecimientos en el mundo a mediados de marzo durante casi tres meses. Durante el periodo, la empresa registró un aumento del 150% de sus pedidos online, lo que ha supuesto la contratación de personal extra para hacer frente a la demanda.

 

En paralelo, la empresa reconvirtió su centro de producción de Troyes (Francia) para producir material sanitario para los hospitales de la zona.

 

 

 

 

CWF, ENCARAR UNA NUEVA CRISIS CON UN NUEVO DUEÑO

 

Children’s Worldwide Fashion (CWF)  cambió de manos justo un año antes del estallido de la pandemia. La empresa, que no desveló ningún plan de acción para hacer frente al coronavirus, fue adquirida en junio del año pasado por el grupo financiero Arkéa. En la operación, también entró en el capital de CWF Raise Investment. Arkéa, una de las entidades bancarias más importantes de Francia, entró en el accionariado de la compañía francesa de moda infantil mediante su vehículo inversor Arkéa Capital Managers.

 

El cambio en el accionariado de CWF también comportó cambios en su cúpula directiva. Freddy Mallet, presidente de CWF hasta entonces, pasó a dirigir CWF Développement, mientras que el director general de la compañía, Pascal Leblanc, ocupó el cargo de presidente de CWF SAS, la sociedad que controla directamente el negocio de la moda infantil.

 

 

 

 

Pascal Dechâtre y Kevin Thompson, que formaban ya parte del grupo, fueron promocionados como director de estrategia y desarrollo y director internacional de ventas, respectivamente tras el cambio de manos.

 

En paralelo, en el último ejercicio, CWF también se hizo con la licencia internacional de Maison Lanvin, que se une a la cartera de marcas de la compañía, formada por las licencias de Givenchy, Lanvin, Chloé, Little Marc Jacobs, Dkny, Karl Lagerfeld, Zadig&Voltaire, Boss y Timberland, así como sus marcas propias Charabia, Billieblush, Billybandit and Carrément Beau.

 

 

 

 

ZIPPY, CRISIS BAJO EL PARAGUAS DE UN GIGANTE

 

“El cierre de tiendas provocado por la pandemia ha tenido un impacto muy significativo en los negocios”. De esta manera anunciaba Sonae, matriz de la compañía portuguesa de moda infantil Zippy, los efectos de la pandemia en la presentación de resultados del primer trimestre.

 

La compañía saldó el periodo con una caída de las ventas de su división de moda, que también incluye Salsa Jeans, Losan, Berg y MO, del 19%, hasta 78 millones de euros. El resultado bruto de explotación (ebitda) de Sonae Fashion se situó en 900.000 euros.

 

La compañía señaló que los dos primeros meses del año fueron muy “positivos, demostrando mejorías tanto de las propuestas de valor como de los modelos de negocio” pero que la pandemia supuso un golpe “sin precedentes”.

 

 

Los planes de Sonae para Zippy en 2019 pasaban por continuar expandiendo la cadena en mercados internacionales, después de que el año pasado desembarcara en Brasil. La cadena cuenta con presencia en cuarenta países.

 

Además, la compañía también reforzó su estructura en proximidad durante el anterior ejercicio. A principios de año, justo antes del estallido de la pandemia, Sonae puso en marcha un hub de diseño en Mataró (Barcelona) para sus marcas de moda, entre ellas Zippy.