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El Mapa de la Moda 2020 (V): Los reyes de la moda urbana

Los líderes mundiales de la moda urbana también han tenido que replegar velas y ajustar sus negocios ante la irrupción de la pandemia. 

C. Juárez

13 jul 2020 - 04:47

El Mapa de la Moda 2020 (V): Los reyes de la moda urbana

 

 

Adiós a planes de expansión y estrategia de crecimiento para los próximos años. Los líderes mundiales de la moda urbana también han tenido que replegar velas y ajustar sus negocios ante la irrupción de la pandemia.

 

Con una red comercial sobredimensionada, para hacer frente al cierre de establecimientos la mayoría de los grupos del sector han tenido que tomar medidas como la suspensión temporal de empleos, disponer de sus líneas de crédito revolving o refinanciar deuda.

 

Compañías como Guess tuvieron que pausar sus planes de transformación para los próximos años, mientras que otros Abercrombie&Fitch o Urban Outfitters recibieron el golpe con su negocio ya a medio gas.

 

 

 

 

AUTHENTIC BRANDS GROUP, A POR MÁS COMPRAS

 

“La situación del coronavirus, en constante evolución, está impactando en todo el mundo y en todas las empresas”, explicó Authentic Brands Group en un comunicado tras la llegada de la pandemia a Estados Unidos. La empresa explicó entonces que su estrategia pasaba por garantizar la seguridad de todos sus empleados y de todas sus marcas.

 

Sin embargo, el coronavirus no ha saciado el apetito de compras de la empresa. En plena pandemia, Authentic Brands Group ha entrado en la puja por Brooks Brothers. El plan del grupo pasa por seguir la misma hoja de ruta que hizo con Forever 21, aliándose con otros acreedores para hacerse con la marca.

 

 

 

 

Authentic Brands Group rescato de concurso a la cadena Forever 21 por ochenta millones de dólares. En la adquisición también participaron dos de los acreedores de la empresa, como Simon Property y Brookfield Property Partners. Tras la compra, Authentic Brands Group centró las operaciones de Forever 21 únicamente en el canal online y mantuvo la presencia física de la empresa sólo en Latinoamérica.

 

En el último ejercicio, Authentic Brands Group también se hizo con los grandes almacenes Barneys por 271 millones de dólares después de que estos se acogieran al chapter 11, el equivalente estadounidense a concurso de acreedores.

 

Este frenesí de compras se produjo después de que BlackRock se convirtiera en el mayor accionista de la empresa, al comprar acciones del grupo por valor de 875 millones de dólares. El acuerdo valoró en Authentic Brands, que gestiona marcas como Sports Illustrated, Marilyn Monroe y Juicy Couture. en más de 4.000 millones de dólares, incluyendo la deuda.

 

 

 

 

LEVI STRAUSS, REVÉS EN SU PRIMER AÑO EN BOLSA

 

El primer año de Levi Strauss en bolsa no ha sido como el grupo se imaginaba. La empresa, que regresó a bolsa en marzo de 2019 tras ser excluida en 1985, estaba entonces recogiendo los frutos de su reorganización y volviendo a posicionar la marca en el imaginario del público joven.

 

Un año después, la empresa se enfrentaba al cierre de tiendas en todo el mundo y a un plan de contingencia que ha supuesto más deuda y más despidos. “Es necesario remodelar nuestro negocio”, reconoció Chip Bergh, consejero delegado. “La crisis separará aún más a los ganadores de los perdedores”, añadió en una entrevista con Cnbc.

 

Una de las primeras medidas que puso en marcha la empresa fue el despido temporal de todo su personal de tienda en Estados Unidos. Además, como todos los grandes grupos del sector, el grupo se centró en reforzar su liquidez con una emisión de bonos de 500 millones de dólares y dispuso de 300 millones de dólares de su línea de crédito revolving.

 

 

 

 

En el primer trimestre (cerrado en febrero), la empresa logró contener el impacto de la pandemia, pese a su exposición a China. La compañía facturó un 5% más, hasta 1.506 millones de euros, y elevó su beneficio un 4%, hasta 153 millones.

 

El golpe más duro llegó en el segundo trimestre, entre marzo y mayo, cuando gran parte de las tiendas de la compañía en Occidente estaban cerradas. La empresa entró en pérdidas y desplomó su facturación un 62%, hasta 498 millones de dólares. El negocio online, en cambio, se incrementó un 25%.

 

Coincidiendo con la presentación de resultados, la empresa anunció el despido de setecientas personas de su plantilla de oficinas, lo que equivale al 15% de su personal corporativo, con lo que espera ahorrar cien millones de dólares al año.

 

 

 

 

 

AMERICAN EAGLE OUTFITTERS ENCARA LA CRISIS CON UN NUEVO FINANCIERO

 

American Eagle Outfitters fue una de las compañías estadounidenses de distribución de moda que se sumó pronto a la avalancha de cierre de tiendas en Estados Unidos como medida para contener el avance de la pandemia.

 

La empresa estadounidense, dueña de American Eagle y la cadena de íntimo Aerie, fue una de las que más impacto del coronavirus sufrió en su negocio del primer trimestre, ya que comprende los meses de febrero, marzo y abril. En el periodo, la empresa registró una caída de las ventas del 38%, hasta 552 millones de dólares.

 

“El cierre de tiendas y la agresiva liquidación del stock han tenido un impacto significativo en nuestros resultados trimestrales”, reconoció entonces Jay Schottenstein, presidente y consejero delegado de la compañía. En el periodo, además, la empresa entró en números rojos, con unas pérdidas de 275,2 millones de dólares, frente al beneficio de 40,7 millones de dólares del mismo periodo de un año atrás.

 

 

 

 

American Eagle Outfitters nombró a un nuevo director financiero en plena pandemia, Mike Mathias, estaba al frente hasta entonces del departamento de financial planning&analysis de la empresa.

 

Tras el nombramiento, otra de las primeras medidas que llevó a cabo la empresa fue lanzar una emisión de bonos de cuatrocientos millones de dólares con vencimiento en 2025. Además, la empresa dispuso de trescientos millones de dólares de su línea de crédito revolving.

 

El grupo también ha tomado otras medidas para preservar su situación financiera. Entre ellas se encuentra la reducción de gastos de entre 100 millones de dólares y 125 millones de dólares, suspender la recompra de acciones y cancelar parte de los pedidos.

 

 

 

 

URBAN OUTFITTERS, CRISIS CON EL NEGOCIO A MEDIO GAS

 

A Urban Outfitter ya le iba mal antes de la llegada del coronavirus. La empresa estadounidense de distribución de moda finalizó el último ejercicio con un incremento de las ventas del sólo el 0,8%, y hundiendo su beneficio un 43,9% en 2019.

 

Con la llegada del Covid-19 a Estados Unidos, el dueño de Anthropologie, Free People y Urban Outfitters prescindió de un “número sustancial de empleados de tiendas y de oficinas”.

 

Además, la empresa puso en marcha otras medidas adicionales para hacer frente a la situación, con la cancelación de los bonus y compensaciones al equipo directivo y la disposición de 220 millones de dólares de su línea de crédito revolving.

 

Por otro lado, Urban Outfitters también tomó la decisión de cancelar la mayoría de los pedidos a sus proveedores, suspendió el pago de los alquileres de sus establecimientos de manera temporal, canceló los planes de apertura de nuevas tiendas y pausó su proyecto de expansión en China.

 

 

 

 

Las acciones que hemos tomado durante el trimestre para fortalecer nuestro balance y ayudar a preservar la liquidez nos brindan flexibilidad financiera durante este período difícil”, señaló entonces Richard A. Hayne, consejero delegado de la empresa, en un comunicado.

 

En el primer trimestre de ejercicio, entre febrero y abril, la compañía estadounidense entró en pérdidas, con unos números rojos de 138 millones de dólares, frente al beneficio de 32,5 millones de dólares del mismo periodo de un año atrás.

 

La empresa también recortó sus ventas durante el periodo. En concreto, Urban Outfitters registró una cifra de negocio de 588,4 millones de dólares en los tres primeros meses de ejercicio, un 31,9% menos.

 

 

 

 

ABERCROMBIE&FITCH, MÁS NÚMEROS ROJOS PARA EL REY DE LOS ‘TEENS’

 

De los gigantes de moda urbana, Abercrombie&Ftich fue una de las primeras empresas en proceder al cierre de tiendas para contener el impacto del coronavirus. El 15 de marzo, la compañía estadounidense anunció el cierre de sus establecimientos en todo el mundo.

 

El grupo despidió temporalmente a sus empleados de tiendas en Norteamérica y en Europa, mientras que redujo la jornada laboral de la plantilla de oficina y rebajó el suelo de sus empleados un 15%. “No es posible trabajar a full time, señaló Abercrombie&Fitch en un comunicado.

 

Por otro lado, la empresa redujo entre un 10% y un 33% el salario de la alta dirección, mientras que el sueldo de los miembros del consejo de administración de la empresa se ha recortado un 50%. Además, Abercrombie&Fitch dispuso de 210 millones de dólares de su línea de crédito revolving y reordenó su deuda con una emisión de bonos por valor de 350 millones de dólares con vencimiento en julio de 2025.

 

 

 

 

Entre febrero y mayo, la compañía disparó sus números rojos. Abercrombie finalizó el primer trimestre de ejercicio con unas pérdidas de 244 millones de dólares, tres veces más que en el mismo periodo del año anterior. Las ventas de la compañía, por su parte, se desplomaron un 34% en los tres primeros meses hasta 485,3 millones de dólares.

 

Abercrombie&Fitch ya estaba sumida en una profunda reestructuración para reanimar su negocio antes de la llegada del coronavirus. La empresa, que lleva varios años en descenso, finalizó el ejercicio de 2019 con un crecimiento del sólo el 0,9% y una caída de su resultado del 46,9%.

 

 

 

 

GUESS, MARCHA ATRÁS A SU PLAN PARA SUPERAR LA PANDEMIA

 

Consumidor, producto y marca. Estos eran los tres ejes de la nueva estrategia de Guess hasta 2025. La empresa puso en marcha este nuevo plan a cinco años el pasado diciembre y tenía como objetivo impulsar su rentabilidad y aumentar las ventas.

 

El plan de Guess pasaba por dar más relevancia a la marca a través de la colaboración con influencers, poner al consumidor en el centro potenciando la omnicanalidad, extender su presencia global con nuevas aperturas, potenciar y ampliar la gana de productos y mejorar la logística, el aprovisionamiento, el desarrollo, la producción y la gestión del inventario.

 

Pero entonces llegó el coronavirus y la empresa estadounidense tuvo que dar marcha atrás a sus planes para centrarse en preservar su negocio. Tras el cierre de tiendas en Estados Unidos, la compañía despidió temporalmente a sus empleados de tiendas y al 50% de su plantilla de oficinas. Además, el grupo redujo un 15% el salario del equipo directivo y un 70% el salario de Paul Marciano, director creativo, y Carlos Alberini, consejero delegado del grupo.

 

 

 

 

Además, la compañía implementó una estrategia de reducción de costes para paliar la crisis del coronavirus, y dispuso de 212 millones de dólares de su línea de crédito revolving. “Confiamos en que estas acciones agresivas e inmediatas que estamos tomando coloquen a la compañía en la mejor posición para garantizar el éxito futuro”, apuntó Alberini.

 

Entre febrero y mayo, el negocio de Guess se encogió un 51,5%, hasta 260,2 millones de dólares. Además, el grupo aumentó sus pérdidas, con unos números rojos de 160,5 millones de dólares, frente a las pérdidas de 20,5 millones de dólares del mismo periodo de un año atrás.

 

Guess ha señalado que no ha trazado ningún objetivo para este año por la incertidumbre económica provocada por el coronavirus y prevé que la caída de los ingresos en el segundo trimestre sea similares a los del primero.

 

 

 

 

GLOBAL BRANDS GROUP MENOS PEDIDOS PARA PALIAR EL IMPACTO

 

Global Brands Group ha sido una de las pocas compañías cotizadas que no han desvelado cómo ha impactado el coronavirus en su negocio. La empresa, que opera con marcas como Lego, Fornite o Disney, ha mantenido el silencio sobre las consecuencias de la pandemia.

 

Sin embargo, una de las medidas que ha tomado la empresa ha sido la cancelación de los pedidos a sus proveedores. La compañía, propiedad del gigante chino Li&Fung, ha cancelado órdenes por valor de 4,6 millones de dólares en las fábricas con las que trabaja en Bangladesh.

 

Antes del coronavirus, en los resultados del primer semestre, Global Brands Group señaló que la empresa entraba en el ejercicio de 2020 con una posición “sólida y más enfocada”. La compañía confiaba que el ejercicio fuera un punto de inflexión para construir el futuro.

 

 

 

 

Para ello, Global Brands Group modificó su cúpula en Europa con el nombramiento de Eno Polo como responsable del negocio en la región. Hasta entonces, el directivo era presidente de la marca de calzado brasileña Alpargatas para Norteamérica.

 

Como presidente de Global Brands Group, Polo trabajará desde Londres y reportará directamente al consejero delegado de Global Brands, Rick Darling. En su nuevo puesto, será el responsable del liderazgo y crecimiento estratégico del área de negocio del grupo en Europa que comprende las divisiones de moda, accesorios y calzado.

 

La empresa finalizó su último ejercicio, cerrado el 31 de diciembre de 2019, con unas ventas de 1.407 millones de euros, una caída del 5% respecto al ejercicio anterior. Además, Global Brands Group disminuyó sus pérdidas un 56% durante el periodo.

 

 

 

 

OTB, SU FUNDADOR PLANTA CARA AL GOBIERNO

 

Italia fue el primer país en Europa afectado por la pandemia del coronavirus. El país decretó el cierre de todo el comercio no esencial el pasado 12 de marzo, que luego replicaron otras potencias europeas. OTB, dueño de Diesel, Maison Margiela, Marni, Amiri, Brave Kid, Staff International y Viktor&Rolf, fue uno de los principales afectados.

 

OTB es una de las compañías a las que el coronavirus pilló con un nuevo primer espada al frente de una de sus principales cadenas. La empresa, propiedad de Renzo Rosso, fichó a finales de 2019 a Massimo Piombini como nuevo consejero delegado de Diesel.

 

El directivo, consejero delegado de Balmain hasta principios de diciembre, se enfrenta ahora al reto de capear una crisis sin haber pasado casi por las oficinas. Sin embargo, pese al cierre de tiendas y la caída del consumo, OTB mantenía a principios de marzo sus previsiones para 2020.

 

 

 

 

En la presentación de resultados, la empresa explicó que sus inversiones para este año pasaban por fortalecer su negocio en China, y contemplaba la puesta en marcha de hasta veinte nuevos establecimientos.

 

Renzo Rosso, dueño de la compañía, fue uno de los empresarios italianos que se posicionó en contra de las medidas del Gobierno. Un mes y medio después del cierre de tiendas en Italia y la paralización de la actividad industrial en el país, uno de los más penalizados por el coronavirus en Europa, el empresario instó a abrir las tiendas pese a las restricciones del Gobierno. “Es necesario reabrir, sino nuestra economía y nuestro país se derrumbarán”, aseguró.

 

El empresario también criticó la falta de apoyo del Gobierno italiano al sector de la moda durante la crisis. “Le damos brillo a nuestro país, pero hemos recibido cero”, sentenció Rosso, que también puso en valor la moda italiana. “Si no financiamos a los pequeños artesanos, cerrará y se perderá para siempre”, se lamentó el empresario.

 

La empresa finalizó el último ejercicio dejando atrás sus pérdidas, con un beneficio de dos millones de euros, frente a los números rojos de 26 millones de euros de 2018 y un crecimiento de las ventas del 6,4%.

 

 

 

 

SUPERDRY, AJUSTE OPERATIVO PARA AGUANTAR LA CRISIS

 

Ajustar para aguantar. Esta fue la primera medida que tomó el grupo británico de distribución de moda Superdry tras el impacto del coronavirus. La empresa admitió desde un principio que no cumpliría sus previsiones para 2020.

 

La principal medida que tomó la empresa fue la renegociación de alquileres con los caseros con el objetivo de obtener un “alivio”, aunque no precisó si su objetivo era conseguir descuentos o carencias.

 

Superdry también puso en marcha otras medidas para preservar su liquidez, incluyendo reducción de costes y aplazamiento de los planes de inversión, así como “cambios potenciales en los tiempos y estructura de las compras de stock para la próxima colección”. En paralelo, la empresa también inició conversaciones con la banca y otras entidades para obtener “flexibilidad y liquidez” para hacer frente a “este periodo de incertidumbre”.

 

 

 

 

“Estamos tomando medidas de mitigación allí donde podemos, pero la situación es muy fluida e incierta, y estamos trabajando para establecer financiación adicional para asegurar nuestra recuperación”, señaló Julian Dunkerton, consejero delegado del grupo.

 

Otra de las iniciativas que llevó a cabo la empresa fue dar un paso atrás en China y tomar el control de su joint venture. Superdry, que tenía un acuerdo con Trendy International para gestionar la empresa en el país, rompió el pasado junio el acuerdo. Tras la operación, el grupo cerrará las veinticinco tiendas propias con las que opera en China, así como las 41 franquicias.

 

La pandemia debilitó el negocio del grupo en el ejercicio 2019, cerrado en abril. Superdry registró una caída de las ventas del 19%, hasta 705,5 millones de libras. En el último trimestre, el retroceso fue del 36,9%.

 

 

 

 

G START RAW, REPLIEGUE INTERNACIONAL PARA CONTENER EL GOLPE

 

“Como compañía global, estamos monitorizando la situación en cada país y cada decisión se toma día a día de acuerdo con las pautas de seguridad locales, la situación es cambiante y las precauciones y medidas de seguridad tomadas están sujetas a cambios”. Así tranquilizó la holandesa G-Star Raw a sus clientes y empleados tras el estallido de la pandemia.

 

La empresa cerró la mayoría de sus establecimientos en el mundo para contener el avance de la pandemia, que ascienden a 6.000 puntos de venta entre tiendas y corners en el multimarca. Con todo, la empresa mantuvo su actividad en el canal online.

 

 

 

 

Otra de las medidas que tomó G-Star Raw fue la cancelación de los pedidos a sus proveedores, aunque como otras empresas del sector, mantuvo el pago a todos los fabricantes de los países donde se aprovisiona.

 

Además, la empresa dio un paso atrás en dos de sus mercados internacionales. En Estados Unidos, el grupo se acogió a chapter 11, y llevó a concurso de acreedores a su filial en Australia, donde opera en 57 tiendas.

 

Para continuar la actividad durante el confinamiento, la empresa se sumó a las iniciativas tomadas por otras compañías del sector. En ese sentido, G-Star Raw puso en marcha un desfile con veinticinco influencers en los pasillos de sus casas para mostrar la nueva colección.