Alfredo Ferre, dejar a la madre para cuidar al hijo

Alfredo Ferre (Banyeres de Mariola, Alicante, 1963) dice que ser el bisnieto del fundador ya marca perfil. “Te condiciona: naces y al poco ya oyes a tu padre y a tu abuelo hablar del negocio en cualquier cumpleaños”, ejemplifica el ejecutivo, que en 2020 dejó Hilaturas Ferre para ponerse al frente de Recover. La parte mala es que ser cuarta generación puede condicionar la carrera: “nadie es feliz si no hay un alineamiento entre lo que quiere para sí y lo que quiere la empresa”.

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Para él, su vocación y el destino que la empresa tenía preparado para él sí estaban alineados, aunque reconoce que quizás comenzó demasiado pronto. Fue en 1989, cuando se incorporó al departamento de expansión –“porque sabía idiomas”, recuerda- y comenzó pidiendo contenedores de yute por Télex. Antes ya había pasado algún verano escribiendo etiquetas con una máquina de escribir para poder pagarse el equipo de música con el que soñaba.

El cambio generacional llegó en el año 2000 y, tras dos años de transición, Ferre tomó el relevo de su padre y de su tío y fue nombrado consejero delegado en 2002. Tras desarrollar el área internacional, su gran aportación a la compañía ha sido el branding, para lo que la empresa cuenta con un fuerte activo: lleva produciendo algodón reciclado, tan demandado hoy, desde mucho antes de que fuera considerado un valor positivo.

La transición que ha acometido Hilaturas Ferre refleja también la que ha realizado el conjunto de la industria. “Antes, eras fabricante, y ahora has de ser un creador de valor”, dice Ferre. “Pasamos de vender una propiedad física a que lo inmaterial juegue cada vez un papel más importante, y es también clave para ganar clientes: no puedes llegar a los grandes grupos desde una plataforma muy industrial”, reflexiona.

Ferre tomó el relevo de su padre y de su tío y fue nombrado consejero delegado en 2002

Con la experiencia de toda una vida en la empresa –“mi formación es haber vivido”, asegura-; Alfredo Ferre abandonó Hilaturas Ferre a finales de 2020 para liderar Recover, tras la venta del spin off a Story3 Capital. “Tuve que abandonar a la madre para cuidar al bebé”, explica. El timón de la compañía familiar lo dejó en manos de Luis Pita de la Vega, que venía de trabajar en sourcing para las marcas propias de Zalando.

“Sigo participando del consejo, pero no se está perdiendo un ápice de fuerza”, asegura. En Recover, su misión es trasladar esa fuerza al nuevo equipo. “Queremos recuperar la esencia de Ferre, eso es clave para que el equipo lo sienta”, defiende. “Y si el equipo está a gusto, y entiende el proyecto, pueden tomar decisiones, porque para algunas cosas muchas veces yo soy el menos preparado”, recomienda.

Aunque dice que el trabajo le ha obligado a recortar aficiones, continúa siendo un fanático de la música, especialmente la clásica. También le gusta jugar al golf, la mountain bike y, desde hace unos años, el yoga y la meditación, con las que busca “encontrarle un sentido a todo”.

¿Habrá relevo en Hilaturas Ferre? Con la empresa ya profesionalizada, a Alfredo Ferre no le urge pasar el testigo, aunque hay candidatos. A sus dos hijas les encanta la moda (una estudió relaciones públicas y acaba de comenzar su carrera, y la pequeña está estudiando Administración y Dirección de Empresas y Derecho), y su sobrino también está cursando ADE. Incluso su hijo mayor, que ha desarrollado una carrera muy alejada aparentemente del textil, se ha vinculado a la empresa: es violoncellista y ha compuesto música para algunos vídeos de la compañía familiar.