Entorno

Especial 2020: el negocio de la moda en el año del Covid-19

La moda se desconecta de la caída de precios

A pesar de la visibilidad de las promociones puestas en marcha para liquidar stocks acumulados durante la pandemia, la evolución del IPC en el sector se mantuvo al alza durante todo 2020. 

C. De Angelis

30 dic 2020 - 04:57

La moda se desconecta de la caída de precios

 

Como cada año, Modaes.es realiza en las últimas semanas de diciembre un repaso a los últimos doce meses en el negocio de la moda, marcados por el impacto de la pandemia del Covid-19. Análisis macroeconómico de España y el mundo, recorrido por los fenómenos sociales que ha provocado el coronavirus y reportajes sobre el impacto en las principales empresas del sector forman el Especial 2020: el negocio de la moda en el año del Covid-19. 

 

 

En un mar de indicadores estadísticos de récord, los precios de la moda tomaron en 2020 un camino propio e inesperado. La mayor caída del Producto Interior Bruto (PIB) en décadas, el descenso de las exportaciones más abrupto que se recuerda o los resultados más disruptivos en términos de consumo y ventas de los comercios no provocaron que los precios del sector entraran en barrena para incentivar las ventas. Al contrario: los precios de la moda mantuvieron en 2020 su ritmo de incremento moderado (con subidas en torno al 1% durante todo el año) y desconectaron de la evolución general de un Índice de Precios al Consumo (IPC) que se mantuvo en negativo de marzo a noviembre, según los últimos datos disponibles a cierre de la presente edición.

 

La alta visibilidad de las campañas de promoción del sector español de la moda ante un problema histórico de sobreacumulación de existencias no se refleja, por lo menos, en los resultados del Instituto Nacional de Estadística (INE). Tanto es así que el diferencial entre el IPC general y el de la categoría de vestido y calzado ha cambiado en 2020 su signo tradicional. En los últimos años, los precios de la moda han tenido un componente deflacionista, al subir continuadamente por debajo del ritmo de encarecimiento natural de la cesta de la compra de los españoles.

 

La moderación ha sido la máxima en las subidas de precios del vestido y el calzado, con alzas interanuales que no superaron el 1% por primera vez hasta abril de 2019. Desde entonces, las subidas han oscilado entre el 0,9% y el 1,1%, situándose puntualmente por encima del IPC general en 2019 y en el arranque de 2020. En febrero, el IPC de la moda se situó en el 1,1%, frente a una inflación general en el país que había bajado al 0,7%.

 

En mayo los precios de la cesta de la compra empezaron a caer en España, con un descenso máximo del 0,9%, registrado en mayo y caídas del 0,8% en octubre y noviembre. La moda desconectó de este descenso y se mantuvo, mes tras mes, en el entorno del 1%.

 

 

 

 

En su metodología, el INE (que gastó 8,4 millones de euros en 2020 en la elaboración del IPC, una de las estadísticas más importantes en cualquier economía) destaca que en el indicador “se recogen los precios con descuento, tanto ofertas puntuales como rebajas de temporada”. Es decir, que los entrevistadores del instituto desplegados por toda la geografía española no observan sólo las etiquetas de los productos full price, sino que se acogen a los descuentos de temporada (como haría una familia tipo española) cuando tienen la oportunidad, tal y como refleja en periodos de rebaja la evolución intermensual del indicador de precios.

 

El componente de calidad tampoco afecta al IPC, cuya metodología especifica que los productos de vestido y calzado son un ejemplo en el que la calidad de los productos comparados “es la misma y, por tanto, los precios se comparan directamente”.

En general, el INE reproduce los patrones de compra promedio de los españoles, atendiendo a los resultados de la Encuesta de Presupuestos Familiares. A través de este estudio anual, el ente adscrito al Gobierno central realiza las correspondientes ponderaciones, evaluando cuánto destina una familia tipo a cada tipo de producto y servicio de los que componen a llamada cesta de la compra. 

 

Precios por productos

Que la evolución del IPC de la categoría de vestido y calzado sea lineal (en noviembre los precios de esta categoría subieron un 0,9% interanual tras cuatro meses con alzas del 1%) no quiere decir que no hubiera habido vaivenes a lo largo del año en los precios de varias categorías de producto.

 

En general, los precios del calzado y sus reparaciones y los del vestido avanzaron de forma desigual desde principios de año: en enero, la inflación se situaba en el 0,6% en la primera categoría, mientras que los precios del vestido registraron un encarecimiento interanual del 1,2% (por encima del IPC general, que ese mes cerró con un alza del 1,1%).

 

 

Hasta marzo hubo un diferencial de entre tres cuatro décimas entre las dos categorías, con subidas más elevadas en el caso del vestido que en el calzado y sus reparaciones. A partir de mayo y hasta julio, los precios de los dos grupos de productos evolucionaron a la par, con subidas en ambos casos de entre el 0,9% y el 1%, hasta que en agosto el calzado se encareció más que el vestido por primera vez desde enero de 2019.

 

A falta de datos de cierre del ejercicio, en octubre y noviembre el diferencial de incremento de precios se situó en el 0,2%, con alzas interanuales del 0,9% en el caso del vestido y del 1,1% en el calzado y sus reparaciones.

 

Mercerías y lavanderías tiran de los precios

La evolución de los precios en los subgrupos de clasificación del IPC que realiza el INE muestra una dispersión mucho mayor en las magnitudes de aumento de los precios y revelan además patrones de comportamiento del sector y el consumo que pueden haber cambiado con la pandemia.

 

Por ejemplo, el grupo de productos de la categoría de vestido y calzado que mantuvo un comportamiento más inflacionista a lo largo de 2020 fue el de mercería, cuya inflación se anotó un incremento de 1,1 puntos porcentuales de enero a diciembre: si en enero los artículos de mercería se encarecieron sólo un 0,9%, el IPC de esta categoría llegaba al 2% en noviembre.

 

Sólo superó este incremento de los precios en noviembre el servicio de limpieza de prendas de vestir, que en el undécimo mes del año era un 2,7% más caro que un año atrás. La inflación de este servicio en enero también era la más alta del sector de la moda, pero se quedaba en el 2%.

 

El tercer componente más inflacionista de la categoría de vestido y calzado del IPC es el de reparación de calzado. El precio de los zapateros era en noviembre un 1,6% más elevado que en el mismo mes de 2019, una subida interanual idéntica a la registrada en enero, antes del estallido de la pandemia.

 

 

 

 

En cambio, sí cogieron velocidad las subidas de precios del calzado para mujer, hombre y niño. En noviembre, el ritmo de subida de precios en el calzado femenino era tres décimas superior al de enero, con un alza del 1,2%. Por el contrario, la aceleración respecto a inicios de año llegó a seis décimas en el calzado de niño y bebé, con una subida interanual en noviembre del 1,4%, y también en el calzado de hombre, con un incremento del 0,8% en noviembre (frente al 0,2% de enero).

 

En producto terminado, los precios del vestido tiraron netamente en contra de la tendencia a la subida continuada de precios en el conjunto de los productos de moda. En enero de 2020, el producto terminado que más se encarecía fue el vestido de mujer, con una subida del 1,5%; en noviembre, este incremento se había moderado hasta el 1%.

 

En el vestido para niño y bebé, las subidas de precios pasaron del 1,5% en enero al 1% en noviembre, mientras que el vestido para hombre se situó en noviembre como la categoría menos inflacionista, con un alza del 0,7% respecto al mismo mes del año anterior, mismo valor que el registrado en enero.

 

Precios de las exportaciones

A diferencia de lo ocurrido con la marcha de los precios en el mercado interior, las exportaciones de la industria española de la moda tuvieron un claro comportamiento deflacionista en los diez primeros meses de 2020. En octubre, el Índice de Precios de Exportación (Iprix) registró resultados interanuales negativos en los tres segmentos de la industria española de la moda.

 

La caída más acentuada correspondió a la industria textil, cuyos precios cayeron en octubre un 1,5% interanual, frente a la evolución plana de arranque del año.

Por otro lado, el Iprix del sector de la confección se situó en una caída del 0,9% en octubre, frente al descenso del 0,4% registrado a comienzos de 2020. El mismo resultado obtuvo en octubre el indicador sobre la evolución de los precios de las exportaciones de los productos de cuero y calzado, que en enero había evolucionado de forma plana, con una variación del 0,0%.