El lujo italiano, bajo vigilancia: la justicia lanza un plan para regular su ‘supply chain’
El sistema judicial de Milán ha impulsado un acuerdo conjunto con empresas, sindicatos y autoridades para reforzar tanto la trazabilidad como el control en el corazón industrial del sector a través de una plataforma voluntaria.


Italia da un paso adelante en su intento de frenar los abusos laborales en la industria de la moda. El pasado lunes, autoridades judiciales y políticas, junto a patronales del sector y sindicatos, firmaron en Milán un plan de acción contra la explotación en la cadena de valor de la confección y los accesorios.
El acuerdo, que sin embargo no tiene carácter vinculante, nace como respuesta a las investigaciones del tribunal de Milán, que ha documentado casos de trabajo irregular y condiciones precarias en talleres que abastecen a grandes casas del lujo, incluidas firmas como Dior, Armani o Valentino. “El objetivo es que los jueces no tengan que volver a intervenir”, señaló Fabio Roia, presidente del sistema judicial de Milán, durante la firma del memorando recogida por Reuters.
El núcleo del plan es la creación de una base de datos voluntaria en la que las empresas subcontratadas podrán registrar su actividad. La plataforma incluirá información sobre cumplimiento fiscal, aportaciones a la seguridad social y respeto a la legislación laboral, con actualizaciones obligatorias cada seis meses.
Aunque las marcas no estarán obligadas a utilizar exclusivamente proveedores inscritos en el sistema, sí deberán fomentar entre sus socios el uso de la plataforma y reforzar su visibilidad. El Gobierno regional de Lombardía, donde se concentra buena parte de la producción industrial del lujo italiano, entregará un certificado de transparencia de seis meses renovable a las compañías que se adhieran.
Italia desarrolla una herramienta para trazar la cadena de suministro
La iniciativa surge tras una serie de decisiones judiciales que han puesto en evidencia los fallos estructurales del modelo productivo del lujo en Italia. En junio de 2023, los fiscales de Milán sacaron a la luz talleres que empleaban a inmigrantes irregulares con salarios muy por debajo del mínimo, produciendo bolsos de piel para casas de moda a una fracción de su precio de venta.
Hace tan sólo unas semanas, un tribunal italiano ordenó la intervención judicial de una filial de Valentino durante un año, tras descubrir condiciones abusivas en su red de proveedores. Las investigaciones describen un “método generalizado de producción” basado en la presión sobre costes a cualquier precio, incluso a costa de la seguridad de los trabajadores. Dior, también investigada en el pasado, ha visto su caso cerrado recientemente sin pruebas concluyentes de las infracciones, pero con el compromiso de dedicar dos millones de euros a su cadena de suministro.
Italia concentra aproximadamente el 50% de la producción mundial del lujo, según estimaciones sectoriales. El país representa no sólo un polo de excelencia en marroquinería, calzado y confección, sino también uno de los eslabones más opacos de la cadena, donde la subcontratación y los talleres externos se han convertido en terreno fértil para la informalidad.
Este nuevo marco voluntario se suma a otros esfuerzos recientes de trazabilidad y control social promovidos tanto por instituciones como por las propias marcas. Sin embargo, su efectividad dependerá de la voluntad de las empresas de integrarlo como parte de su política de compras, más allá del cumplimiento formal.